No existe consenso acerca del momento en que ocurrirá, solo
de que sucederá. Hoy más que nunca futurólogos e intelectuales alrededor del
globo coinciden en este momento en el cual la Inteligencia Artificial igualará
y superará la inteligencia humana. Un suceso que la ciencia ficción a su modo
nos advierte, por obvias razones con distopías, nada alentadoras. Pero más que
llenarnos de recelo frente al avance frenético de dichas herramientas, me
parece prudente tomarlo como una luz de la necesidad que tenemos como especie
de dominar dichas herramientas, manteniendo el control del barco de nuestros
quehaceres cotidianos.
La tecnología y su avance siempre han suscitado reservas
por quienes se aferran a las herramientas conocidas y previamente amaestradas.
Mismas que con el tiempo han sido banalizadas. Es por eso que confiando en que
no des-usemos nuestra infinita capacidad adaptativa; considero pertinente
invitar a abrazar dichos avances.
Resuscitate Depression Autor: Robot Botto (IA) |
El uso de las IAs en nuestros trabajos no debería suponer un reemplazo de nuestras capacidades ni mucho menos de nuestro rol social, como editoriales de noticias escritos en su totalidad por asistentes digitales, dejando a quienes con su talento hoy lo hacen desempleados. Deberíamos verlas como asistentes digitales, que pueden ayudarnos a obtener resultados más próximos a los deseados y tampoco debemos ser tímidos al descartar sus resultados cuando, a nuestro juicio, sean inapropiados.
Vivimos tiempos tormentosos en términos de información,
tenemos poca comprensión de cómo se recopilan y utilizan nuestros datos. La
tecnología ha sido integrada al diario vivir de la humanidad y en los detalles
más íntimos y sencillos como una simple conversación personal, puede haber
fugas de información, pero aún así confiamos en los protocolos de encriptación
ofrecidos por las plataformas de mensajería. Quienes investigan, entrenan y
desarrollan la tecnología padecen de los mismos miedos que nosotros, pero somos
quienes usamos la tecnología los que le damos un rol, una importancia en
nuestras vidas y un uso; aún tenemos ese poder y depende exclusivamente de
nosotros conservarlo.
En ese vasto y a veces terrible mar de información llamado
internet circula tanta información basura, como escasamente divulgada es
aquella que puede ser realmente útil. Desgraciadamente la que es más fácil de
digerir para cualquier persona, suele ser la que más mentiras contiene. Es por
ello que el conocimiento que desde nuestras reflexiones, trabajos y talleres
pudiéramos entregar al mundo requiere un gran esfuerzo por hacerlo sencillo y
fácil de entender, cómo muchas de las grandes mentes de la historia han
logrado, como el arte que en su búsqueda de ser más democrático apela a
sensibilidades antes que a vastos conocimientos técnicos para dar su mensaje.
Apelo pues, a la humanización extrema del humano y de su
producción intelectual, en toda nuestra complejidad, que supere lo mensurable,
por tanto, es menos probable de convertir en un algoritmo que nos emule y
simule con éxito. Es urgente mantenernos arriba de nuestras creaciones, al
menos hasta que, si sucediera un día, la inteligencia artificial exista y cobre
conciencia, que es de momento un escenario imaginario, como lo fue en su
momento la singularidad tecnológica.
Es mi palabra
N:.V:.
A:.P:.