martes, 28 de mayo de 2013

Todo es símbolo… Llamad y se os abrirá


Encontrándome en tenida y observando la cantidad de símbolos que tenemos la oportunidad de observar y meditar mientras guardamos silencio en nuestra condición de aprendices, una de las cosas que ha llamado mi atención ha sido el momento en que se encienden las luces que decoran el ara al interior del templo (Belleza, amor y paz).
A partir de ahí y desde que decidí hacer este trabajo me he concentrado en observar la simbología de la terna, como se vive en cada tenida y su importancia:
  • Los tres principios masónicos, el Delta o triángulo que preside la Logia y que representa el ideal al cual tiende el masón: Libertad, igualdad, fraternidad
  • Las tres grandes luces de la masonería sobre el Ara del Trabajo: El libro de la ley sagrada (representado por nuestra constitución abierta en la página de la declaración de principios), el compás (abierto a 45° con su cabeza orienta hacia el Ven... Maest..., y la escuadra (que cubre en grado de aprendiz los dos brazos del compás)
  • Las tres luces ubicadas sobre los sitiales de las tres Dignidades de la Logia: El Ven... Maest... y de los dos VigVig...: SABIDURIA (presidiendo la construcción de la obra) – FUERZA (Sosteniendo la obra) Y BELLEZA (Adornando la obra)
  • Los tres viajes de iniciación
  • La edad del aprendiz (tres años)
  • Los tres grados de evolución: Aprendiz, compañero y maestro
  • Las demostraciones de fraternidad, cuyas tres palabras enca bezan las planchas o trazados de Arquitectura (Salud, Fuerza, Unión)
  • Los tres puntos al final o después de cada letra inicial en toda clase de abreviaturas que aparecen en los distintos escritos Masónicos, también utilizados en la firma personal de cada Q...H...
  • Por medio de tres preguntas que el Venerable Maestro hace consecutivamente a los dos Vigilantes, se abren y se cierran los trabajos de la Primera Cámara.
En La Divina Comedia de Dante puede observarse como hay tres eternos mundos: Infierno, purgatorio y paraíso, como son tres los animales que entorpecen el paso a Dante (la serpiente, el león y la maliciosa loba Uaag), tres son las mujeres que se apiadan de Dante y le mandan a su maestro Virgilio, estas mujeres son la Virgen María, Lucía la patrona de los ciegos y su enamorada Beatriz. El cervero perro de tres cabezas que aparece en el tercer círculo.

¿Por qué se insiste tanto en el número tres?

La palabra tres, deriva de la Lengua Latina “TRINUM” o “TIU BIUM”, y es el primer número impar, puesto que se, compone por la reunión de tres unidades; o de otro modo, del uno y el dos; que vienen siendo la unidad y el primer número par.

Históricamente se sabe que entre los antiguos pobladores, el tres era el más sagrado de los números; aun cuando es una figura aritmé tica, a la que se le han atribuido algunas virtudes místicas, al asegurar que es la base de los Signos de la perfección, y por eso vemos que en la Filosofía de Platón se le consideraba como la Imagen del Ser Supremo en sus tres personalidades: la material, la espiritual, y  la intelectual que es lo que tácitamente, determina a la Unidad hombre por cuya

razón tal vez Aristóteles llegó al convencimiento de que el tres contiene en sí; al principio, al medio y al fin, lo que también viene a indicarnos, que es el símbolo de la perfecta armonía, del factor de conservación y del progreso natural, entre todos los seres y las cosas.

Pitágoras por ejemplo tenía su terna pitagórica planteada en el Teorema de Pitágoras, son necesarios y suficientes tres puntos no alineados para determinar un plano y una circunferencia, son tres los puntos de apoyo que se necesitan para sostener el equilibrio (lo vemos en el trípode).

En la Mitología Griega y Romana, al número tres se le ha conside rado como el principal atributo de los sucesos legendarios, como por ejemplo: se dice que el rayo de Jove era tridente; que el astro rey tenía tres nombres, Sol, Apolo y Liber y que, igualmente al planeta nocturno, se le designaba de tres maneras: Luna, Diana y Hecate; que también había tres furias y se conocían tres parcas, que influían en el ánimo de los hombres.

De la misma manera entre los Druidas se le consideraba al número tres, como de gran influjo dentro de sus prácticas sagradas, y más tarde los Mithras, suponían que el Empíreo se sostenía por medio de tres inteligencias: ormuzd, Mithra y Mitrhas y así sucesivamente a la cifra tres, se le ha venido dando o atribuyendo un carácter universal mente místico a través de las Edades.

