domingo, 21 de agosto de 2022

El metodo masonico: perspectivas de mediados del siglo XXI

 

Hace poco se hablaba en los medios de comunicación sobre el papel de la masonería en la sociedad moderna y el periodista se cuestionaba sobre la vigencia de un método antiguo en la sociedad moderna.

¿Sería adaptable a lo moderno? ¿La masonería es un método anacrónico? ¿Los jóvenes de hoy podrían pretender ser masones?

En mi experiencia pensaría que el método masónico alegórico y simbólico por excelencia, sigue estando vigente a pesar de los drásticos cambios de contexto a los cuales se ve expuesto, y de los cuales se reviste para incursionar en una modernidad de desafíos y de retos intelectuales.

El origen humanista y social de la masonería apunta hacia un abordaje particular del conocimiento y de los modelos estructurales de pensamiento que ponen al ser humano y a su dinámica social en el primer plano de estudio y de intervención, siendo la transformación personal de cada uno de sus miembros el paso fundamental para el cambio colectivo.

Mucho se habla entonces, del método masónico y de su manera singular de operar, permeando el modo en el que nos apropiamos de los conceptos y la manera en que los aprovechamos en bien de la construcción de nuevas propuestas de desarrollo. No obstante y aunque el conocimiento es evolutivo y dinámico, el método masónico continua insistiendo en una forma de aprendizaje basada en la interpretación de símbolos y rituales que persisten en el tiempo y que evocan tiempos pasados y misteriosos.

Por su parte, el aprendizaje es una construcción, en su mayoría consiente, en torno a situaciones del mundo que nos lleva a elaborar ideas de la realidad a través de representaciones, haciendo uso de las habilidades del pensamiento. Estas representaciones son los conceptos que elaboramos o replicamos y que permiten configurar modelos desde los cuales interpretamos, explicamos, predecimos, evaluamos, escribimos y creamos nuevo conocimiento para interactuar en contextos sociales y naturales.

En este aspecto debemos tener en cuenta que el conocimiento es amplio y que la profundización en ciertos aspectos y ciertas ramas de la ciencia es inevitable. Por lo tanto cada uno de los iniciados en un universo de saberes, experiencias y vivencias que hace que la estrategia metodológica deba ser flexible y adaptable a las personas y sus contextos.

Ahora bien, la controversia crece cuando se habla del tipo de acompañamiento a los iniciados en su proceso. Desde el punto de vista didáctico hay tres componentes planteados por Chevallard que conforman un triángulo donde, en los polos están situados: el saber, el maestro y el aprendiz y en su centro se ubica el conocimiento, siendo este, el resultado de la interacción de sus tres componentes fundamentales. El papel de cada uno es definitivo para llegar a un proceso de desarrollo cognitivo que pueda ser operativo en la realidad, pero ¿Cuál de los tres es el más importante? Teniendo en cuenta que 1. El saber puede ser tan complejo o tan simple que el aprendiz podría confundir el camino a su abordaje 2. El maestro puede influir de diversas maneras sobre el proceso de aprendizaje y puede sesgar el descubrimiento de lo esencial y 3. El aprendiz podría iniciar su formación sobre bases poco estructuradas y en ocasiones erróneas.

Telón del teatro Heredia
Enrique Grau- 1988


He aquí el secreto de un método antiguo en una sociedad moderna.

La masonería ha explorado diversas formas de dinamizar este triángulo, común otras formas de aprendizaje, y ha intentado crear un camino hacia la transformación del saber en conocimiento colectivo, útil para la propuesta de desarrollo que trae implícito un método poco neutral en aspectos políticos, sociales y de acción para un mejor futuro.

El papel del maestro masón en esta estrategia de aprendizaje del conocimiento está enfocado en coadyuvar en el proceso de apropiación de la simbología como medio de racionalizar los fenómenos humanos y su impacto en el contexto propio y grupal, siendo determinante en el fortalecimiento de las columnas.

El grado de maestro implica responsabilidades inherentes a su mismo nombre, ya que denota el dominio de algunos conceptos, ideas, técnicas, destrezas, que le hacen un referente dentro de los demás hermanos del taller. Podría decirse que debe convertirse en un modelo y un ejemplo al cual seguir, lo cual no solo obliga al conocimiento, si no a un profundo compromiso de perfeccionamiento continuo, de exploración de sus capacidades, de autorreflexión y de desarrollo personal.

