La Masonería Mixta nace
como una iniciativa de hombres y mujeres, que, desde la ilustración europea y las
revoluciones de los siglos XVIII y XIX, buscaron resaltar el papel femenino en
los procesos políticos y académicos, así como en construcción de sociedades
justas, igualitarias y libres.
Muchos serían los
motivos que podrían aducirse para justificar este fenómeno social disruptivo y
de avanzada, pero debo resaltar que son los valores fundamentales de los pactos
colectivos y democráticos, los que en gran medida motivan esta iniciativa.
Podría empezar por un
valor fundamental de la relación entre iguales: la honestidad; porque para ser
honestos, tenemos una gran deuda con media humanidad, media humanidad de manera
literal.
Ricardo Celma Mitología posmoderna |
Para ser honestos, se
ha desconocido el papel de las mujeres en los procesos vitales, sociales y
políticos en toda la historia de la humanidad, con algunas aisladas
excepciones.
Las mujeres, seres
humanos con las mismas potencialidades que sus pares masculinos, fueron
relegadas a roles secundarios y poco visibles, fueron casi infantilizadas y
puestas al buen destino de sus cuidadores y proveedores de abrigo, alimento y
afecto.
Para ser honestos,
debemos tanto como sociedad que el solo hecho del reconocimiento se queda
corto.
Nuestra constitución
política, muy similar a las de los países occidentales de Europa y América del
Norte, promulga hoy día la igualdad entre los seres humanos, una igualdad en
derechos y oportunidades, sin distinción de sexo, de género o de condiciones
raciales o sociales.
Así que otro de los
valores a resaltar en espacios como este, sería la igualdad, la igualdad de
derechos entre hombres y mujeres diversos, los mismos que deben ser
garantizados para todos y todas. Una igualdad esquiva, que a veces solo toca
los párrafos estériles de las cartas magnas, una igualdad que una no llega, una
equidad de papel mudo.
Somos iguales, no en
biología, no en fuerza muscular, no en hormonas, no en interconexiones
cerebrales, no en amores, no en deseos, no en abrazos, pero si en derechos y en
potencias intelectuales, si en capacidad de producir ideas, si en fuerza de
espíritu, si en vehemencia para defender una causa.
Somos iguales porque
cuando trabajamos juntos y juntas crecemos al unísono, nos volvemos más
poderosos como colectivo, construimos un amor que va más allá de las fronteras
de las vicisitudes, somos ricos porque creamos la vida y porque la cultivamos
como el bien más preciado.
Es el trabajo entre
todos, mujeres y hombres, el que realmente es válido, porque lo hablamos con
voz de mujer, con voz de niña, con voz de hombre, lo hablamos con respeto, con claridad
y con la dulzura que solo el trato entre iguales consigue.
La Masonería Mixta de
la OMMI “le droit humain” representa el esfuerzo de una mujeres y hombres por
visibilizar lo femenino, de resaltar el rol de quienes han fortificado las
murallas de nuestra sociedad, de validar el trabajo de quienes todos los días
se levantan de entre sus miedos y los vencen para ser mejores, para que su
familia tenga un mejor futuro y para que nuestro pasi algún día encuentre una
paz que se merece.
Es mi palabra V:.M:.
G:.G:.C:.
M:.M:.