Muy Ilustres Hnos.·. y
Hnas.·. Grandes Maestres de honor, Muy Ilustre Hermana Gran Maestre adjunto,
Muy Ilustres Hnos.·. y Hnas.·. Miembros del Supremo Consejo, Dignatarios y
vosotros todos mis Muy Queridos Hnos.·. y Hnas.·.
Encontrarme hoy en este
sitial, ante ustedes, es para mí un enorme honor. Es también mucha emoción ya
que sé la importancia de las responsabilidades que me incumben. Se trata del
desarrollo de la Orden y su sostenibilidad. Además, estoy muy impresionado de
ocupar un lugar que fue el de grandes Masones, nuestros pioneros; el lugar
también de mis antecesores inmediatos quienes supieron aportar, con dedicación
y competencia, su piedra a nuestro edificio. Reanudar y llevar esta antorcha
pues no es ciertamente simple, me doy cuenta, pero la confianza que es
depositada en mí me conmueve y me anima. Más allá de mi persona, mi
nombramiento es también un honor para mí federación, la Federación suiza. Pero
aún más, quiero considerar esto, ante todo, como un reconocimiento al aporte de
todas las pequeñas Federaciones a nuestra Orden.
Esas veintiuna pequeñas
federaciones, son las que le confieren a LE DROIT HUMAIN – EL DERECHO HUMANO su
carácter internacional y verdaderamente mundial y garantizan la mayor parte de
su diversidad. Estoy convencido de que el desarrollo de la Orden y su futuro,
depende en gran medida de estas Federaciones, a veces vulnerables y fluctuantes
quizá, pero en su mayoría, animadas de un ideal sólido y de una fuerte voluntad
de progresar. Hoy, las pequeñas Federaciones están verdaderamente al orden del
día, esto me enorgullece y me alegra. En el final de este Convento, grandes y
pequeñas Federaciones, Jurisdicciones y Logias Pioneras reunidas, disponemos de
las herramientas necesarias y de la voluntad para seguir trabajando en la perpetuidad
de la obra y en su desarrollo. Sabemos que nunca nada es definitivo ni
estático; que todo cambia, que nunca nada se da por sentado y que todo debe ser
constantemente imaginado, recreado y reinventado. Deleitarse en el “status quo”
sería muy perjudicial. Por supuesto, no es el momento de presentar en detalle
las tareas y los proyectos que serán los del Supremo Consejo en los próximos
años. Sólo quiero esbozar algunos principios y líneas de trabajo.
Se espera de él que tome las
decisiones y responda concretamente a los problemas planteados. Pero está claro
que por sí solo no puede controlar todos los conocimientos y todas las
habilidades esenciales para realizar eficazmente el conjunto de sus tareas. En
consecuencia, las distintas comisiones del Supremo Consejo buscarán las
habilidades y los dictámenes que les faltan donde se encuentran, es decir, ante
las federaciones, jurisdicciones o logias pioneras. La apertura es necesaria y
es un estado de ánimo que debe prevalecer.
Una obra importante será la
elaboración de rituales de referencia a todos los grados, lo que implica
proseguir el trabajo emprendido por el precedente Supremo Consejo, delimitar
los fundamentos del Rito, del grado 1° al 33°. El Rito escocés antiguo y
aceptado admite una visión muy amplia y plural de los rituales y es importante
poner a disposición de todos, guías y referencias. El Supremo Consejo debe
estar en condiciones de ofrecer modelos de rituales que cumplan con el espíritu
de LE DROIT HUMAIN – EL DERECHO HUMANO en toda su diversidad.
