miércoles, 20 de junio de 2018

Un Ideal Llamado Fraternidad




“Me pareció que la vida me hacía una advertencia y me enseñaba para siempre una lección: la lección del honor escondido, de la fraternidad que no conocemos, de la belleza que florece en la oscuridad.”
Pablo Neruda

“La vida en la aldea se caracterizaba por ser muy tranquila, cada día se componía de actividades rutinarias, en compañía de las personas habituales, no era frecuente que se presentaran situaciones que implicaran novedades, algo que todos consideraban bueno, las relaciones estaban marcadas por la cordialidad, sin llegar a la intimidad, cada miembro de la comunidad se encargaba de establecer los límites de sus viviendas para evitar el ingreso de invasores, a pesar de no existir amenazas constantes contra la seguridad, el temor a verse invadido y privado de sus pertenencias los llevó a ocultarse en madrigueras. Las viviendas que antaño habían ostentado una belleza y colorido singulares, fueron reemplazadas por lúgubres e intrincados túneles que conducían a oscuras madrigueras atestadas de mobiliario con olor a aislamiento y soledad”.

Viva la Vida
Frida Kahlo
Museo Frida Kahlo Coyoacán

Durante el desarrollo de la presente Ten:., nuestra reflexión gira en torno a nuestros tres PPrin:. fundacionales. La Lib:. e Ig:., abordados por nuestras QQa:. AAp:., son principios que por separado pueden adquirir un cariz utópico, pero que al combinarse se tornan por demás contradictorios, ¿qué sucede cuando en el uso de mis LLib:. mis acciones terminan por afectar a las personas que se encuentran a mi alrededor?, ¿mi libertad prima sobre la de mi prójimo?, de ahí que a fin de garantizar la condición Igualitaria, es preciso hacer un uso mesurado de las Lib:., presentandose así una nueva paradoja para el desarrollo de la soiedad, de los TTrab:. Mmas:. y la construcción de nuestros TTem:. colectivos. 
Vivimos tiepos convulsionados en los que el desarrollo tecnológico nos lleva a estar hiperconectados, fenómeno que ha traído consigo una serie de transformaciones con respecto a la forma en que nos relacionamos con los “otros”, el uso de este término es intencional, dado que una de las grandes paradojas de nuestros tiempos es que a pesar de la gran cantidad de medios que nos conectan a través de la virtualidad, cada vez las relaciones con el mundo se caracterizan por su superficialidad y falta de compromiso, en este contexto, nuestra sociedad no dista mucho de la plasmada en el relato que da inicio al presenta Tr:. Arq:., hecho que incluso ha permeado las estructuras sociales de la Mas:., en las que el concepto de Her:. ha llegado a adquirir, en algunas ocasiones, una condición similar a la de ese desconocido, que puede incluso ser una amenaza para la seguridad personal, un “otro”.

La concepción del “otro” como fuente de amenaza no es algo nuevo, el desarrollo evolutivo de las sociedades humanas se ha sustentato en la construcción de comunidades que resultaron ser eficaces a la hora de asegurar la tranquilidad y estabilidad de los miembros de dicho grupo, manteniendo a raya a los “otros”. Las estructuras sociales humanas se caracterizan por su complejidad, dado que la creación de lazos afectivos parte de la confianza existente entre quienes componen un grupo comunitario, entendido este como una asociación de personas que trabajan en pro del bienestar colectivo, sustentados en entidades intersubjetivas de diversa índole. Teniendo en cuenta lo anterior, podríamos inferir que las LLog:. MMas:. se conformarn a partir del concepto de comunidad, sustentándose en entidades intersubjetivas que se representan en Prin:., Sim:. y Mit:.Fun:. con sus respectivos Mart:., que han permitido que un número indeterminado de personas se hayan sumado como eslabones de una Cad:. Inic:. que desde sus albores ha buscado el autoperfeccionamiento a partir del trabajo y la reflexión colectiva.  

A pesar de lo anterior, la sociedad actual ha adquirido modelos de comportamiento e interacción que se alejan del concepto de comunidad, hemos entrado en un estado de desconfianza tal, que preferimos sentirnos aislados, refugiándonos cada vez más en el concepto de “minoría”, el cual fue concebido bajo lógicas excluyentes, que en muchos casos limitan la capacidad de interacción, creción colectiva y concertación, fomentando el levantamiento de muros y cercas que nos convierten en individuos aislados, con enfoque hacia la idea del derecho individual, pero desconocedores del concepto de deber, panorama que pone al conglomerado social en un estado de disgregación que ha permitido a los poderosos imponer un sentimiento constante de incertidumbre, exclusión y temor como herramienta efectiva de control a través de la imposición de realidades imaginadas que denominaré “enemigos comunes” los cuales representan características ideológicamente reprochables, a las que se adjudica responsabilidad directa por todos los males que aquejan la sociedad. 