Aunque se llama maestro y aunque este cerca al calor de oriente, seguirá aprendiendo hasta el final.

Por su parte el compañero, seguro de haber transitado a conciencia el primer escalón, traza su camino y se ayuda de las herramientas simbólicas que le fueron confiadas, siendo un valiente peregrino hacia la luz de  la verdad; no obstante aun sus pies son tiernos y podría herirse tratando de develar su verdadero propósito. Aunque pule con ímpetu la piedra brutal y la moldea sin cesar, este caminante aún necesita una brújula que determine su mejor opción de ruta.

Aunque es un obrero calificado, seguirá aprendiendo de su maestro.

El aprendiz camina entre tinieblas y aunque vio la luz al iniciarse, esta se tornó difusa, la bruma cubre entre velos la verdad haciendo que la luz de oriente sea apenas una pobre antorcha sofocada, sus pasos titubeantes apenas son el preludio de la fuerte marcha que será su paso futuro por la logia. Camina con determinación pero sin rumbo, sin vela y sin norte; necesita ayuda entre los símbolos y los ritos ancestrales que están por todos lados.

Aun con su determinación, el aprendiz se podría perder en el camino.

El aprendiz camina dando tumbos luego de su renacimiento de Deméter o Isis, lleva consigo el mallete y el cincel seguro de que podrá hacerse victorioso en la búsqueda de la verdad. En ocasiones un extraño lo acompaña, pero poco se fija en él, parece un viajero que atraviesa el mundo lleno de recuerdos y de herramientas  que encuentra en sus viajes. Un día ambos encuentran una luz a la cual seguir, es pequeña y lejana, pero poco a poco se torna más grande, tanto que hasta calienta sus corazones y sus espíritus, es un maestro con la porción de luz que logro tomar de oriente.

Es alguien confiable a quien seguir.

Más adelante hay más luces, son más maestros que también viajan buscando nuevos horizontes, nuevas luces, nuevos tonos y nuevos encuentros.

La masonería sigue vigente porque su método está vivo, porque está hecho de manos y de corazones que por momentos de afinan y vibran en un mismo acorde, ese momento es el encuentro en logia, el encuentro con el secreto masónico.

¿Lo descubriste?

Es mi palabra

 

GGC

M:.M:.

jueves, 18 de agosto de 2022

Convicciones circunstanciales después del Solsticio II

El misterio del solsticio, ayer y hoy, enseña y lleva a buscar la transformación del estado dialéctico de la propia existencia para pasar del estado natural del pensamiento a el estado divino original. Si bien de la vida dialéctica no puede uno escaparse, es imposible que sea de otra forma, el heroísmo de la vida dialéctica está ahí para purificar el fuego impuro, para hacer al hombre sabio, es decir moral y justo, para desarrollar en él una inteligencia infinita y una sabiduría ilimitada.

Pero ¿Cómo hallar esta incógnita ecuación del universo que todos los hombres y mujeres por naturaleza buscan?, ¿Cómo ascender el camino dialectico y entronizarse en el reino del espíritu?, ¿Cómo actuar sí somos, sí como humano soy imprevisible, inesperado y constituido de fuerzas y debilidades al mismo tiempo? Encuentro que para hacer este aprendizaje han existido muchos modos, maneras y caminos y al final todos se resumen en lo que el símbolo como ideal, representa y concibe. Hay que tocar fondo en el estado de la Nigredo Alquímica; es decir, tomar conciencia de la separación espiritual a la que está sometida la materia  corporal y seguidamente rebotar hacia la luz de la Conciencia Universal mediante el Albedo, es decir el renacimiento y la introspección. Entiendo que no se trata de disfrazar o convertir la misteriosa realidad exterior en conciencia interior; sino en volver a trenzar con hebras nuevas la Red de Indra que se esconde como leyenda en el mundo arcaico del subconsciente. Esto se ha dicho en nuestra tradición masónica y hermética de muchos modos y en muchas lenguas: Superar la sombra, atravesar la noche oscura del alma, confrontar lo inconsciente negativo, animal y depredador, perder el ego, invertir el magnetismo del inconsciente. El objetivo es saber, entender y comprender que la materialidad del universo, está animada y se mueve bajo la forma de un gusano que se arrastra, de un pájaro que vuela o de un humano que camina. El objetivo es anular el error del pasado de forma paulatina, progresiva y sistemática, transfigurando cada error evolutivo mediante la construcción del nuevo templo del hombre original, integrándome al campo de fuerza, al Egregor racional y libre de mujeres y hombres justos y buenos, participando del nuevo proceso del hombre vital, demoliendo la antigua casa, construyendo sobre el templo del Yo y suprimiendo toda culpa escondida en la mente inconsciente, descubriendo al maestro tejedor que habita y es la mente.

