sábado, 6 de junio de 2015

“Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar” Fragmento del Evangelio de Jn 2:13-22

Al recibir mi primera asignación por parte de la Ha.·. Seg.·. Vig.·. en la cual se me solicitó una Traz.·.Arq.·.  sobre el número tres, en mi cabeza se aglutinaron un sinfín de pensamientos e inquietudes respecto al abordaje que éste iba a tomar; tratándose de un número, en un principio no pensé que hubiera mucho que decir al respecto, sin embargo al pasar algunos días y tras haber hecho un poco de aduana al tema,  lo primero que viene a mi mente es el Rit.·.Inic.·., y al mismo tiempo es inevitable hacer algunas comparaciones entre el ingreso a la Mas.·. el cual se compone de tres VV.·., en los que se bebe de tres CC.·., y la historia bíblica de quien la tradición cristiana llama mesías, tres veces tentado durante su exilio y sometido a tres viajes (pasión, muerte y resurrección). De igual forma al citar esta frase incluida en el credo católico “…Al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha del padre…”, es posible equiparar cada día con los grados de la Mas.·. (Ap.·., Com.·., M.·.), los cuales cumplen un fin similar, al pasar de la muerte (oscuridad) a la vida (conocimiento de la luz), ciclo perfecto en el que es posible reconstruir nuestro templo interior; en concordancia con otro elemento que llama profundamente la atención como es la relación que existe entre la edad de cristo al momento de su muerte y resurrección, con el mayor Gr.·.  de nuestra Or.·.  “33”, elemento que nos permite deducir que se podría tratar de un  G.·.M.·.Mas.·..

A los Tres años de edad iniciamos nuestro Trab.·. los Ap.·. Mas.·., esta frase la escuché por primera vez del H.·.Pr.·.Vig.·., cuando fue interpelado por la V.·.M.·. al inicio de nuestra Ten.·. anterior, que al mismo tiempo fue el primer espacio de congregación con mis QQ.·. HH.·., en el que el Sil.·.  del Apr.·.  me dio la lucidez para comenzar a apreciar la belleza y el misticismo de nuestro Rit.·., mientras mi asignación temporal de funciones como Guar.·.Tem.·. me aportó una visión panorámica de la escena.

Antes que nada, debo confesar que nunca me he caracterizado por ceremonioso o protocolario, sin embargo mi actual condición en la Res.·. Log.·. incluye formación en cuanto a los signos y acciones que componen nuestro Rit.·.; llamándome poderosamente la atención el hecho de que sea precisamente el número tres una constante en nuestra tradición, realidad que se hace evidente en el número de LLuc.·. May.·. y Men.·.  que iluminan nuestro Tem.·., el número de CCol.·.  representativas de virtudes como la S.·.F.·.B.·., así como el número de pasos que como Ap.·.Mas.·. debo dar al dirigirme hacia estas CCol.·., de igual manera son tres toques los que indican la llegada de un Q.·.H.·. a las puertas de nuestro Temp.·. o la solicitud de las PPal.·.por parte de un Ap.·. hacia su H.·. Mas.·..

Seguramente estoy pasando por alto algunos elementos del Rit.·. en los que se aprecia este número, y esto obedece a la ignorancia propia de los neófitos, pero considero que los citados, son suficientes para contextualizar la importancia del número 3, que al mismo tiempo es un elemento fundamental de diversas culturas, como la egipcia en la que tres grandes pirámides milenarias presiden la necrópolis de Guiza, ícono que representa el legado histórico de una cultura cuyas trinidades fueron Isis, Osiris y Horus; similar al arte Griego con tres capiteles Dórico, Jónico y Corintio y una serie de divinidades trinas, que al igual que muchas otras culturas en las que los dioses adquieren esta condición, hasta llegar al Cristianismo, en el que la deidad también asume estas características (Padre, Hijo y Espíritu Santo) tres personalidades de un solo dios, que se constituye en la piedra angular de una civilización, siguiendo el principio “En to Pan -“Uno el Todo”. Todo es Uno en su Realidad, en su Esencia y Sustancia íntima y fundamental; todo viene de la Unidad; todo está contenido y sustentado por la Unidad; todo se conserva, vive, es y existe en la Unidad; todo se disuelve y desaparece en la Unidad”[1]. Cabe resaltar que para Pitágoras el 3 también se constituye en piedra angular de su teorema, lo propio sucede en nuestra Ord.·., en la que el número 3 se convierte en la fuente inspiradora para el aprendizaje de los PPrin.·.  MMas.·..

La gran obra del G.·. A.·. D.·. U.·. es otro gran ejemplo de triadas que representan el perfecto orden y la armonía, entre estas es posible destacar en primer lugar que en el ámbito filosófico, el universo se compone de azufre, sal y mercurio, nuestro mundo se forma a partir de la coexistencia armónica del cielo, el mar y la tierra; así mismo la riqueza cromática parte de la combinación de la triada formada por los colores cian, magenta y amarillo; por su parte el ser humano es en sí un producto de la triada espíritu, alma y cuerpo. 

Decían los Romanos que “Tres hacen un colegio”, este planteamiento que es aplicado en la Mas.·. como base fundamental, sobre la que se sustenta una Log.·. bajo la premisa de “Tres MMaes.·. forman una Log.·.”, la cual se ha aplicado desde antaño y ha permitido cimentar una sociedad que ha afrontado con estoicismo los embates de movimientos religiosos, políticos y sociales que han pugnado por reducirla a cenizas, hallando en este punto otra relación con el  cristianismo, cuando al sumar los dígitos que componen el número de apóstoles obtenemos otro 3, lo que podría llevarnos a inferir que se trataba de una Log.·., que a su vez debió afrontar persecuciones que la llevaron a ocultarse y actuar con discreción para garantizar su supervivencia al igual que nuestra Ord.·..

Siendo el tres un número que enmarca la filosofía Mas.·.  representada en el Trian.·., la cual orienta nuestros actos hacia el equilibrio y la unidad, es menester moral de los HH.·. Mas.·. ser agentes multiplicadores de los tres principios que tienen como objetivo conducirnos hacia oriente y revelarnos la luz (L.·., I .·. y F.·. ), a fin de construir un mundo pluralista y equitativo.

Seguramente mi calidad de Ap.·. Mas.·. y la escasa luz que hasta ahora poseo, limitan un entendimiento más profundo de la simbología contenida en este místico número, es por eso que por ahora mi deber se enfoca en continuar una exploración juiciosa, que lleve mis Trab.·. iniciados al Med.·.  D.·. hacia una comprensión plena que despierte mis sentidos y los prepare para la verdadera luz, por ahora regresaré al Sil.·. que mis obligaciones voluntariamente aceptadas me imponen, esperando que al llegar a la Med.·. N.·. mis Trab.·.  hayan contribuido a realizar una adecuada siembra.    

 
Es mi palabra,

CAA
A:.M:.