miércoles, 13 de abril de 2022

El ara y su simbolismo

 

Cuando nos iniciamos en la Masonería e ingresamos al taller, algo sorprendidos, analizamos su simbolismo, aquello que nos impactó, realizamos nuestro primer trabajo, un trazado en el que plasmamos ese paso a paso, recordamos el impacto que tuvo en nuestros sentidos, emociones y racionalidad, observamos e interpretamos desde el silencio lo que representa. El H:. Experto nos explica, la marcha, saludo y toques; algo confundidos pensamos en aquellos viajes ruidosos y tormentosos que en su momento nos aclaran. Entonces ya finalizando llegamos allí, al Ara, cerca de Oriente a juramentarnos.

¿Entonces que es el ARA, o que representa?

La Parábola del comerciante
Rembrandt
Gemäldegalerie, Berlin


En logia, está representada mediante una figura prismática que lleva en lo alto un triángulo con tres luces, cuyas caras miran hacia el Occidente, el Sur y el Norte respectivamente, es el símbolo de lo invisible por excelencia, representa la eternidad, lo secreto, lo misterioso, lo desconocido y en general, a las fuerzas ocultas que existen en el universo, cuando el iniciado realiza su promesa de honor, se retira de allí como una persona nueva.

Tiene un alto valor e importancia simbólica, espacio sagrado en el que se prestan los más solemnes juramentos de lealtad a la logia y su constitución, como manifestación visible de una energía invisible y trascendente. Sentir espiritual de nuestro corazón, hemos aceptado nuestros compromisos internos y hemos prometido cumplirlos y llevarlos a cabo, es comprender que cada vez que pasamos junto a él, estamos dando una muestra de respeto al símbolo y a todo aquello que representa,

El ALTAR DE LOS JURAMENTOS, al que también se le da el nombre de Ara, viene del latín ARA o ARAUS, vocablos que en términos castizos se traducen como ALTAR o PIEDRA DE LOS SACRIFICIOS; en Astronomía, se conoce como sinónimo de la Constelación Austral, bajo el Signo de Escorpión; además de que en la Mitología también se conoce como símbolo del FUEGO y del SOL,  se eleva desde los cuadros blancos y negros del pavimento de la logia, los que simbolizan la dualidad emergente de los pares de opuestos. sobre los que el iniciado debe desarrollar su existencia, manteniéndose equidistante de ellos, sin exaltarse ante los éxitos, ni hundirse ante las desventuras.

Dentro del Ara Masónica podemos encontrar diversos objetos que cumplen un propósito meramente simbólico y que tienen como objetivo llevar a los masones y masonas a un estado de espiritualidad en el que los trabajos de una logia puedan estar efectivamente abiertos. La luz eterna que debe estar encendida antes de abrir los trabajos, la constitución del Derecho Humano, una Escuadra y el Compás, que como sabemos constituyen las Tres Grandes Luces de la Masonería.

El hombre es una tríada, y pertenece simultáneamente al reino biológico, al psicológico y al social.

Podemos considerar la Logia como un micro cosmos, el Ara debe entenderse como un punto que constantemente se repite en el universo, y que debe ser el lugar sagrado para para la introspección de sí mismo, la observación de sus propias cualidades y defectos.

 

LA ESCUADRA

La Escuadra, como Símbolo Masónico es tan antigua como la misma Masonería, pero su uso en las Artes Gráficas se remonta hasta la Edad Media, puesto que fue adoptada desde entonces por nuestros Hermanos Albañiles en esa época.

Es un instrumento compuesto por dos líneas que se unen formando un ángulo recto de imprescindible necesidad en el arte de la construcción, al obtenerse de la unión del nivel (igualdad) y la plomada (rectitud) es una herramienta perfecta como simbolismo de rectitud, equidad, justicia y virtud, contiene lecciones científicas, y muy elevadas enseñanzas Morales, por cuyo motivo se le considera también, como uno de los instrumentos alegóricos indispensables para lograr propagar gráficamente los conocimientos Masónicos, que se imparten en todas las Logias, puesto que sus trabajos deben desarrollarse, bajo la más estricta Discreción.

El ángulo recto, formado por la Escuadra, es el emblema de la estabilidad y aparente inflexibilidad de las leyes físicas. Los dos lados que concurren a definirlo se encuentran a distancia angular de 90 grados, que corresponde a la cuarta parte de la circunferencia.