¿Qué buscar entonces sí el pensamiento, que está dentro de nosotros es la divinidad que da forma a nuestros destinos? Hay que buscar, meditar y reflexionar la instrucción sobre el nuevo tipo hombre y la esencia de la nueva vida. La enseñanza, la perfección vital, la comunión con los hermanos y seres de todos los tiempos pues no hay judío ni griego, ni esclavo ni libre, ni hombre ni mujer como dijo Pablo de Tarso. Hay que buscar mantener y transferir la antigua tradición mágica y mistérica de la verdadera comunidad de los aprendices e iniciados de acoger el espíritu de la renovación para manifestar todas las virtudes, sintonizar con los dones divinos o solares producidos por la conciencia del universo, la mente de la materia, el espíritu de las cosas.

Amanecer en los andes
Alejandro Obregón


Se que todo está a disposición de quién edifica unido en la cadena de la fraternidad para ser recogido. Dirigir el nuevo espíritu al Cenit de la libertad, la igualdad y la fraternidad universal mientras se supera el nadir de la vida dialéctica. Este ascenso, exige permanecer en la vigilia de la atención, en la lucha cotidiana que debe librarse para construir un mundo justo, libre y prospero que fundado en verdades arquetípicas universales de todos los tiempos continúe la obra del maestro Fundidor del fuego del Esplendor Hiram Abiff;  quién se regenera en todo tiempo siendo el dios Adonis muerto; Pitágoras proscrito; Osiris asesinado; la diosa muerte que muere por los nuevos nacimientos; Orfeo despedazado, Jesús Crucificado; Giordano Bruno condenado y ejecutado o  Jacques de Molay traicionado y quemado.

Estuve leyendo y meditando, muchos menos de lo que hubiese querido, por las circunstancias de la vida profana y una pregunta seguía inquietando espíritu ¿Cómo hacer este renacimiento solsticial sí a menudo es posible que vea sólo en el símbolo, en los símbolos, alusiones éticas o enseñanzas morales? Pues entendiendo que más que esto, los símbolos son la Luz Solar Blanca que se descompone en un color diferente en cada alma; y que para hacerlo debe ir acompañado del silencio, virtud fundacional del iniciado. ¿Por qué el silencio? A decir de Maestro Carlyle, el Silencio es el elemento en que se plasman las grandes cosas para salir a la larga a la luz meridiana de la vida completamente moldeada y majestuosa. ¿Por qué en silencio? porque hablar es muy a menudo el arte de ocultar los pensamientos. Hablar es el modo de suspender y sofocar la reflexión y la razón. Porque el habla es medio temporal y el silencio es un viaje eterno.

Por esto el silencio es el eterno deber del hombre iniciado. Con el silencio el alma se aísla de los sentidos, acalla sus pasiones, se contempla a sí misma y se transfigura en los símbolos. Con el silencio el alma atrae aquello que secretamente alberga, por ello no atraemos lo que deseamos sino lo que somos. Es por esto que el símbolo que es una encarnación y revelación del infinito, asimilado en silencio se funde en lo finito, para hacerse visible y cognoscible y guiarnos a todos. El hombre vive, trabaja y existe en y por medio de símbolos. La palabra, la lengua, los números, las ideas, los conceptos, las imágenes o las representaciones son símbolos que nos hacen dichosos o desventurados. Así, los símbolos están ahí para que el hombre se revele a sí mismo mientras los descubre. Descubrirse a sí mismo es vivir una vida poderosa, sabia y serena. De tal manera, que siendo guiados a través de símbolos todo lo que el hombre hace es la visible encarnación de su pensamiento; sus acciones provienen de las ideas o semillas que contempla, y estas a su vez, crean las circunstancias en las que vive. Los actos del hombre, son la revelación de la fuerza mística que le otorga el evangelio de la libertad, tan real como simbólico. El pensamiento y la acción son los carceleros del destino o los ángeles de la libertad.