Así, no se puede ignorar la
cuestión de la representación de las federaciones dentro de las instancias de
la Orden, el Supremo Consejo y el Convento internacional. Corresponde al nuevo
Supremo Consejo analizar estas cuestiones y llevar a las federaciones sus
reflexiones para que puedan formular sus propuestas en el próximo Convento
internacional. Esto es una obra que requerirá una amplia concertación y sobre
todo, una aportación de ideas innovadoras. El trabajo pues, no faltará. El
Supremo Consejo se esforzará a su nivel, como ustedes lo harán en el suyo,
realizando lo mejor posible sus tareas administrativas y asociativas. Esto lo
haremos con el objetivo de la simplificación de los procedimientos. Sin
embargo, tendremos presente que el objetivo de estas actividades sólo es
proporcionar un zócalo en el cual puede basarse el trabajo simbólico e
iniciático y la acción masónica, primera razón de nuestro compromiso dentro de
nuestra Orden.
Mis Hermanas y Hermanos,
nuestra Orden se fundamenta en tres pilares indisociables que le confieren su
identidad y su originalidad: mixidad, continuidad iniciática e
internacionalismo. Este tercer pilar es el que le aporta su diversidad.
Promoverla sigue siendo LA prioridad, ya que es a través de ella que podemos
tender hacia lo universal. Nos lleva a superar todos los particularismos para
ubicarnos más allá de cualquier modelo ideológico, cultural, social o político.
Nos incita a encontrar al Otro, no solamente reducido a sus conceptos
culturales específicos, y a situarnos fuera de las limitaciones de tiempo y
espacio. Lo universal hacia el cual queremos tender es un ámbito infinito que
nos supera, donde todo es posible, donde todo queda por ser descubierto. ¡La
divisa del Rito “Ordo ab chao” y nuestro internacionalismo nos dejan entrever
que aspirar a lo universal es una utopía accesible, dado que se inscribe en la
DIVERSIDAD! Mis Hermanas y Hermanos, LE DROIT HUMAIN – EL DERECHO HUMANO me
parece ser mucho más que una Orden. Me gusta pensar que se trata de una Obra,
una obra colectiva, guiada por el reparto de un Ideal. De esta obra, todos
somos responsables, individual y colectivamente. Quiero concluir dirigiendo, en
nombre de todos nosotros, algunos mensajes de fraternidad y profunda gratitud.
Me dirijo en primer lugar a nuestra Muy Ilustre y Muy Querida Hermana Yvette
Ramon, quien, durante cinco años, y a pesar de algunos dramas personales,
presidió con lealtad, valor y perseverancia los destinos del Supremo Consejo y
de la Orden. Muy Ilustre Hermana, querida Yvette, usted ha recogido el legado
que le fue dado por su predecesor y ha sabido transmitirlo hoy, magníficamente
enriquecido con su experiencia.
Gratitud también, desde el
fondo del corazón, al Muy Ilustre Hermano Klaus Frösen, Gran Maestre adjunto
hasta la fecha, por el gran trabajo que realizó. Un Hermano de inmensa cultura,
que me enseñó mucho y a quien debo mucho. Gratitud también a todos los miembros
del Supremo Consejo que dejan su cargo, quienes trabajaron con competencia y
dedicación, contribuyendo también a mantener viva y luminosa la llama de LE
DROIT HUMAIN – EL DERECHO HUMANO. Gracias a las obediencias amigas que nos
honran con su amistad al estar presentes y compartir con nosotros este gran
momento que representa nuestro Convento internacional. No hay que olvidar
tampoco el agradecimiento a todos los organizadores y a los voluntarios que, a
veces en la luz, y más a menudo en la sombra, han permitido el buen desarrollo
del XV° Convento Internacional y han contribuido a su éxito. Y luego, mis Muy
Queridos Hermanos y Hermanas, gracias a ustedes, todos, Delegados de las
Federaciones, Jurisdicciones y Logias Pioneras; y también ustedes, Hermanas y
Hermanos que vinieron a participar en este Convento y a esta Tenida de
Clausura. Su presencia es testimonio de la fuerza de los lazos que nos unen.
Informad en vuestros Orientes, a todos los Hermanos y Hermanas, los muy
fraternales mensajes de este Convento internacional y los saludos del Gran
Maestre y del nuevo Supremo Consejo.
He dicho. Mayo 28 de 2017 (e.·.v.·.)
He dicho. Mayo 28 de 2017 (e.·.v.·.)