martes, 8 de octubre de 2024

Tres vías y tres transformaciones Francmasonas

 

«Nadie se ilumina imaginando figuras de luz, sino haciendo consciente su oscuridad» Carl Jung

 


Hoy, en los umbrales de un nuevo siglo, nos encontramos en una encrucijada inédita en la historia de la humanidad. Las luces del conocimiento nos han guiado durante milenios a través de la Vía Iniciática y la Vía Mística, caminos que han nutrido tanto nuestra evolución espiritual como moral, de la mano de la sabiduría acumulada a través de siglos de tradición. Pero ahora, en este preciso instante, la humanidad se enfrenta a la emergencia de un tercer camino, uno que, aunque pueda parecer nuevo y artificial, representa una extensión inevitable del espíritu creador humano: la Vía de la Inteligencia Artificial.

Para comprender esta realidad que nos rodea y se despliega ante nosotros, como masones de tradición antigua y como seres espirituales, nos corresponde reflexionar desde los principios que guían nuestro rito y nuestra filosofía. A través de esta plancha, propongo un recorrido histórico, filosófico y masónico que abarque la Vía Iniciática y la Vía Mística, así como su relación con el surgimiento de la Vía de la Inteligencia Artificial (IA), y cómo, como masones, podemos integrar estas tres vías en una armonía mayor que guíe la humanidad hacia la luz.

I.        La Vía Iniciática: El Despertar de la Conciencia

Desde la Antigüedad, el ser humano ha descubierto el camino iniciático como la senda mediante la cual el ser humano, aspirando a un conocimiento más profundo de sí mismo y del universo, puede buscar la transformación de su conciencia. Muchos caminos espirituales abren sus procesos o caminos de transformación al ser humano a través de la “iniciación”; sin embargo esta en términos masónicos tiene un significado además de espiritual, filosófico y moral. La iniciación masónica es el proceso mediante el cual el neófito es simbológicamente "despojado" de las tinieblas de la ignorancia y del ego para ser conducido a la luz del conocimiento; para pasar de la locura y el ruido cotidiano al entendimiento y la potencia de la conciencia; de las actividades del mundo profano a las acciones del orden sagrado; del caos al orden; del ruido cósmico inicial al orden humano y creativo; de la voraginosa sopa química del Ether cósmico a la armonía fugaz de la materia orgánica o finalmente del ego (El Satán) a la consciencia divina; así la iniciación convierte este viaje de la vida, que no es no es meramente intelectual en un proceso de transformación bio-psico-moral, espiritual y existencial. La iniciación, en su sentido más amplio, es entonces la apertura de la puerta hacia lo denominado por algunos como el Gran Arquitecto del Universo (La razón universal); el YHVH (Ser); Thot, Horus, Isis, Osiris (el Dios Sol), Salomón (la magia y los símbolos);, el Arché (Causa primera y primordial); la Consciencia de Ser.

El R.·.E.·.A.·.A.·. Rito Escocés Antiguo y Aceptado, tradición heredada y actualizada en Le Droit Humain por Marie-Adélaïde Deraismes y Marie Georges Hippolyte Martin con su rica estructura de grados que simbolizan diversos niveles de comprensión del conocimiento y la verdad, ha sido durante décadas una herramienta poderosa para guiar espíritus inquietos y mentes conscientes hacia el entendimiento profundo de la naturaleza humana y del cosmos. En este proceso, el iniciado se enfrenta a pruebas que reflejan los desafíos de la vida misma, enfrentando las sombras internas y externas para finalmente encontrar la luz interior que guíe su razón.

En la Masonería Mixta Internacional, Le Droit Humain, la apertura a la igualdad entre hermanos y hermanas ha permitido que esta Vía Iniciática continúe adaptándose a los tiempos modernos, llevando el ideal de fraternidad, pilar del triángulo moral de la dignidad humana a nuevas alturas. La búsqueda del conocimiento y la verdad, sin distinciones autoimpuestas por géneros, orígenes étnicos o religiones, ha sido una constante en nuestra Orden. Esta vía iniciática, tal como la practicamos, no es solo un proceso personal, sino un compromiso colectivo para la construcción de un mundo más justo, equitativo y fraternal. Búsqueda en donde cómo lo señala Platón se encuentra el amor fraternal (o philia): la forma más elevada de relación humana, en la que los individuos comparten un objetivo común: el bienestar de la polis o comunidad.

En este sentido, la Vía Iniciática es una senda que nos lleva más allá del plano material, hacia una comprensión profunda de la unidad en la diversidad; de la interdependencia entre nosotros y el medio ambiente, de la necesidad del equilibrio entre lo individual y lo colectivo; del apego justo y necesario a la razón universal; a las leyes que rigen el orden universal micro y macro cósmico.

