martes, 29 de agosto de 2017

EL SENTIDO DE MI VIDA, A TRAVÉS DEL SÍMBOLO

“El ser humano, es un ser que sintiéndose arrojado a la vida tiene la responsabilidad de hacerse cargo de sí. El ser humano no puede despreocuparse de sí, pues en la medida que lo hace deja escapar su ser.   Los seres humanos tenemos una existencia que nos hace responsables de hacernos cargo de nuestro ser, no solo consentirlo; también, hacerlo crecer, para que sea distinto, para que DEVENGA MEJOR, pensamiento de Heidegger, que, si no nos hacemos cargo de nosotros mismos, comprometemos el sentido de nuestra vida.

A su vez Nietzsche, nos invita a hacer de nuestra vida una obra de arte, si no lo hacemos la vida se nos va, ningún otro animal tiene que responsabilizarse de la vida que se le entregó, de la forma como requiere hacerlo el ser humano.

Humberto Maturana, habla de una palabra que encuentro pertinente para nosotros los Francmasones, y es la autopoiesis, se refiere al hecho de que los seres vivos son seres capaces de auto producirse permanentemente a sí mismos, y cuando dejan de hacerlo se desintegran, por tanto mueren, y en los humanos tiene una connotación especial:  además de  que debemos ser capaces de garantizar la reproducción de nuestro sistema biológico, para sobrevivir, los seres humanos tenemos que mantener vivo un juicio, como una llama, y es “MI VIDA TIENE SENTIDO”  y por eso QQHH:. Estamos aquí, hemos elegido este camino iniciático, un camino  del devenir, que involucra un compromiso importante con la auto-transformación, con no contentarnos con ser quién hoy somos, con plantearnos la pregunta , permanente, sobre el tipo de persona qué podríamos llegar a ser, el tipo de ser humano qué quisiéramos ser y es así como, de manera individual me planteo la transformación de mí misma, y me puedo plantear también la transformación de mi entorno, para que sea mejor, es así como Nietzsche, nos invita hacer de la vida nuestra obra de arte.

Así pues, los Francmasones, somos simplemente seres humanos, de los que todos estos grandes filósofos hablan, que buscamos “IR MÁS ALLÁ”, intentamos, aunque no siempre es fácil, tomar conciencia de nuestras imperfecciones, de nuestros errores, puliendo constantemente la piedra para ser útiles a la sociedad, para que, en coherencia con nuestro actuar, defendamos en todo lugar la dignidad humana.

Cuando prestamos juramento, puede decirse que realizamos un pacto de alianza entre nosotros los miembros de la logia, comprometiéndonos en reciprocidad y es ahí donde reposa la fraternidad, a partir de ese momento el otro es reconocido igual a uno, aceptándonos tal como somos: imprevisibles, inesperados, basando esta relación en nuestras fuerzas, nuestras oportunidades y nuestros límites.

Este viaje, interior, este devenir (como lugar a ser o convertirse), este conocimiento y reconocimiento del otro, nos permite la comprensión del ser humano y se facilita, propicia y esclarece, por el estudio de los símbolos, el ritual, tradiciones y los mitos y alegoría, memorias de toda la humanidad. Los Francmasones se dieron cuenta de una gran verdad de la condición humana: Los símbolos pueden transmitir mensajes que están más allá del alcance de las palabras.

La conversión de San Pablo
Caravaggio
Coleccion Odescalchi Balbi, Roma
Es pues en el Templo, espacio de reflexión, donde como aprendices, se comienza este trabajo, con detenimiento, sobre nosotros mismos. También los símbolos en la M:.  nos recuerdan a todos, nuestro lugar, papel y responsabilidades dentro de la Logia.
  
Quiero hacer, someramente la reflexión de tres símbolos unidos a su vez, por otros.

En el Templo contamos con TRES luces, el VM:. , quien dirige la Log:., con la asistencia de El Pr:.Vig:. y el Seg:.Vig:.   representados a su vez por tres Joyas LA ESCUADRA EL NIVEL Y LA PLOMADA, a su vez, cada uno representa cada una de las tres columnas o pilares,  la de la sabiduría, de orden jónico,  la de la fuerza, de orden dórico y la de la belleza, de orden corintio.  Cada uno cumple un papel en el gobierno de la Logia y esto se indica mediante el símbolo que lo representa en la explicación ritual y metafórica.