La polisemia inagotable de los símbolos, comunican un significado manifiesto y latente, aparente y oculto más allá de la moda del pensamiento de cada época, siglo o era. Es decir, el simbolismo es permanente, es un acto intencional de la conciencia y se funda en la esencia de la cosa en sí, que por su naturaleza es incomunicable. Sin embargo, su interpretación es diferente en cada época y para cada hombre, es producto de la exaltación de las virtudes individuales y sociales que experimenta interiormente el ser espiritual de cada hombre. Estos, los símbolos como el dios Sol o la diosa madre, abren las puertas de la comprensión de verdades que se ocultan en las formas. Así tal y como escribe James Alllen ahí reside la absoluta y justa Gran Ley: que la vida del hombre ha sido ordenada con justicia, que todas las experiencias pasadas, buenas o malas son el resultado equitativo de la acción de su ser poco evolucionado aún, pero en constante progreso hacia su perfección.

De esta forma todo hombre es más que cuerpo y alma, es el Logos que continúa derramando vida por todo el universo crucificado en la cruz de la Materia. De tal suerte que,  instruidos por el héroe del mito solar, por Mitra, Horus, Freyr, Bacio, Adonis, Jesús, Huetsilopochtli o el maestro De molay, después de haber nacido de la virgen cósmica en la materia, estamos convocados a renacer en la primavera, donde reside el germen fecundante de la vida y del espíritu, atravesando las etapas del sendero: purificación, iluminación, y unión; vigilando el pensar, el sentir y el actuar, identificándonos con la vida y no con las formas, convirtiéndonos en un niño “si no os hacéis como niños, no entrareis en…”, vendiendo los bienes del ego que cautivan a nuestro corazón, viviendo como el héroe solar que habiendo nacido una y otra vez en la caverna platónica, mística y virginal debe salir a lo largo de su vida para acercarse a los peligros y tinieblas, a la ignorancia y la injusticia, a la pobreza y a la carencia y poder así fortalecerse en sabiduría y poder hasta que alcance la segunda iniciación, el bautismo de espíritu, el camino hacia Jerusalén, el baño de fuego, el descenso a los infiernos de la soledad y el abandono, la muerte en la cruz; es decir, hasta que logre hallar la justicia oculta que gobierna la vida; conducirse por el orden y no el caos; pulir la piedra bruta; progresar en el conocimiento humano que es la esencia de la búsqueda masónica; trabajar en el perfeccionamiento moral y espiritual, individual y colectivo; en el poder y no la debilidad, en la libertad, igualdad y fraternidad, en el sacrifico por la humanidad como lo hicieran Querzalcoalt, Mitra, Baco, Dionysos, Baldur, Bal/sab, Esculapio, Jaciento, Mardue, Jesús, Bel Merodac, Buda o los grandes Maestros.

Acepto que al igual que la luna atravesamos fases de vacío para ser llenados nuevamente. Somos iniciados inspirados en la espiritualidad de una regla y en la libertad de pensar para unir lo disperso de la sociedad, para desarrollar el individuo que nos constituye y la comunidad que nos alberga, para integrar la reflexión en la acción social. Estamos aquí para emanciparnos juntos; para entender que no hay dogma o consigna que se deba imponer; para hacer el esfuerzo de construir el edificio de las propias convicciones, para construir templos que se eleven con la luz inconformista, revolucionaria y permanente de la dignidad de la persona humana; para rechazar los extremismos, los fanatismos y las injusticias, para no retroceder ante el sacrifico por los demás, para poder realizar el anhelo del corazón humano: ser la voluntad del Ser, la conciencia del universo. 

Es mi palabra queridos hermanos.

JAMM

Convicciones circunstanciales después del Solsticio I

Los objetos cambian de apariencia para aquel que se halla en camino. Entiendo que el recorrido de iniciación es intraducible e inexplicable, que solo puede ser entendido en primera persona porque el secreto al que se inicia no es un conocimiento del misterio en sí; sino la experiencia de la búsqueda de la propia humanidad en sí mismo donde el Yo y no el Ego fragmentado, es lo relevante. Para esto, recorreré en esta plancha el camino de la mano de ideas ya expresadas desde antiguo, meditadas y repensadas por mí. 

