viernes, 17 de octubre de 2014

La regla ...Fragmento

Entre las herramientas de los constructores del siglo XVII en las que se inspiró la Masonería para sus convocatorias morales constructivas, el simbolismo de la regla plegable inglesa de 24 pulgadas reviste un singular significado.



La regla es una herramienta, de las llamadas pasivas porque no implica acción, que se comparte con el primer grado, de aprendiz masón. En su mano, sirve para regular y controlar la forma de la piedra bruta que talla, para ajustar su verticalidad y horizontalidad. En las manos del Compañero es de ayuda para situar la piedra pulida.

Hay varias interpretaciones del significado de la regla. Para el masón especulativo, significa tanto el infinito, el ideal inalcanzable, como la medición del tiempo de su trabajo: 24 pulgadas, 24 horas, que dividida por el 3, número y edad,  nos da 3 veces ocho: ocho horas para trabajar, ocho para el ocio, la manutención y la formación y ocho para el descanso. 

La regla, según Jules Boucher, masón francés, es el símbolo de la precisión en la ejecución. Para Irene Mainguy, “La regla utilizada de la manera correcta ayuda al masón a encontrar la medida, la precisión y la corrección en su conducta, el orden inherente a todas las cosas, la disciplina diaria, la presencia en el instante, la atención a todo lo que hace, la constancia en su libremente asumido compromiso de realizar la construcción de su templo interior.” 



En fin, la regla de 24 pulgadas está relacionada con la necesidad de medir el resultado de nuestros actos, de nuestro horario, de nuestro trabajo, de nuestras palabras, de nuestros impulsos, de nuestros deseos y de nuestras pasiones, en el ideal pulimento de la piedra bruta personal, la construcción de unas respetuosas y asertivas relaciones humanas y la materialización de sus circunstancias.

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La plomada...Fragmento

En el conocimiento que ahora se me dispensa, al igual que en la construcción de un muro, la plomada no interviene al principio del trabajo, sino cuando ya va adelantado y se usa para ir verificando si ese trabajo posee la rectitud correcta con el fin de corregir las desviaciones o errores que pudieren haberse presentado en el avance de la obra.


La plomada, implica equilibrio y estabilidad, por ello, la plomada y la cuerda que la sostiene nos ayuda a los masones, en el grado de compañeros, para ir ubicándonos  y encontrar nuestro lugar en relación con el eje central Masónico y los polos de moralidad que debe guiar nuestras acciones, nuestras palabras y nuestros pensamientos,  de esta comprensión y ubicación, se derivan las expresiones como Estar a Plomo” o Aplomar”. Con las que se nos manifiesta que una situación está orientada al deber ser o conforme con las obligaciones contraídas, en la búsqueda de la transformación.  

De igual manera, tiene un sentido superior, simbólicamente, al descender del cielo a la tierra, nos pone en contacto con dos órdenes de realidad: un polo  celeste y uno terrenal, simbolizándonos una diversidad de conceptos, como por ejemplo  correspondencia entre lo alto y lo bajo, entre el mundo del ser  y el devenir, es decir, la manifestación del principio metafísico en la actividad cotidiana.


A la cuerda descendente de la plomada, también le damos interpretación simbólica,  simboliza la relación y los deberes que asumimos con el Taller, con nuestra conciencia moral y con la sociedad en general, con esta cuerda, se nos recuerda a todos los integrantes, que no importan grados ni cargos y que continuamente  debemos revisar los trabajos para detectar los errores en la construcción de nuestro edificio. Esta plomada también representa el centro del templo, es decir, EL ARA, donde desciende, precisamente como una plomada el rayo luminoso desde lo profundo de los mundos divinos  y por donde puede ascender  el iniciado hasta lo más alto de la bóveda celeste. Esta herramienta, es el símbolo del Maestro Segundo Vigilante, el cual tiene bajo su responsabilidad la instrucción  de los aprendices.

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