Todos estos símbolos nos ayudan a entender y a conectarnos, desde nuestra emocionalidad y la clase de observador que somos.  El símbolo me habla, por ello el símbolo puede tener significado diferente para otras personas, ninguno de nosotros tiene toda la razón o estar equivocado.

En nuestros rituales, de cada grado simbólico, escuchamos las declaraciones de cada símbolo, de su   propósito y función, para que cada uno de nosotros, podamos aprender a aplicar el significado emocional del símbolo en nuestra propia vida, o alma o camino, para que podamos “IR MÁS ALLÁ”, dado que los símbolos pueden influir sobre el pensamiento y las acciones de las personas.

El VM: en su collarín, tiene en la punta la Escuadra, ésta como herramienta, se usa para regular las esquinas rectangulares de un edificio y para ayudar a convertir la materia tosca a su debida forma, nos enseña a regular nuestra vida y nuestras acciones de acuerdo con las líneas y las normas masónicas con el fin de que armonicemos nuestra conducta. La escuadra nos enseña la moralidad y la regulación de nuestras acciones. La tarea del M:. Es darle forma a la piedra tosca para convertirla en un cubo perfecto. En el VM: la escuadra es símbolo de esplendor y trabajo, El VM:. También tiene bajo su cuidado la columna de la Sabiduría. El VM: como inspirador en su labor debe ajustar y armonizar los diferentes elementos de su logia, para que podamos convivir juntos como HH:. En una casa.  Yo acojo, la expresión de Séneca “La Sabiduría es la fuente de la única Libertad”. Porque vive en comunión con él mismo, escucha su corazón y sabe ser obediente a sí mismo, es tan libre, que no entra en el juego de la hipocresía ni la falsedad. Por ello la Sabiduría preside la construcción de nuestro edificio, para lograr la libertad. El VM:. Se encuentra al Or:. Para avivar el día y dar inicio a la reunión.

La  Segunda Luz, El Pr:.Vig:., en su collarín tiene otra joya, EL NIVEL,  es una herramienta de trabajo, que se nos entrega para lograr el equilibrio y la igualdad en la aplicación de los sentidos, las emociones y la mente, el piso de la logia, como se muestra en el cuadrado de dibujos, es un espacio nivelado, resultante de nivelar cuadros blancos y negros, éstos representan las experiencias buenas y malas que tenemos en nuestra vida diaria, nuestra tarea, sí queremos adquirir sabiduría es superar este dualismo, debemos reajustar nuestra conciencia en un nivel, desde el cual podamos ver más allá de ellos y entender  que lo blanco y lo negro, son igualmente valiosos para nuestra autopoiesis, (transformación).  Por ello el  Pri:.Vig:.  está encargado del pilar dórico, (la fuerza), como símbolo de la fuerza necesaria para enfrentar y sostenernos en todas nuestras dificultades y elevarse sobre ellas.

El Pri:.Vig:. o Segunda Luz, marca el sol poniente, tal como el sol se pone en el Occidente al final del día, el Pri:.Vig:. termina la reunión de la Log: a la orden del VM:.

La Tercera Luz, el Seg:.Vig:. en su collarín, encontramos otra joya, La plomada, es símbolo de rectitud y verdad, nos enseña a caminar en rectitud.  Así como el constructor levanta su columna perpendicular con la guía del nivel, todo M:. Debe comportarse en este mundo conservando un debido punto medio, es decir en equilibrio, en lo posible, lograr no ser dominado por ninguna pasión.  La plomada nos enseña la ecuanimidad y la rectitud de la vida y las acciones.

El Seg:.Vig:. está en la columna o pilar de la belleza (Corintio), la belleza adorna al hombre en su interior, la belleza también brilla en toda la creación con simetría, aquí iniciamos nuestro trabajo interior, con la ayuda del cincel, de los conocimientos MM:. Para lograr esa belleza del alma.  El Seg:.Vig:. marca el sol  en su meridiano y llama a los HH:. Para que dejen sus labores y vayan al descanso y también para que luego los retomen, pues la ganancia y el placer es resultado el uno del otro.

