Una y otra vez las cálidas manos de
mis hermanos se entrelazan formando una cadena tan solida como cada
eslabón y tan humana como cada espíritu que se une en torno a un
círculo vibrante y vivo, lleno de fuerza y belleza.
Las características humanas fusionadas
y concentradas en un pequeño espacio y en una fracción diminuta de
tiempo, se expresan como impulsos que brotan y se expanden en las
dimensiones infinitas de un universo pleno, atravesado por haces
fotonicos que permiten la transformación de la energía y la
transmutación de los saberes y las pociones, hasta obtener la mezcla
alquímica de la materia.
La energía transformada en virtud y
fraguada con el vigor de la conciencia, permanece incorrupta tras el
santuario impenetrable de nuestra verdad.
La forma de transito y de perfección
se manifiesta dentro de los limites de un cuadrilongo perfecto ,
estrellado y celeste demarcado por el paso del sol desde el
septentrión hasta el medio día.
Las marcas del camino que son señales
del paso de las enseñanzas del maestro , son figuras danzantes y
coloridas de un arco iris de prismas que tienen la forma de la piedra
pulida y que refractan los rayos del delta luminoso.
Hoy los dedos entrelazados de la cadena
de unión me trasportan al sentimiento que me atrae hasta los
confines de mis alegrías y mis desafíos , me unen en el momento
oportuno con las ilusiones de alguien que se conecta en un instante
fugaz atravez de su piel y de sus escencia, con mi sensibilidad y mi
percepción.
Energía, no es más que eso.
Es el concepto de la polaridad de la
membrana neuronal y de la conducción eléctrica y espiritual .
Fluida y permanente en los vivos, dispersa y menguante en los que no.
La electricidad que viaja por las
fibras de las células especializadas, tan desconocidas y enigmáticas
, las hemos visto desde que ramón y Cajal las describiera como
arboles intrincados y tortuosos, las observamos , pero no las
descubrimos. Esa energía vibra y se mueve , cambia y altera los
compuestos químicos, las moléculas, los átomos y las inimaginables
partículas subatómicas. Se siente y se trasmite, se vive y se
disfruta.
Energía que en la ultrasensible piel
de los dedos, explora los rincones inhóspitos de un ser que se me
acerca , que vive , que se expresa a gritos por los poros y que lucha
por salir avante con sus triunfos , sus temores , sus ruinas y sus
torres y columnas.
El calor es una buena expresión de esa
energía, es un aura de vitalidad y de humanidad, se irradia y se
contagia con los devenires de los roces y los deseos. Ese calor y
esa unión son un homenaje al candor de la amistad , a la intuición
, a la comodidad con el hermano, a la complicidad de las situaciones
y al entusiasmo íntimo de los momentos.
La energía fraterna es más que un acto o una forma de relación. Es la única realidad concreta del don de la encarnación y el portal para el buen destino que descifra la inevitabilidad de la poesía que somos. Fraternidad vestida o desvestida, fraternidad profunda o enjuta, fraternidad atenta o despreocupada, El amor fraterno es la corriente de una existencia sentida y honda porque vuela con el amigo o vive con la familia . La energía de los sentimientos son el sonido, las calles, las nubes, el sol o el brillo de una estrella. Es la risa compartida, la emoción contenida y aquél abrazo tan cercano.
La cadena se debe romper, pero solo es un símbolo, la verdadera cadena es solida e indestructible y se proyecta al futuro colectivo y se produce un breve silencio.
Y es solo en esa quietud de los sentidos donde puede nacer el silencio. Ese que se parece a un instante único de vacío o de totalidad. Silencio que cuando se es consciente de él, ya se ha ido y pierde su arraigo a esta vida que es agitación. Silencio sin movimiento que puede, si quisiera, anclarse en los dedos, en los pies o en cada vértice del cuerpo. Silencio que se reconoce como estado alterado de conciencia o que se parece a un atisbo de iluminación, pero que cuando logra existir no se parece a nada.
S:.V:.
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