Es un elemento que tiene diferentes significados dependiendo del tema que estemos abordando, del lugar que ocupe en el templo y del sistema masónico en el que estemos trabajando. Pero en términos generales, dentro de un Ara, la escuadra representa el aspecto terrenal del hombre. Además de los deberes morales y la rectitud.

El Aprendiz Masón usa la Escuadra como su único y adecuado Signo, tomando en consideración que a cada paso que da, la va marcando en su camino, con el fin de no desviarse jamás en su marcha hacia la Verdad y la Perfección, puesto que puede tomar senderos escabrosos, que puedan retardar o interrumpir su feliz viaje, sin duda le proporcionará la satisfacción de haber cumplido con sus Deberes, como persona de bien, y como Masón o Masona dentro y fuera de la Logia, puesto que a eso se refieren las enseñanzas, contenidas en la interpretación que se le atribuye a la MARCHA DEL APRENDIZ MASÓN, desde el momento de iniciada entre las Columnas del Templo, hasta alcanzar el Ara de los juramentos, lo que indica, que sólo con Seguridad y Firmeza, debe principiar a dar sus primeros pasos, por el camino de la Virtud, hasta que su misión haya terminado.

 

EL COMPAS

Es la tercera de las Luces inanimadas del Templo; es el símbolo que representa nuestra institución que abarca a todos los HH y HHA:. del mundo, del Amor Fraternal, del Amor a la Humanidad sin excepciones ni exclusiones.

El Compas se coloca sobre la constitución, abierto en 45 grados, con el vértice hacia el Oriente. La punta que hace centro representa, simbólicamente al hermano, y el círculo que encierra la otra punta, representa el campo de acción sin límites, en que este H o Ha:. irradiara la Luz, principios morales, intelectuales y masónicos. Debemos emplearlo en la construcción de nuestras obras, que asegura Belleza, Estabilidad y perfección. Símbolos de virtud, que es la medida de la vida y conducta de los masones y masonas.

El compás tiene un significado en conjunto con la escuadra y dependiendo del grado en el que se encuentre trabajando la logia, estos irán cambiando de posición. De tal manera que se dé a entender que mientras más alto sea el grado, más se avanza en el dominio de las pasiones y lo terrenal.

En nuestra iniciación Masónica, la V. Ma. nos indicó, que debíamos guiar nuestros pasos con la regularidad y precisión que el compás nos señala.

La Escuadra y el Compas, nos hacen comprender, el camino que debemos seguir en nuestros estudios, investigación y comportamiento, este binomio, ornamenta nuestro Escudo Masónico.

La Constitución, la Escuadra y el Compas, son las luces de una Logia, y su presencia hace JUSTOS los trabajos, nuestra misión como Sociedad Masónica, es impartir sus teorías, por medio de conceptos muy elevados, mediante los sistemas SIMBÓLICO y FILOSÓFICO, y enseñanzas MORALES, FILOSÓFICAS y CIENTÍFICAS.

 Es mi palabra

WAMA

M:.M:.

martes, 5 de abril de 2022

Cruzadas del siglo XXI


De Vietnam a Ucrania
Mural Palermo- Buenos Aires
Argentina 


Estamos asistiendo a uno de los momentos más aciagos de la historia reciente de la humanidad, un momento en que las herramientas simbólicas parecen no tener eco, los ruidos de la guerra ahogan las fraguas y los malletes, y la desesperanza invade los templos milenarios de los maestros masones. Acaso ¿El delta luminoso ha menguado su luz?, ¿Será posible que las herramientas simbólicas se hayan roto ante nuestros ojos?

El cambio climático, producto de una depredadora sed de capital y poder, ha venido cambiando nuestro ambiente a pasos agigantados, la crisis alimentaria global da cuenta de un proceso casi imparable y autodestructivo donde el aire caliente y contaminado inunda cada célula, cada rincón del cuerpo, cada mutación, cada pensamiento.

Derivada de la crisis climática surgió una pandemia, que en menos de un mes sumió a la humanidad en la incertidumbre, en el terror de ver pasar la muerte por la ventana y de respirarla en cada bocanada de aire, una infección feroz que todo lo infiltra y que todo lo toca. Vimos los muertos en contenedores fríos apilados en Europa, en Asia, en América del norte, presenciamos las calles vacías en nuestras ciudades y los supermercados alojando uno que otro paquete, esperando a alguien que por fin desocupara el ultimo anaquel.