Algunos estudiosos del tema dicen que el número tres representa la perfección divina, en la religión cristiana, Dios se representa en tres personas (El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo). La simbología del tres y otros números aparecen de manera casi constante en la historia religiosa de la humanidad, tanto en religiones "avanzadas" como "primitivas".

El número tres aparece abundantemente en la Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. En el Antiguo Testamento, tres veces los serafines claman “Santo, Santo, Santo” (Isaías 6,3); también así lo hacen los cuatro seres frente al trono de Dios en el libro del Apocalipsis (Apoc. 4,8). Tres veces es dada la bendición divina en el libro de los Números (Num 6,23-26). En estas bendiciones, el nombre del Señor aparece tres veces. El Arca de Noé tenía tres pisos. Son tres los hijos de Noé (Gen 6,10); tres los amigos de Job (Job 2,11); tres los invitados de Abrahám (Gen 18,2); tres los amigos del profeta Daniel (Daniel 3,23) y tres las veces que Dios llamó al profeta Samuel (1 Sam 3,8).
En el Nuevo Testamento, el tres es llamado “número divino” por ser mencionado con frecuencia en relación con las cosas santas: “el Espíritu, el agua y la sangre” dice la Carta de San Juan (1 Juan 5,18). El ser humano está conformado por espíritu, cuerpo y  alma según el Apóstol San Pablo (1 Ts 5,23). También están las tres oraciones que el mismo Apóstol hizo pidiendo que le sea sacado el aguijón de la carne que lo perturbaba (2 Co 12,8). Son tres las virtudes: fe, esperanza y caridad. Las tentaciones de Jesús en el desierto fueron tres (Lc 4,3-10) y el Señor repitió por tres veces las palabras “está escrito” aludiendo a la Palabra de Dios para ahuyentar al Maligno. Jesús fue crucificado en la hora tercera y hubo tres horas de tinieblas cuando Él estaba en la Cruz. Son tres las negaciones de Pedro y tres las  preguntas del Señor Resucitado al mismo Apóstol.
El tres es considerado el símbolo de la “perfección divina” debido a la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo); así como también “el tercer día según las Escrituras” de la muerte y resurrección del Señor: “como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches” (Mt 12,40). En el Evangelio de Juan, dijo Jesús a los judíos: “destruyan este templo y en tres días lo levantaré” (Juan 2, 19). El Señor  resucitó a tres personas cuando estuvo en la tierra. A su amigo Lázaro, al hijo único de una viuda y a una muchacha. En el Antiguo Testamento, hay también tres casos de resucitados (1 Re 17,9-24; 2 Re 4,18-35; 2 Re 13,21). En toda la Biblia hay un total de seis personas resucitadas. Las seis que resucitaron -sin embargo- murieron nuevamente. El séptimo resucitado fue el propio Señor Jesús. Él jamás murió de nuevo. Jesús resucitó el tercer día y se apareció por tres veces a los Apóstoles.
También hay que recordar los tres días por el desierto del pueblo de Israel antes de atravesar el Mar Rojo. Estos tres días transcurrieron inmediatamente después del sacrificio y de la comida del Cordero Pascual. (Ex 14, 27). Tres días después de la Pascua, los israelitas atravesaron el mar. (1 Co 5,7). En la nueva Jerusalén  en el libro del Apocalipsis, la muralla que rodea la ciudad tiene tres puertas en cada costado. Por ser el número de la Trinidad y el número de la resurrección, el  tres es el número de la total manifestación de los más grandes misterios de Dios y de Jesús.
El Templo de Salomón contenía tres departamentos, en que se rendía culto a tres imágenes: la de la tierra, la de los mares y la de los cielos; también había que penetrar a tres cámaras de prepa ración, antes de recibir la Luz: a la de la verdad, a la de las ciencias y a la de las artes; dentro de los antiguos templos iniciáticos, se tenía que pasar a través de tres aposentos: el negro, el azul y el rojo, para el fin de conocer tres cualidades: el valor, la bondad y la energía del candidato.
“El enigma más enigmático con que se enfrenta el hombre es, según señala Lacan1, que hacen falta dos para que nazca uno. Lo intuitivamente lógico sería que de uno nazca uno... pero no señor, hacen falta dos. Por lo que ya de movida, tres nos abre a contemplar la dimensión de misterio y designio que tiene la vida, que excede nuestra lógica. Y donde algo excede nuestra lógica para producir sentido, despunta lo Sagrado por detrás. El tres, entonces, nos remite a lo vital-sagrado”2
Tres son los pasos por este mundo: Nacimiento, vida y muerte…
Existen muchos elementos ternarios en el simbolismo masónico, el ternario preside el inicio de la edificación del templo interior del francmasón al igual que la construcción del Cosmos, del cual la Logia es una imagen perfecta.
Todos los símbolos masónicos no son signos mágicos, amuletos o secretos, sino medios útiles para aprender lo que no se enseña en las escuelas: “Que los seres humanos deben cooperar entre sí para hacer un mundo digno de ser vivido por todos en libertad, igualdad y fraternidad”.
Es mi palabra
 