El baile en el Moulin Rouge
Henri de Toulouse-Lautrec
Philadelphia Museum of Art, USA
Con el objetivo de aterrizar los conceptos anteriores a un escenario que se relacione con el contexto actual, el tercer principio de Frat:. debe conjugarse con la Lib:. e Ig:., formando una triada e la que confluyan de manera armónica los conceptos de derecho y deber, para así garantizar que nuestras acciones y decisiones sean ecuánimes, entendiendo que la vida debe ser reflejo del momento en que formamos la Cad:. De Un:., dode para recibir es necesario dar y para dar es necesario recibir, cerrando así, un ciclo perfecto que debe alimentarse constantemente en la relación desinteresada pero equilibrada con los HH:., ésta debe trascender a los escenarios Prof:., a través del actuar de cada Mas:..

Como ven, el ejercicio constante de la Frat:. es vital para la contribución al mejoramiento de las complejas estructuras sociales a las que debemos hacer frente, si asumimos el reto, es posible que logremos suprimir de manera paulatina las barreras que nos separan y empecemos a forjar una sociedad en la que la diferencia se convierta en piedra angular, donde cada uno de nosotros pueda expresar su forma diversa de ser y pensar, sin ser sometido a juicios morales crueles y excluyentes. Sólo encendiendo luces de cooperación y amor Frat:. podremos sentirnos parte integral de una comunidad diversa en la que sea viable suprimir la oscuridad esparcida por el odio que nos convierte en minoría.
Es mi palaba.

CAAH
M:.M:.


jueves, 14 de junio de 2018

Igualdad Principio Masónico


Que buen tiempo para hablar de igualdad. Y es que voy a aprovechar este tema para ser una observadora de mi entorno y referirme un poco sobre nuestro papel en esta era de desigualdades, injusticias, traiciones y opresión. Los principios de los buenos masones (no olvidemos que vivimos en un mundo de opuestos) son su pilar en su escala de valores. 

Nuestra esencia no tiene nombre, apellido, edad, estrato social, religión ni dogma pendiente o doctrina que perturben la comprensión de la verdad. Recordemos que nuestra esencia es libre por tanto desde ese mismo principio todos somos iguales. Me encantaría citar bibliográficas y escritos de otros autores sobre la igualdad, pero cuando me asignaron el tema me sentí un poco abrumada recordando los casos de xenofobia, racismo y opresión que vivimos a lo largo y ancho de nuestro mundo. Me encantaría decir o contar historias románticas sobre la igualdad y trascribir palabras de otros, pero la realidad me abofetea con este tema todos los días.

¿Qué responsabilidad tenemos todos y cada uno de nosotros como ciudadanos del mundo en respetar las diferencias y la diversidad que como especie humana tenemos?

La muerte de Sócrates
Jacques-Louis David
Museo de arte metropolitano, New York, USA
Me embarga la pregunta, pero no sé hasta donde pueda llegar la respuesta.  
Es nuestra responsabilidad evolucionar como raza humana, pero en eso colectivamente hemos fallado. LOS PUEBLOS TIENEN LOS OPRESORES QUE SE MERECEN. Conozco el principio de la igualdad, pero mi responsabilidad el practicarlo cada día con mis hermanos en cada acto de compasión y en cada dar sin recibir nada a cambio. La igualdad no tiene raza ni color, ni estrato ni religión. No tiene dogma ni doctrina, es simplemente la libertad, el respeto y la compasión de tratar a tu prójimo como te gustaría que te trataran a ti. TODOS SOMOS HIJOS DEL MISMO CREADOR, con el mismo principio y el mismo fin, pero la cuestión no es solo de saberlo, es de conocerlo.

La igualdad es equitativa y predomina el equilibrio sanador en todas las situaciones fundamentales de la vida. La igualdad une, construye y ofrece bienestar colectivo. No solo tenemos la responsabilidad como ciudadanos del mundo, sino también como masones de practicar el principio que nos rige desde nuestra conciencia en espíritu y verdad para ser honorables a nuestras convicciones cumpliendo con el camino del pulimento de nuestra piedra. Esa que se pule con martillo y cincel cada vez que la vida nos da una lección.

Que la igualdad sea el principio que rija la trasformación colectiva de nuestra raza. ¿Cómo es que terminamos pagando por un planeta que nos da todo gratis? Un planeta sin fronteras, sin países divididos, sin gobiernos y en absoluta libertad. La igualdad ni siquiera es solo un principio masónico, es la parte fundamental del sostenimiento de una sociedad equitativa y solidaria. SIN IGUALDAD, HABRÁ SIEMPRE POBREZA.

Mi responsabilidad como aprendiz masona dentro de la práctica de la igualdad es aplicar todos los días de mi rutina con pequeños actos de compasión que favorezcan equitativamente a los demás en todas las situaciones vividas conscientes durante el día. Nunca se llegará a una gran transformación si no se logra primero desde la rutina diaria que establece el cambio en los hábitos. Pequeños cambios logran grandes transformaciones.

Practico conscientemente la igualdad desde mi convicción masónica,

Es mi palabra.
KG
Apr.·.Mas.·.

miércoles, 6 de junio de 2018

La libertad para los FrancMasones


Cuando se nos dio el regalo de la vida, se olvidaron de darnos un manual de instrucciones.
Algunos no lo necesitan, a otros su cultura les dio uno equivocado.
Estos últimos ven la vida como algo que los angustia y los llena de ansiedad.
Recuerda que naces en este mundo para renacer, para ir descubriéndote como un hombre nuevo y libre.
ANTHONY DE MELLO.