Mostraré lo que veo a mis hermanos humanos y no pudiendo decirlo de otra manera porque soy mis ideas. George Martín y Njördur Njardvik, grandes Maestres coinciden en expresar que en la Logia, los objetos simbólicos son como puntos de referencia en un paisaje masónico que no es familiar en el mundo profano. El Ritual es nuestra guía para descubrir nuestro camino en el laberinto misterioso de nuestra realidad interior, que puede ser usada según nuestra voluntad: conciencia, plenitud de ser, alma, palabra suprema. Así, Francmasonería Mixta no es un nuevo culto pero si una filosofía humanista que trabaja sobre el terreno humano y social. La orden masónica mixta internacional Le Droit Humain, propone la paz entre los pueblos de toda la tierra, la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad. 

Estos son los preceptos de la Francmasonería Mixta que enseña la Justicia, la Tolerancia y la Solidaridad. ¿Pero cómo llegar a esto? Desde el alba de las civilizaciones, los seres humanos hemos encontrado al observar en el mundo circundante astros que han servido de respuesta anímica a nuestras inquietudes míticas, mágicas, religiosas, filosóficas o científicas. Entre esos astros, han sobresalido por su visibilidad, proximidad y evidentes efectos, reales o imaginarios en nuestra vida material y psicológica: el sol, la luna, el cielo, los astros, el fuego o las constelaciones. En la antigüedad, descubrió la humanidad que estos astros circulaban de manera regular y que su movimiento tenía repercusión en la manera en cómo las cosas se desarrollaban aquí en la tierra: me refiero a las siembras, las cosechas, la subida de las mareas, el clima o hasta en los humores del cuerpo. Por ello o con ello, el hombre creó un dominio particular de saberes y creencias, diseñó rituales y ceremoniales privados, descubrió dogmas y estableció tradiciones dogmáticas; en definitiva construyó un secreto arte hermético que le acercaba ciertas influencias cósmicas de astros como el sol, la luna u otros planetas mediante ritos, ceremonias, imágenes y prácticas que no podían ser públicas en templos. 

De estos astros, quién ocupó un lugar preponderante fue el sol considerado de manera antropomórfica y animista el dios sol, un dios Henoteista (es decir, que existía y compartía su poder con otros dioses mayores y menores) también llamado según las culturas hermanas de la época: Shamash en Babilonia; Suria en la India; Orus, Ra y Amon, Atum-Ra en Egipto; Utu para los Sumerios; Apolo y Helios en Grecia, Febo o Sol Invictus en Roma; Inti para los Incas; Kinich AHau para los Mayas; Xué para nuestros hermanos muiscas; Tonahtiuh o Huitzilopochtli para los mexícas; Lug para los Celtas, Balder para los Vikingos; Saulé para los Bálticos; Adytia o Surya en la India; Amaterasu para los Sintoistas; Kren o Kran para los Selkam de tierra del fuego entre Argentina y Chile; Tamazight o Magec para los antiguos bereberes que habitaron las islas canarias y Tenerife. En estas y cientos de otras muchas civilizaciones y culturas pasadas establecidas desde el Neolítico, el Sol ha sido fuente de calor, luz, vida, energía, esencia del bien, etc; 

Estas consideraciones históricas dieron origen a cultos mistéricos e iniciáticos que veían al Sol actuando por ciclos en la tierra y en la vida; y también como reflejo de la divinidad viviente pero en el mundo material; diferenciándolo de otros ciclos establecidos por el hombre mediante la economía, la política y la cultura. Así, el ser humano ha adorado a la naturaleza y sus agentes internos y externos como dioses; convirtiendo esta adoración en fuente de todos los sistemas teológicos, en una religión universal que es la expresión de las mismas verdades arquetípicas pero vestida con diferentes ropas.
Sembrador a la puesta del sol
Vincent Van Gogh
 Kröller-Müller museum



Se entendió entonces que el Sol, el mismo dios con diferentes nombres, establecía ciclos naturales de verano o invierno a partir de los cuales la tierra daba sus frutos y la vida florecía o la misma tierra madre, se silenciaba para fermentar la semilla. En este sentido se fue asociando con eventos que beneficiaban al ser humano como la agricultura, la navegación, el dinero o la circularidad del tiempo. Por ello, también se relacionó al Sol con la esencia del bien, la regeneración o la transmutación de la vida por el fuego en cada uno de los momentos cuando cambiaban sus periodos estacionales, también llamados “puertas solsticiales” ya que indicaban salidas de tiempos y nuevos destinos para los hombres y la tierra. 