ALMC una eterna Apr:. Resp:. 1545 Jacques de Molay Pereira

1 Médico psiquiatra y psicoanalista francés conocido por los aportes teóricos que hiciera al psicoanálisis basándose en la experiencia analítica y en la lectura de Freud

2 http://eltestigofiel.org/dialogo/foros.php?idu=13767





 

lunes, 20 de mayo de 2013

Camino Inicíatico


Nuestro trabajo masónico es una trama compleja pero delicada de aportes, opiniones y puestas en escena del sentir profundo de cada obrero, fuertes golpes de mallete o finas pinceladas armónicas constituyen el alma y el corazón del arduo que hacer iniciático.

Somos el resultado de luchas incesantes llevadas a cabo en otras latitudes y en otros momentos de la historia del hombre y hemos llegado hasta el peldaño que cada uno de nosotros tiene enfrente, todos los días debemos decidir nuestro siguiente paso. Una decisión complicada por sus consecuencias, pero simple por su escencia humana.

El modernismo ha marcado el desarrollo social conforme se va definiendo este concepto, día tras día las corrientes políticas, educativas y laborales deben transformarse y evolucionar conforme las necesidades de cada región en incluso de cada individuo. El fenómeno de globalización de la información, la mezcla incesante de culturas, idiomas y opiniones ha creado un crisol tan disímil y heterogéneo, como oportuno para una época como la nuestra.

La masonería moderna debe adaptarse de forma activa y determinante a esta evolución del pensamiento humano y social, debe ser incluyente, tolerante, participativa y por escencia, respetuosa de los derechos de cada individuo.

La construcción simbólica de un templo, fundamentado en solidas columnas y apoyado por los miembros de la logia, es una alegoría mística del trabajo a conciencia y de la cooperación fraterna entre los seres humanos, en busca del mejoramiento colectivo que redunda en la optimización de los esfuerzos sociales y su aplicación a los modelos filosóficos de nuestro tiempo. El modelo de formación iniciática es, en definitiva, un conjunto de estrategias que bajo la simbología y la instrucción de los conceptos fundamentales, busca el progreso del individuo, moldeando su carácter, así como su forma de relacionarse con el medio social.

Es el obrero aprendiz de manos inseguras y golpes desmedidos, la base de una gran obra edificada una y otra vez. Con cada iniciación regresamos a la oscuridad de la cual queremos escapar y aunque la búsqueda nos invita a sortear obstáculos y hasta a poner en riesgo nuestra integridad, aceptamos gustosos las pruebas y los viajes de un camino que empieza tortuoso y se va matizando con el paso titubeante pero decidido del recipiendario. El obrero no calificado quiere iniciar su obra cuanto antes y a veces sin planificación, requiriendo que sus herramientas simbólicas sean guiadas, pero no manipuladas por los maestros calificados, que aunque más pacientes y con más experiencia, no dejan de ser obras todavía en moldeamiento y consolidación, han visto la luz pero requieren de tiempo para acostumbrarse a ella.

La logia de aprendiz es rica en alegorías y es un espacio de trabajo habitual, la fraternidad se expresa desde el momento en que las vendas y las cadenas de la vida profana, caen estruendosas y se confunden con los rostros de unos sonrientes desconocidos que ofrecen una extraña, pero reconfortante calidez.

Diversos viajes ocurren luego de la iniciación, viajes inciertos en busca de un oriente difuso y tórrido que se ve entre la bruma de la inocencia y la vacilación, hay pasos que son claros y otros confusos, entre las desviaciones y curvas que nos ofrece el paisaje etéreo de la escalera de tres peldaños. Al transitar por estos primeros recodos, ocasionalmente nos encontramos con las huellas de pies descalzos, que resultan ser los propios; vueltas y vueltas, a veces en el mismo lugar, nos hacen pensar en la posibilidad del extravió y de la desesperanza, pero la brújula sutil de nuestros actos y un fino haz que se desprende de un delta nos hace recuperar la fuerza para levantar el mallete y la confianza para sostener el cincel.