No obstante, en aquel horizonte oscuro, una luz de esperanza nos dio buenas nuevas, y la misma tecnología que ha calentado la tierra y que derrite los polos, nos dio una manera de vencer a ese enemigo antiguo y recurrente, aquel que es imposible de eliminar y que se reproduce y evoluciona a velocidades inimaginables, un virus. Parecía que estábamos salvados y que nos reconciliábamos con la existencia, que las tasas de mortalidad volverían a caer y que la sobrepoblación seguiría su rumbo catastrófico.

La vacuna relámpago y la carrera biológica puso en la pista a las grandes potencias del mundo, ¿Pfizer o Sputnik?, ¿Sinovac o Janssen?, ¿acaso la guerra fría no era cosa del pasado, acaso el muro de Berlín no había caído en el 89?

Guerra, ¿quién diría Guerra en el siglo XXI?, sería impensable después de una pandemia, o eso dirían en algún magazín light de algún noticiero de las 7 de la noche.

Guerra, sí.

La guerra inicio otra vez, así como un virus infiltra los inermes ADN de sus víctimas, así como la capa de ozono sucumbe ante la polución, así como los corazones se endurecen y se acostumbran a las bombas y a los helicópteros artillados, así como los portaaviones rompen las olas del mediterráneo, el mar báltico y el mar negro, igual que siempre, la guerra ha vuelto.

Alguien dirá: nuestro país ha estado en guerra por décadas, o sufrimos más por la pandemia en Colombia porque somos un país con profundas desigualdades o, si, hemos contaminado el rio Bogotá borrándole la historia de los conquistadores españoles que fueron de los primeros en teñirlo de rojo.

Sí, es cierto, lo local es el reflejo de lo global.

Pero ahora estamos en peligro todos, todos como especie, incluso siendo depredadores, invasores y devastadores de planetas, no deberíamos desaparecer así no más.

Hoy debemos tomar como arma, la razon, como escudo la tolerancia, y como arenga, la necesidad de que hombre y mujeres marchen juntos en búsqueda de un ideal común: La paz, el bienestar colectivo y la construcción de sociedades justas, lejos de la vanidad, la ignorancia y el fanatismo.

Pero ¿Cómo hacer frente a enemigos tan temerarios?

The Warrior
Jean Michel Basquiat
1982

Nos queda la Fé, o la íntima persuasión de la conciencia fundada en la razón y el estudio de la naturaleza de las cosas y del espíritu humano. No una fe ciega, no una fe imposible, sino una fe de la bondad, una fe que no vamos a encontrar en ídolos políticos trepados en atriles o tarimas, ni en mesías cargados de dólares y de balas de mortero. Una fe que nace de las personas buenas y que aún creen que podemos lograr algo que nos salve de la hecatombe.

La misma fe que nos llevó a convencernos de que el dialogo era la única forma de abordar el paro nacional, la misma que nos permitió pensar en colectivo cuando nos vacunaron en la pandemia, la misma que nos hace pensar que aun somos merecedores de este mundo y de sus maravillas.

Nos queda la esperanza o la perspectiva futura del bien, el presentimiento de la recompensa, basada en la ley del equilibrio universal; pues, así como tras de la noche viene el día y tras de la tempestad viene la calma, así después de los dolores que algunas veces nos aquejan, debemos creer que vendrán días de calma y bienestar, en que nuestro espíritu reposará.

Pero es una esperanza firme, aquella que nos alienta a pensar que los que ayudan a los refugiados en la frontera de Polonia, lo hacen por amor al otro, por empatía con el sufrimiento. La esperanza de una nueva Colombia donde el hambre sea historia de un pasado difuso y que la equidad en todos los aspectos de la sociedad sea una visión calara del futuro.

Y nos queda el amor fraterno, o la sensación indefinible que brota del alma a la sola idea del sufrimiento, que nos impulsa a consolar el infortunio, sin premeditación, sin condiciones y sin el intento de la recompensa. Es el abandono del orgullo y de la vanidad, que a veces se esconden entre las campañas sociales por los pobres y desvalidos buscando reconocimiento o dadivas entre los desprevenidos.

Es una fraternidad de corazón, un sentir por el otro, genuino, autentico, con la consiente sensación de amor entre iguales, que están en diferentes situaciones de la vida.

Fe, esperanza y amor fraterno es lo que gritan los maestros del compás y la escuadra.

De la luz eterna del amor sincero por el otro y del solido mallete de los obreros de la verdad y la razón.

Es mi Palabra

G:.G:.C:.

 

M:.M:.