Es así como a través de estos símbolos, las escuadras, los niveles y las perpendiculares, se nos conoce a los MM:. por tanto, de nosotros se espera que nos paremos perfectamente erguidos, con los pies en escuadra. Es de esta manera como nuestro cuerpo se considera un emblema de nuestra mente.

Así pues QQ:.HH:. en este DEVENIR, (llegar a ser, convertirme en) nosotros nos convertimos, en símbolos, con nuestras acciones. Mi invitación es a reflexionar, sobre qué quiero yo simbolizar, por ejemplo, Mandela es símbolo de perdón.  ¿Puedo yo, incorporar todos estos aprendizajes a través de la simbología encontrada en el templo y rituales, y transmitir, cordialidad, fuerza, sabiduría, generosidad, entendimiento y compasión? Con las herramientas propias de la construcción, Cómo me estoy moldeando ¿Cuál es la imagen del ser humano que deseo vivir y proyectar?  ¿Proyecto Belleza en mi forma de vivir?


Es mi palabra VM:.

EGV
M:.M:.

martes, 15 de agosto de 2017

El Mandil

La palabra mandil viene de la voz latina mantile y también se traduce como sinónimo de mandil, es un delantal que se coloca atado con un cordón a la cintura y que llega hasta los muslos; sirve para preservar los vestidos de los trabajos de los artesanos.
Es la representación del trabajo material, espiritual e intelectual del hombre que le permite desarrollar libremente todas sus actividades en bien de quienes le rodean y nos recuerda constantemente en logia.

Citando el libro de Génesis dice que Dios vistió de piel a Adán y a su mujer y los envió fuera del jardín del Edén “para que trabajaran la tierra”. Puede entenderse de esto que Dios dotó al hombre de cuerpo físico para que ejercitase, trabajase, sus cualidades divinas en la tierra.
Adan y Eva
Tiziano
Museo Nacional el Prado, Madrid

Ahora bien, por lo que respecta a las enseñanzas e interpretaciones simbólicas en Masonería, el Mandil tiene su origen desde las más antiguas costumbres hebreas y egipcias, en donde en principio se adoptó, para ser usado durante los trabajos materiales de edificios, monumentos, templos y demás construcciones de arte en materia de arquitectura, y su figura la observamos constantemente sobre los relieves de esas grandes obras de la antigüedad.

Como aprendiz porto el mandil blanco, y en este refleja así la buena voluntad y su pureza de intención: ha pedido la Luz, ha buscado la Verdad y ha llamado a las puertas del Templo y ese, su trabajo hasta ahora, es lo que acredita su blanco mandil. El blanco es representativo del trabajo, el dinamismo, la actividad y en general de todo aquello que indique la laboriosidad, el adelanto y el progreso humanos, por esa razón se le considera también como alegórico del día, es decir, de las horas que tarda el sol para recorrer el espacio, en su carrera de oriente a occidente.

Ahora lo conocemos como: espíritu revestido de materia que trabaja la tierra para plasmar en ella sus capacidades, que a través de este trabajo puede conocerse a sí mismo, pues ese mundo exterior puesto a su disposición reflejar a su vez de forma simbólica la propia esencia del hombre.

Es por esto que cuando el mandil se adhiere al cuerpo, este se sostiene por un listón, la cual forma un círculo con respecto al cuerpo, marca el límite de mis derechos, con relación a los de sus semejantes, para recordarle que únicamente debe hacer uso de los derechos que justamente le corresponden, los que no sólo debe hacer respetar, sino hacer que se respeten los de los demás, y si posible es, defenderlos en contra de quienes traten de arrebatarlos.



El triángulo de la babeta levantada, es decir que el triángulo que la forma se vea con el vértice hacia arriba, lo que en este caso hace que el contorno de dicha prenda afecte la forma de un pentágono, figura geométrica de cinco lados, quedando así el cuadrado en un símbolo más elevado, cuya forma afecta al plano de una de las caras de la piedra cúbica de punta, lo que indica claramente, cuál es el trabajo moral, material e intelectual que los aprendices deben principiar a ejecutar durante su misión en la lucha por dominar sus pasiones y sus malos hábitos.