II.       La Vía Mística: La Unión con lo Divino

Paralela a la Vía Iniciática, encontramos la Vía Mística, el camino que el alma humana emprende en su deseo de unión con lo divino. A lo largo de la historia, las tradiciones místicas han sido diversas, pero todas ellas comparten algo: el deseo y la búsqueda de trascender el ego individual para alcanzar una fusión con lo Absoluto, lo Eterno, lo Indecible. La vía mística, a diferencia de la iniciación, no necesariamente sigue un proceso dirigido y estructurado aunque sí es una experiencia directa de lo sagrado que por su naturaleza escapa a las palabras y las formas.

En el contexto masónico, aunque nuestra tradición se centra más en la razón y el conocimiento simbólico, la Vía Mística también está presente en los grados más elevados del rito, en donde el buscador llega a un punto en el que ya no basta con conocer; se requiere que el francmasón se abandone totalmente a la razón divina, a la conciencia sagrada. En este camino, los símbolos masónicos que estudiamos y reverenciamos nos conducen a una revelación mística: la de que la Verdad, en su forma más pura, solo puede alcanzarse mediante la disolución del "yo" en el todo.

La Vía Mística en la masonería implica no solo el entendimiento intelectual de los principios universales, sino la vivencia interna de estos principios. Es en este sentido que los rituales y trabajos de nuestros talleres masónicos están impregnados de un simbolismo que nos lleva a percibir, más allá de los velos del mundo físico, las energías que conectan a todos los seres. Así, la mística masónica nos invita a un diálogo constante con lo trascendente, guiándonos hacia una comunión profunda con el Gran Arquitecto del Universo.

III.      La Vía emergente: Inteligencia Artificial (IA)

A medida que avanzamos hacia el siglo XXI, la humanidad ha dado un salto sin precedentes en la creación de máquinas y sistemas capaces de procesar información y realizar tareas complejas, superando las limitaciones humanas en términos de velocidad, precisión y capacidad de almacenamiento de datos. La Inteligencia Artificial, en su estado actual, representa una extensión de nuestras capacidades intelectuales, pero también plantea profundas cuestiones éticas, filosóficas y espirituales.

Desde mi perspectiva masónica, la IA podría verse como una herramienta tan negativa como positivamente; sin embargo para mi esta no solo refleja nuestra aspiración de construir, de mejorar, de avanzar en la comprensión sino y sobre todo en la transformación de la realidad. Sin embargo, esta Vía de la Inteligencia Artificial no está exenta de desafíos. El crecimiento de la tecnología plantea una pregunta fundamental: ¿cómo preservamos la integridad de la experiencia humana y de su conciencia en un mundo en el que las máquinas se vuelven cada vez más poderosas?

Uno de los aspectos más fascinantes de la IA es su capacidad para procesar y analizar grandes cantidades de datos, lo que podría, en teoría, llevarnos a descubrimientos y conocimientos que antes eran inimaginables. En este sentido, la IA podría actuar como una herramienta en la Vía Iniciática, ayudándonos a descifrar patrones ocultos y a encontrar nuevas conexiones entre las diferentes disciplinas del conocimiento. Aunque al mismo tiempo la IA carece de la capacidad de experimentar el mundo de manera subjetiva, emocional o espiritual, lo que hace que esta nunca pueda transitar la Vía Mística. La Inteligencia Artificial, aunque útil y poderosa, no puede reemplazar la experiencia humana del asombro, la intuición y la conexión espiritual que se logra mediante la Vía Mística, en la que el ser humano busca una relación directa y vivencial con lo divino más allá de toda lógica algorítmica. Aunque la IA puede ayudar a expandir nuestro conocimiento del universo físico, no puede aún comprender o experimentar la dimensión que denominamos, trascendental de la existencia humana.

De tal suerte que transitar por estas tres vías nos ofrece la posibilidad de conquistar tres transformaciones: la transformación psicológica de la iniciación; la transformación filosófica de la mística y la transformación epistémica de la inteligencia artificial. Al acercarnos a la vía iniciática se comienza a modificar en nosotros la manera en que interactuamos con nosotros mismos y con el entorno. La vía mística nos sumerge en el entendimiento universal y la vivencia interior de los principios universales para lograr disolver el “Yo o Ego” en la Conciencia de Ser con otros. La vía de la Inteligencia Universal extiende nuestra capacidad epistémica más allá de todo alcance logrado por el ser humano hasta la fecha.