La libertad tiene múltiples acepciones. Para algunos es la posibilidad de actuar de acuerdo a lo que dictan nuestros sentimientos y emociones; para otros implica que el poder actuar exentos de condicionamientos o limitaciones; también ha sido identificada con la ausencia de barreras físicas – libertad de locomoción-; e incluso ha sido concebida como la facultad de vivir en condiciones económicas óptimas y expresar lo que se piensa. 
Para Alejando Llano la libertad tiene varias dimensiones, la libertad -de, la libertad – para, y la libertad de sí mismo.

La libertad- de supone que el ser humano no tiene restricciones para ejercer los dictados de su voluntad, y a su vez implica que los individuos, desprovistos de tales obstáculos, pueden identificar cuales son sus anhelos más profundos. Pero la pregunta que resulta pertinente plantearse es ¿hasta qué punto los sentimientos y emociones son un referente idóneo para dictar el que hacer humano?

Para ilustrar este aspecto tomemos como ejemplo la sensación de placer que experimenta un drogadicto o un alcohólico al conseguir aquello que le genera dependencia, siguiendo la visión de libertad antes descrita, aquellos se considerarían libres en la medida en que puedan consumir cuando, donde y en las cantidades que quieran su “droga”; pero valdría la pena preguntarse si aquel comportamiento no los convierte a su vez en esclavos de sus propios deseos, esclavos de si mismos, muy a pesar de que en el exterior no hay impedimentos para el desarrollo de su voluntad.

Tratándose de la libertad-para, el ejercicio del libre albedrío esta guiado por la idea de comunidad, por la atención a consideraciones que enaltezcan al sujeto a la altura de los más nobles comportamientos hacia sus otros congéneres. En este sentido la ausencia de condicionamientos externos no resulta tan relevante para medir el ejercicio de este derecho, lo que verdaderamente determina si se es o no libre, es que el comportamiento humano responda a las limitantes internas diseñadas para generar paz existencial, la que depende en mayor medida del bienestar general.

Esta postura que obliga a plantearse un interrogante similar al formulado líneas atrás, ¿la idea del bienestar general, o mejor, la idea que el individuo tenga de este aspecto, es un criterio suficiente para determinar el alcance de su comportamiento?

Seguramente Adolfo Hilter, Vladimir Lenin y Iosif Stalin, pensaron que en ejercicio de su libertad podían diseñar ideas de gobierno como las conocidas para a mejorar la vida en Alemania y en la antigua URSS, respectivamente; pero las víctimas de los campos de concentración establecidos en uno y otro territorio podrían darnos una visión completamente diferente de lo que hubiese resultado bueno o deseable para todos los habitantes de tales heredades.

La idea de libertad en si mismo, por otro lado parte del hecho de que los seres humanos no somos libres, y que solo adquirimos ese estatus a partir de la educación, única herramienta que permite discernir, aún en aquellos escenarios en los que exista ningún tipo de limitante, cuál ha de ser el comportamiento que efectivamente es capaz de generar tranquilidad al individuo.

El Angel Herido
Hugo Simberg

La idea de educación a la que conduce la libertad en si mismo, condiciona los deseos humanos, los instruye para que entren en consonancia con el bienestar general, pero no como meras expresiones superficiales, sino como verdaderas convicciones; permite pues la construcción de una serie de limitantes internas al ejercicio de la libertad.
Fluye de lo anterior que la libertad como principio de la franc.·. implica no solo el desprendimiento de ataduras que limiten el desenvolvimiento del ser humano en el plano social, político y personal; significa además la templanza o la voluntad de transformar su esencia y el entorno que le rodea; comporta la selección de los espacios en los que desenvolverse, pues el abono no puede desperdiciarse en la tierra árida e infértil; pero en todos los casos dicho comportamiento estará dirigido por criterios identificados a partir de su labor constante de estudio.

Cierto es que como seres humanos estamos rodeados de circunstancias que pueden entorpecer el correcto desarrollo de nuestras potencialidades, que pueden hacer flaquear hasta el más arraigado de nuestros valores, pero el franc.·. habiendo identificado su esencia, sus aptitudes, potencialidades y oscuridades, no debe estar a merced de las situaciones que su entorno le ofrezca; él debe ser un templo, un propio cuarto de reflexión que le permita filtrar, clasificar, y si es del caso, desechar todo aquello que altere su paz interior.

La libertad es precisamente eso, paz, la tranquilidad que ofrece la férrea voluntad de acercar cada vez más lo que se es con lo que se desea ser; además ofrece la oportunidad de transformar las circunstancias negativas que le rodean en herramientas idóneas para pulir su templo, su piedra bruta; es sabedor de que las pruebas no terminaron en la iniciación, todo lo contrario, aquellas son el principio de una cadena incansable de experiencias que harán las veces de maestros, allá a donde el destino lo lleve.
La libertad para el franc.·. es pues una decisión, no un hecho dado.

Es mi palabra

  
JMR
Apr.·. Mas.·.