SV:.

lunes, 6 de mayo de 2013

"Aleros"
Valinore

No todo está perdido



Boaventura de Sousa Santos

Sociólogo y profesor catedrático de la Facultad de Economía de la Universidad de Coímbra (Portugal) – Tomado de Visão

Esperar sin esperanza es la peor maldición que puede caer sobre un pueblo. La esperanza no se inventa, se construye con alternativas a la situación presente a partir de diagnósticos que permitan a los agentes sociales y políticos ser convincentes en su inconformismo y realistas en las alternativas que proponen. Si se produjera el desmantelamiento del Estado de bienestar y se llevaran a cabo ciertas privatizaciones (la del agua), estaríamos entrando en una sociedad políticamente democrática pero socialmente fascista, en la medida en que las clases sociales más vulnerables (la gran mayoría de la población) verían depender sus expectativas de vida de la benevolencia y, por tanto, del derecho de veto de grupos sociales minoritarios más poderosos. El fascismo que surge no es político, sino social y convive con una democracia de bajísima intensidad. La derecha en el poder no es homogénea, pero en ella domina la facción para la cual la democracia, lejos de ser un valor incalculable, es un costo económico y el fascismo social es un estado normal.

La construcción de alternativas se apoya en dos distinciones cruciales: entre la derecha de la democracia como coste y la derecha de la democracia como valor; y entre esta última y las izquierdas (en el espectro político actual no hay una izquierda que asuma la democracia como un coste). Las alternativas democráticas tienen que surgir de esta última distinción. Los demócratas portugueses, de izquierda y de derecha, tendrán que tener en cuenta tanto lo que los une como lo que los divide. Lo que los une es la idea de que la democracia no se sostiene sin las condiciones que la hacen creíble para la mayoría de la población. Esta credibilidad se basa en la representatividad efectiva de quien representa (sistema político, sistema electoral, democracia interna de los partidos, financiación de campañas, etc.); en el desempeño de quien gobierna (rendición de cuentas, castigo de la corrupción y del abuso de poder); en el mínimo de ética política y de equidad para que el ciudadano no lo sea únicamente cuando vota, sino también cuando trabaja, cuando está enfermo, cuando va la escuela, cuando se divierte y cultiva, cuando envejece. En la coyuntura que atravesamos, este mínimo denominador común es más importante que nunca, pero al contrario de lo que puede parecer, las divergencias que se dan a partir de él también son más importantes que nunca. Son ellas las que van a dominar la vida política de los portugueses y europeos en las próximas décadas.

Principales divergencias
 
Primero, para la izquierda, la democracia representativa de raíz liberal es hoy incapaz de garantizar, por sí misma, las condiciones de su sostenibilidad. El poder económico y financiero está concentrado y globalizado de tal modo que su musculatura logra secuestrar con facilidad a los representantes y gobernantes (¿por qué hay dinero para rescatar bancos y no lo hay para rescatar familias?). De ahí la necesidad de complementar la democracia representativa con la democracia participativa (presupuestos participativos, referendos, consultas populares y consejos de ciudadanos). En el contexto europeo no habrá democracia de alta intensidad sin la democratización de las instituciones y procesos de decisión comunitarios.

Segundo, el crecimiento sólo se transforma en desarrollo cuando es ecológicamente sustentable y contribuye a democratizar las relaciones sociales en todos los ámbitos de la vida colectiva (en la empresa, la calle, la escuela, la familia, el acceso al derecho, la opción religiosa). Democracia es todo proceso de transformación de relaciones de poder desigual en relaciones de autoridad compartida. El socialismo es la democracia sin fin.

Tercero, sólo un Estado providencia fuerte hace posible una sociedad providencia fuerte (padres jubilados con pensiones recortadas dejan de poder ayudar a sus hijos desempleados, así como hijos desempleados dejan de poder ayudar a sus padres ancianos o enfermos). La filantropía y la caridad son políticamente reaccionarias cuando, en lugar de complementar los derechos sociales, los sustituyen.

Y cuarto, la diversidad cultural, sexual, racial, religiosa debe ser celebrada y no sólo tolerada.

Nota:

Nótese que el texto está pensado para el actual contexto europeo de crisis y, sobre todo, para el contexto portugués. El combate del fascismo social requiere una nueva política de frentes en Europa formados por fuerzas democráticas que, unidas en su diversidad, sean capaces, mediante formas de organización, articulación y acción flexibles, de una notable unidad de propósitos y de centrar sus luchas en torno al fascismo social y sus efectos. La situación no es la misma que justificó los frentes antifascistas de los años 1930 en Europa, pero tiene algunas semejanzas perturbadoras.

 
Traducido por Antoni Jesús Aguiló y José Luis Exeni Rodríguez
Aporte OAG.