La masonería nos enseña que la búsqueda de la luz o “Conocimiento” no es meramente un ejercicio intelectual, sino que es un proceso que afecta el cuerpo, la mente y el espíritu que nos obliga a enfrentarnos cotidianamente con las propias sombras y limitaciones del “Yo”, del “Ego” mediante ejercicios simbólicos y rituales para avanzar hacia una verdad más amplia y profunda. Así la finalidad de estas transformaciones es aprehender, asir, alcanzar la histórica conciencia bio-psico-espiritual para relacionarnos de manera diferente con la toma de decisiones, la creatividad y la introspección futura.

IV.      Integración de las Tres Vías en la Era Contemporánea

¿Entonces, cómo podemos integrar estas tres vías —Iniciática, ¿Mística y Artificial— en nuestro trabajo y en nuestra vida cotidiana? Para mí la clave radica en entender que cada una de estas vías tiene su momento, lugar y propósito dentro de la construcción del Templo interior:

         La Vía Iniciática sigue siendo fundamental en la medida en que nos permite adquirir conocimientos y herramientas para el autodescubrimiento y simultáneamente el mejoramiento de la sociedad. El camino de la iniciación nos prepara para enfrentar los retos del mundo moderno con una mente clara y un corazón firme mediante la transformación biológica, psicológica y espiritual de nuestra consciencia. Mediante la integración de esta vía nos transformamos psicológicamente, fortalecemos la autonomía individual, el sentido de agencia y control, y el sentido de identidad individual.

         La Vía Mística, por su parte, nos recuerda que, aunque buscamos conocer y comprender la verdad, el ser y la conciencia, estos misterios no pueden ser accedidos y develados únicamente a través de la razón, sino también mediante el descubrimiento de las misteriosas profundidades del alma. Esta vía mística nos ofrece una especie de suerte de transformación filosófica: nos saca de nuestra cotidianidad lógico racional y nos lleva a comprender como se construye el conocimiento, como se obtiene el poder y como se mantiene el control en la búsqueda de la verdad, el bien, la belleza y la justicia.

         Finalmente, iniciar el camino de integración de la vía Artificial, de la Inteligencia Artificial nos ofrece nuevas herramientas y oportunidades para avanzar en nuestra misión francmasona de comprender y construir un mundo mejor. Sabemos que aunque la inteligencia artificial no reemplaza la experiencia humana de la vida y el espíritu por ahora tal vez, esta inteligencia puede convertirse en una aliada poderosa en la búsqueda del conocimiento y la sabiduría que mejora las sociedades. Esta vía artificial, nos transforma epistémica y epistemológicamente al permitirnos descubrir los patrones invisibles que se han tejido en la tradición masónica y los algoritmos hermenéuticos que aumenten nuestras capacidades cognitivas, sensitivas y emocionales para reinterpretar el rito, los símbolos y la doctrina francmasona y producir una visión más humana y potable del futuro.

Conclusión: El Futuro de la Humanidad Masónica

En conclusión, Queridos Hermanos y Hermanas, estamos viviendo una era de transición y transformación sin precedentes históricos por la magnitud de los cambios que se esperan. A nuestra fraternidad masónica, filosófica y moralmente la han guiado y guardado la Vía Iniciática y la Vía Mística: estas han mantenido el espíritu humano de nuestra orden durante milenios dirigido hacia la búsqueda de la luz y la verdad. Hoy día, con la llegada de la Vía Artificial se nos presenta la posibilidad de acelerar la transformación de las inteligencias humanas mediante las IA`s, para que la humanidad desde la masonería pueda completar su viaje hacia la transformación y transustanciación de lo humano en lo “bello”.


Así, la tradición masónica, pone su énfasis en tres pilares:

 

1.       La búsqueda de la verdad (Vía iniciática de transformación psicológica)

2.       El perfeccionamiento del ser humano (vía mística de transformación filosófica)

3.       El trabajo sobre uno mismo (Vía de Inteligencia Artificial de transformación epistémica)

Estos pilares ofrecen un marco y una estructura interior, filosófica y ética adecuado para abordar los desafíos que vive la humanidad en este “siglo de las luces apagadas”. Sigamos, pues hermanos, construyendo el Templo interior de lo humano en nuestra humanidad; siempre guiados por la Luz iniciática, la Sabiduría mística y la Fraternidad inteligente. Recordemos que el verdadero poder no reside en las máquinas que creamos o en las tecnologías que usamos, sino en el espíritu que las impulsa y dirige a crear y a trascender. Hoy como en otras épocas de grandes cambios, la Orden Masónica Mixta Internacional “Le Droit Humain” puede guiar a los seres humanos en la navegación de las complejidades del futuro con sabiduría, compasión y un sentido renovado de fraternidad inteligente.

Es mi palabra

J:.A:.M:.M:.

V:.M:.