Las definiciones de los tres vórtices que debo fortalecer se ven reflejados en las 3 cosas que debo controlar (Carácter, Lengua y Conducta) es por esto que el ignorante grita, el inteligente discute, y el sabio calla.                                                         

Es mi palabra
LVMP

Apr.·. Mas.·..

lunes, 7 de agosto de 2017

SOBRE LA COHERENCIA

Quisiera comenzar este discurso tomando prestado el siguiente fragmento de Joan Carles Mèlich, quien nos brinda un esbozo de nuestra condición humana en relación con el tema central del presente Tr:. Arq:.

“A menudo se ha utilizado la metáfora del viaje para expresar el trayecto de la existencia humana. Si hay viaje, si la existencia es un viaje, lo es porque la vida humana es transformación, y lo es porque es finita. Nos transformamos porque nunca estamos del todo acabados. Si fuéramos infinitos el presente se impondría de forma pastosa y la existencia sería insoportable. Podría parecer una paradoja, pero no lo es: la vida puede tener un sentido porque jamás tiene un único sentido, sino siempre sentidos diversos y diferentes o incluso contradictorios, y porque todo sentido está amenazado por el sinsentido. Es en estas contradicciones y transformaciones donde el deseo aparece con toda su fuerza e intensidad. Hay deseo porque nunca llegaremos a la meta de una vez para siempre. Cuando creemos haber llegado a buen puerto surgen el desencanto y la insatisfacción. No hay ningún puerto, ningún oasis que pueda saciar absolutamente los deseos humanos. La vida humana no consiste en encontrar la felicidad, sino en buscarla.”
Al respecto quiero manifestar que siento una gran afinidad con los postulados de los autores que mencionaré a lo largo de mi argumentación, por tal motivo será inevitable caer en subjetividades y posiblemente esto pueda despertar diferencias de criterio con alguno de mis QQ:.HH:., hecho que consideraría enriquecedor en aras de motivar el diálogo y la construcción colectiva en este escenario libre de posiciones dogmáticas y radicalismos.
La cultura es un constructo social que a lo largo de la historia ha sido reflejo de las costumbres, hábitos y la visión del mundo de los miembros de cada grupo social, y que a su vez ha servido como soporte para su desarrollo y devenir histórico, formando un ciclo en el que la cultura se alimenta de la sociedad, mientras que el desarrollo social es inherente a su cultura. Dado lo anterior podríamos decir que ambos conceptos tienen un carácter dinámico, por ende, todos los productos culturales entre los que se cuenta el lenguaje, así como su significación y asignación de sentido también poseen dicha característica móvil, que con el paso del tiempo ha adquirido una connotación mucho más voluble o como la llamaría Zygmund Bauman, una condición líquida.

Duelo a garrotazos "Las dos Españas"
Francisco de Goya
Museo del Prado - Madrid
La vertiginosa movilidad que hemos adquirido en nuestra condición de seres sociales, además de finitos, nos sume en la más profunda contradicción, situación que es acuñada por el mismo Mèlich quien asegura que “Porque somos finitos existimos «en dependencia»: «desde», «entre», «para», «a partir de», «frente a», «en relación con», «en contra de», «a favor de», «junto a»... No es lo categórico ni lo absoluto, lo claro y lo distinto, la coherencia y la fortaleza, lo que caracteriza fundamentalmente el modo de ser humano, sino lo circunstancial y lo preposicional, lo relativo y lo dativo, lo frágil y lo contradictorio”. Esto se debe a que, como especie racional, somos conscientes de nuestra finitud, vivimos constantemente en negación de nuestra condición finita y buscamos la trascendencia, bien sea a través de un legado cultural, o mediante la búsqueda constante de una relación con la deidad, cualquiera que sea nuestra idea de ella; situaciones que de alguna manera nos brindan seguridad y disuelven la angustia del final, ante la idea de una posible existencia perenne.