El dios Sol, fuerza y principio de vida, fuego eterno que brilla en los cielos, es visto entonces como un “alma inteligente” que se distribuye por todas partes del cosmos siendo la fuente de la vida del hombre y la fuerza que anima toda la materia. Así, meditado este fenómeno vital, esta alma distribuida en una gran variedad de cuerpos organizados es la inteligencia distribuida del mundo, de la sustancia divina a través de la cual la energía se manifiesta; razón por la cual se le convierte en objeto de culto mediante fiestas religiosas y espirituales. 

En estas ceremonias rituales se le desveló y adoró junto a otras deidades mediante símbolos, metempsicosis y palabras. Estos cultos solsticiales celebrados anual, semestral o trimestralmente según el recorrido en 12 meses, palacios o signos zodiacales al dios Sol y los dioses particulares, divinidades intermedias o planetas astrales, indujo a ver al Verano como una puerta de entrada al infierno o a la vida de los hombres y al invierno como la puerta también de acceso a su contrario y complemento, puertas que han sido conocidas culturalmente como la fiesta del solsticio; la edad de oro de Kronia o Kronos o Vestalia en honor a la Diosa Vesta o Tierra y a las vírgenes Vestales; la Rosa Blanca Rosacruz; el festival de Midsommar del comienzo de la vida plena; la evocación Janí dios de la fertilidad y la suerte; el Astrofest o celebración de los astros y la primavera; el Inti Raymi o regreso del Sol; el recibimiento de San Juan el bautista; el círculo de Stonehenge; el anuncio de San Juan el Evangelista; las velas escarlatas Scarlet Sails ; el paso de Giza; el baño de sol de Chichén Itzá; la luz del gran Jaguar o Tikal o el paso del dios de las dos caras por las puertas solsticiales, Jano. 

Estas celebraciones llamadas todas solsticiales, consagran y conmemoran la primavera de la vida, la fuerza alquímica redentora del Espíritu universal o la fiesta de Jesús el Cristo enseñan que se nace en cada invierno, se desarrolla y crece en cada primavera, y se alcanza la plenitud en cada Verano; un ciclo en el que se toma la gran iniciativa y la dirección absoluta de la vida. Esta alegoría solsticial se fundada en la historia de Hiram Abiff, arquitecto del mito solar y guía de la evolución del alma humana. El mito de Abiff, es visto desde afuera por muchos como una exposición pintoresca de una realidad, pero no deja de contener una verdad que solo puede ser interpretada por iniciados, es decir por aprendices virtuosos bajo la tutela de un Maestro del misterio. 

Este contiene realidades no accesibles por la razón de los antiguos misterios ocultos y secretos del espíritu universal: el logos eterno, el dios sol, el Cristo, el Iniciado, el Héroe, dl Arquitecto, el principio oculto tras la leyenda, la alegoría y el mito que son en nuestra perspectiva masónica la memoria de las diferentes tendencias filosóficas y religiosas de la humanidad. De esta forma, la leyenda solsticial se transmitió con ceremonias de iniciación simbólicas en la antigüedad y se fueron creando secretos ocultos que con el tiempo fueron conocidos con el nombre de misterios. Estos existían al margen de la adoración popular que se nutría de letra muerta y de las vacías formas de las ceremonias esotéricas celebradas por no iniciados. Así, esta sabiduría antigua ha sobrevivido al paso del tiempo, los misterios se representaban bajo la dirección de los grandes Iniciados dirigidos por los Epoptai o dioses encarnados, reyes o avatares divinos que comunicaban toda la sabiduría simbólicamente, dando forma así a una ciencia sagrada que contenía los secretos de construcción del universo y de la finalidad de la vida humana, de la naturaleza de todas las cosas tal y como son en sí. Así lo enseñaba el Hierofante que conocía los misterios solsticiales de Eleusis porque los heredó del primer Logos, del primer Arché, la primera Phisys conocida.

Es mi palabra 

JAMM