Encontrándome
en tenida y observando la cantidad de símbolos que tenemos la
oportunidad de observar y meditar mientras guardamos silencio en
nuestra condición de aprendices, una de las cosas que ha llamado mi
atención ha sido el momento en que se encienden las luces que
decoran el ara al interior del templo (Belleza, amor y paz).
A
partir de ahí y desde que decidí hacer este trabajo me he
concentrado en observar la simbología de la terna, como se vive en
cada tenida y su importancia:- Los tres principios masónicos, el Delta o triángulo que preside la Logia y que representa el ideal al cual tiende el masón: Libertad, igualdad, fraternidad
- Las tres grandes luces de la masonería sobre el Ara del Trabajo: El libro de la ley sagrada (representado por nuestra constitución abierta en la página de la declaración de principios), el compás (abierto a 45° con su cabeza orienta hacia el Ven... Maest..., y la escuadra (que cubre en grado de aprendiz los dos brazos del compás)
- Las tres luces ubicadas sobre los sitiales de las tres Dignidades de la Logia: El Ven... Maest... y de los dos VigVig...: SABIDURIA (presidiendo la construcción de la obra) – FUERZA (Sosteniendo la obra) Y BELLEZA (Adornando la obra)
- Los tres viajes de iniciación
- La edad del aprendiz (tres años)
- Los tres grados de evolución: Aprendiz, compañero y maestro
- Las demostraciones de fraternidad, cuyas tres palabras enca bezan las planchas o trazados de Arquitectura (Salud, Fuerza, Unión)
- Los tres puntos al final o después de cada letra inicial en toda clase de abreviaturas que aparecen en los distintos escritos Masónicos, también utilizados en la firma personal de cada Q...H...
- Por medio de tres preguntas que el Venerable Maestro hace consecutivamente a los dos Vigilantes, se abren y se cierran los trabajos de la Primera Cámara.
En
La Divina Comedia de Dante puede observarse como hay tres eternos
mundos: Infierno, purgatorio y paraíso, como son tres los animales
que entorpecen el paso a Dante (la serpiente, el león y la
maliciosa loba Uaag), tres son las mujeres que se apiadan de
Dante y le mandan a su maestro Virgilio, estas mujeres son la Virgen
María, Lucía la patrona de los ciegos y su enamorada Beatriz. El
cervero perro de tres cabezas que aparece en el tercer círculo.
¿Por
qué se insiste tanto en el número tres?
La
palabra tres, deriva de la Lengua Latina “TRINUM” o “TIU BIUM”,
y es el primer número impar, puesto que se, compone por la reunión
de tres unidades; o de otro modo, del uno y el dos; que vienen siendo
la unidad y el primer número par.
Históricamente
se sabe que entre los antiguos pobladores, el tres era el más
sagrado de los números; aun cuando es una figura aritmé tica, a la
que se le han atribuido algunas virtudes místicas, al asegurar que
es la base de los Signos de la perfección, y por eso vemos que en la
Filosofía de Platón se le consideraba como la Imagen del Ser
Supremo en sus tres personalidades: la material, la espiritual, y
la intelectual que es lo que tácitamente, determina a la Unidad
hombre por cuya
razón tal vez Aristóteles llegó al convencimiento de que el tres contiene en sí; al principio, al medio y al fin, lo que también viene a indicarnos, que es el símbolo de la perfecta armonía, del factor de conservación y del progreso natural, entre todos los seres y las cosas.
Pitágoras
por ejemplo tenía su terna pitagórica planteada en el Teorema de
Pitágoras, son necesarios y suficientes tres puntos no alineados
para determinar un plano y una circunferencia, son tres los puntos de
apoyo que se necesitan para sostener el equilibrio (lo vemos en el
trípode).
En
la Mitología Griega y Romana, al número tres se le ha conside rado
como el principal atributo de los sucesos legendarios, como por
ejemplo: se dice que el rayo de Jove era tridente; que el astro rey
tenía tres nombres, Sol, Apolo y Liber y que, igualmente al planeta
nocturno, se le designaba de tres maneras: Luna, Diana y Hecate; que
también había tres furias y se conocían tres parcas, que influían
en el ánimo de los hombres.
De
la misma manera entre los Druidas se le consideraba al número tres,
como de gran influjo dentro de sus prácticas sagradas, y más tarde
los Mithras, suponían que el Empíreo se sostenía por medio de tres
inteligencias: ormuzd, Mithra y Mitrhas y así sucesivamente a la
cifra tres, se le ha venido dando o atribuyendo un carácter
universal mente místico a través de las Edades.
Algunos
estudiosos del tema dicen que el número tres representa la
perfección divina, en la religión cristiana, Dios se representa en
tres personas (El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo). La
simbología del tres y otros números aparecen de manera casi
constante en la historia religiosa de la humanidad, tanto en
religiones "avanzadas"
como
"primitivas".