En este sentido, muchos de los conceptos culturales se convierten en elementos maleables, tal es el caso del concepto de coherencia, mencionado de manera reiterativa en diversos escenarios sociales, con acepciones tan contradictorias que podría considerarse incluso paradójico. A fin de sustentar esta posición, referenciaré nuevamente a Mèlich, quien en su Ética de la compasión describe nuestra condición humana de la siguiente forma:
“Nadie, nunca, es ni puede ser plenamente fiel a su pasado, a su tradición, a su herencia, a su mundo. La coherencia, la congruencia, la fidelidad al mundo no son atributos humanos. Allí donde lo humano hace su aparición surge también necesariamente la ambivalencia, la selección, el recuerdo y el olvido, la interpretación, la reubicación, los umbrales, las sombras y los crepúsculos..., la deserción. La condición humana es una condición desertora. Nuestra «fidelidad», decía Paul Celan, radica precisamente en desertar: «Sólo si soy desertor, soy fiel».”
Los postulados del autor en mención guardan estrecha relación con la siguiente descripción aportada por Paul Valéry, quien manifiesta:
“La interrupción, la incoherencia, la sorpresa son las condiciones habituales de nuestra vida. Se han convertido incluso en necesidades reales para muchas personas, cuyas mentes sólo se alimentan […] de cambios súbitos y de estímulos permanentemente renovados […] Ya no toleramos nada que dure. Ya no sabemos cómo hacer para lograr que el aburrimiento dé fruto.
Entonces, todo el tema se reduce a esta pregunta: ¿la mente humana puede dominar lo que la mente humana ha creado?”
Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, me gustaría lanzar a mis QQ:.HH:. la siguiente pregunta, ¿Cómo seres imperfectos y creadores del concepto objeto de esta disertación, es posible para nuestra condición humana acuñar la existencia de algún producto cultural en el que no exista contradicción?, desde una perspectiva muy personal me atrevería a responder que no, e incluso yendo un poco más lejos, pensaría que la mayor incoherencia del ser humano radica en el hecho de creerse coherente, dado que esta posición implicaría el desconocimiento del cambio y una concepción estática e inalienable del ser, situación por demás hipotética y utópica, tal y como lo plantea Bauman, quien asegura que “cuando observamos a las personas que conocemos y sobre las que sabemos algo: “vistas a distancia, sus existencias parecen poseer una coherencia y unidad que en realidad no pueden tener, pero que al espectador le parecen evidentes”. Se trata, por supuesto, de una ilusión óptica.”.

Palas y el Centauro
Sandro Boticelli
Galería Uffizi - Florencia
Quiero ser enfático en que a través del presente Tr:.Arq:. no pretendo hacer apología a ningún comportamiento que atente contra la ética, tampoco pretendo ser poseedor de verdades absolutas. Simplemente hacer un reconocimiento a una condición que nos hace humanos, la razón es un motor que impulsa al pensamiento, herramienta de creación y gestión del cambio social, sin ella probablemente podríamos alcanzar la coherencia de la bestia, que obedece a su instinto sin sentirse perturbada por sentimientos de culpa y mucho menos por una necesidad de trascendencia, motivada por una inevitable perspectiva de la propia muerte.

Para cerrar, no me resta más que manifestar que la coherencia, concebida desde una perspectiva moral, actúa como un concepto cruel y opresor del cambio constante que opera en nuestro interior, implicaría aferrarse a concepciones de mundo estáticas, negando el principio del diálogo, que reconoce en el interlocutor a un ser válido, con la capacidad de analizar situaciones y construir sus propios argumentos, llevándonos a escenarios de represión en los que nunca se estará dispuesto a renovar el pensamiento a partir del contacto con otras ideas.

Por otra parte una concepción de coherencia mediada por el cambio, implicaría una capacidad de adaptación motivada por la argumentación, en la que reconocemos nuestra condición humana y de seres en constante construcción, aceptando la contradicción como elemento inherente a nuestra existencia y del error como insumo fundamental para el aprendizaje y la remodelación nuestros Tem:. Interiores, hecho que debería traspasar los límites del espacio privado, haciéndose extensivo a la forma en que nos relacionamos con nuestros HH:. y con el mundo profano.


Es mi palabra.

CAAH
M:. M:.
Hosp:.