El
número tres aparece abundantemente en la Biblia, tanto en el Antiguo
como en el Nuevo Testamento. En el Antiguo Testamento, tres veces los
serafines claman “Santo, Santo, Santo” (Isaías 6,3); también
así lo hacen los cuatro seres frente al trono de Dios en el libro
del Apocalipsis (Apoc. 4,8). Tres veces es dada la bendición divina
en el libro de los Números (Num 6,23-26). En estas bendiciones, el
nombre del Señor aparece tres veces. El Arca de Noé tenía tres
pisos. Son tres los hijos de Noé (Gen 6,10); tres los amigos de Job
(Job 2,11); tres los invitados de Abrahám (Gen 18,2); tres los
amigos del profeta Daniel (Daniel 3,23) y tres las veces que Dios
llamó al profeta Samuel (1 Sam 3,8).
En
el Nuevo Testamento, el tres es llamado “número divino” por ser
mencionado con frecuencia en relación con las cosas santas: “el
Espíritu, el agua y la sangre” dice la Carta de San Juan (1 Juan
5,18). El ser humano está conformado por espíritu, cuerpo y
alma según el Apóstol San Pablo (1 Ts 5,23). También están las
tres oraciones que el mismo Apóstol hizo pidiendo que le sea sacado
el aguijón de la carne que lo perturbaba (2 Co 12,8). Son tres las
virtudes: fe, esperanza y caridad. Las tentaciones de Jesús en el
desierto fueron tres (Lc 4,3-10) y el Señor repitió por tres veces
las palabras “está escrito” aludiendo a la Palabra de Dios para
ahuyentar al Maligno. Jesús fue crucificado en la hora tercera y
hubo tres horas de tinieblas cuando Él estaba en la Cruz. Son tres
las negaciones de Pedro y tres las preguntas del Señor
Resucitado al mismo Apóstol.
El
tres es considerado el símbolo de la “perfección divina” debido
a la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo); así como
también “el tercer día según las Escrituras” de la muerte y
resurrección del Señor: “como estuvo Jonás en el vientre del
gran pez tres días y tres noches así estará el Hijo del Hombre en
el corazón de la tierra tres días y tres noches” (Mt 12,40). En
el Evangelio de Juan, dijo Jesús a los judíos: “destruyan este
templo y en tres días lo levantaré” (Juan 2, 19). El Señor
resucitó a tres personas cuando estuvo en la tierra. A su amigo
Lázaro, al hijo único de una viuda y a una muchacha. En el Antiguo
Testamento, hay también tres casos de resucitados (1 Re 17,9-24; 2
Re 4,18-35; 2 Re 13,21). En toda la Biblia hay un total de seis
personas resucitadas. Las seis que resucitaron -sin embargo- murieron
nuevamente. El séptimo resucitado fue el propio Señor Jesús. Él
jamás murió de nuevo. Jesús resucitó el tercer día y se apareció
por tres veces a los Apóstoles.
También
hay que recordar los tres días por el desierto del pueblo de Israel
antes de atravesar el Mar Rojo. Estos tres días transcurrieron
inmediatamente después del sacrificio y de la comida del Cordero
Pascual. (Ex 14, 27). Tres días después de la Pascua, los
israelitas atravesaron el mar. (1 Co 5,7). En la nueva Jerusalén
en el libro del Apocalipsis, la muralla que rodea la ciudad tiene
tres puertas en cada costado. Por ser el número de la Trinidad y el
número de la resurrección, el tres es el número de la total
manifestación de los más grandes misterios de Dios y de Jesús.
El
Templo de Salomón contenía tres departamentos, en que se rendía
culto a tres imágenes: la de la tierra, la de los mares y la de los
cielos; también había que penetrar a tres cámaras de prepa ración,
antes de recibir la Luz: a la de la verdad, a la de las ciencias y a
la de las artes; dentro de los antiguos templos iniciáticos, se
tenía que pasar a través de tres aposentos: el negro, el azul y el
rojo, para el fin de conocer tres cualidades: el valor, la bondad y
la energía del candidato.
“El
enigma más enigmático con que se enfrenta el hombre es, según
señala
Lacan1,
que hacen falta dos para que nazca uno. Lo intuitivamente lógico
sería que de uno nazca uno... pero no señor, hacen falta dos. Por
lo que ya de movida, tres nos abre a contemplar la dimensión de
misterio y designio que tiene la vida, que excede nuestra lógica. Y
donde algo excede nuestra lógica para producir sentido, despunta lo
Sagrado por detrás. El tres, entonces, nos remite a lo
vital-sagrado”2
Tres
son los pasos por este mundo: Nacimiento, vida y muerte…
Existen
muchos elementos ternarios en el simbolismo masónico, el
ternario preside el inicio de la edificación del templo interior del
francmasón al igual que la construcción del Cosmos, del cual la
Logia es una imagen perfecta.
Todos
los símbolos masónicos no son signos mágicos, amuletos o secretos,
sino medios útiles para aprender lo que no se enseña en las
escuelas: “Que los seres humanos deben cooperar entre sí para
hacer un mundo digno de ser vivido por todos en libertad, igualdad y
fraternidad”.
Es
mi palabra
ALMC una eterna Apr:.
Resp:. 1545 Jacques de Molay Pereira
1
Médico
psiquiatra y psicoanalista francés conocido por los aportes
teóricos que hiciera al psicoanálisis basándose en la experiencia
analítica y en la lectura de Freud
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