CONFERENCIA
DE LA M:.P:.S:.G:.C:.M:.IL:.Hna:.
Yvette RAMON GR:.MAESTRE DE LA ORDEN, DIRIGIDA ESPECIALMENTE A
PROFANOS Y HH:. DE OTRAS OBEDIENCIAS EN SU VISITA A COLOMBIA
Conferencia
de la M:.
P:. S:. G:. C:. Gran Maestre Yvette Ramon
Dirigida
especialmente a profanos y HH:. de otras obediencias en su visita a
Colombia
¿Por
qué ser francmasón en el contexto actual y más particularmente de
Le Droit Humain - El Derecho Humano: y Qué puede aportar tal
compromiso?1
Primero
que todo ¿qué es Le Droit Humain – El Derecho Humano?
Quienes
me han preguntado, esto hace ya algunos años, sobre cuál era ese
compromiso que había suscrito, yo no quería decir demasiado;
afirmaba que quería trabajar de buena voluntad para una organización
humanitaria, lo cual no es del todo un hecho exacto, que mi elección
era voluntaria, un poco con temor ante los demás de revelar
demasiado lo que consideraba personal.
Le
Droit Humain – El Derecho Humano fue creado en el año de 1893 por
dos personas: Georges Martin, médico y senador de París, y María
Deraismes, conferencista, republicana comprometida con la defensa de
los derechos de las mujeres; quien a fuerza de haberse movido en
incesantes batalles ante las obediencias existentes -masculinas
evidentemente para la época-, solicitó que la iniciación se
realizara en una logia que sostuviera la igualdad de trato entre
hombres y mujeres… Y pasó a fundar en compañía de Georges Martín
una Orden Mixta, que permitiera a todos el acceso a la Iniciación
masónica, ya que esta estaba reservada exclusivamente al género
masculino desde los comienzos del siglo XVIII, porque, en efecto, no
podían ser masones en aquella época ni las mujeres, ni aquellos a
quienes llamaban libertinos no creyentes. Los dos fundadores de Le
Droit Humain - El Derecho Humano desde su comienzo a finales del
siglo XIX, crearon, al margen de las obediencias masculinas, una
Orden Mixta que rápidamente se convirtió en internacional, la que
desde los inicios del siglo XX ha permitido a todos los miembros que
trabajan en su seno, hombres y mujeres, acceder con igualdad de
condiciones a todas jerarquías y responsabilidades de la Orden.
El
DROIT HUMAIN es por lo tanto, una organización masónica que tiene
tres características: 1) Es una Orden, lo cual significa que cada
uno de sus miembros, desde su evolución personal y por su trabajo,
asciende en sus grados durante su carrera masónica; 2) Es
Internacional; 3) es Mixta.
¿Por
qué ingresar a Le Droit Humain – El Derecho Humano y por qué
permanecer allí?
Las
motivaciones de todos los candidatos para ingresar a nuestra Orden
son tan variadas como los individuos mismos. Al examinar las
motivaciones de aquellos que llamamos “profanos” -que están
fuera de la Orden- podemos señalar las siguientes:
- Conocer personas de todos los orígenes, de toda la gama de proyecciones profesionales o personales, para discutir los temas vitales de la actualidad.
- Desarrollar el potencial que percibimos en su vida personal sin ningún juicio, ni presión alguna.
La
Francmasonería desde sus inicios, que remontan a la primera mitad
del siglo XVIII, había sido creada en Inglaterra por hombres de
buena voluntad, diferentes por su cultura y sobre todo, por su
religión: unos católicos y los otros protestantes, quienes habían
decidido unirse fraternalmente, en torno a un Ritual de trabajos,
para intentar encontrar los medios de silenciar las armas en el Canal
de la Mancha entre las diferentes facciones cristianas.
Le
Droit Humain - El Derecho Humano, 150 años después de la creación
de la Francmasonería, se construyó esencialmente sobre un proyecto
ambicioso y completamente utópico para 1893: permitir el ingreso de
hombres y mujeres en igualdad de condiciones; y juntos trabajar con
un método Ritual permanente, permitiendo a cada uno el poder
progresar y a la vez encontrar los medios para hacer progresar la
sociedad.
Nuestra
Orden se construye relativamente rápido. Los principios y las reglas
básicas de Le Droit Humain – El Derecho Humano quedaron
establecidos desde 1920, fecha del primer Convento Internacional, que
es una especie de congreso internacional. En cada uno de los
Conventos Internacionales que han tenido lugar después y que
actualizan las reglas, en función de los avances y progresos de la
Orden, se han expresado los principios fundacionales, los que son
inmutables e intangibles:
- La afirmación de la igualdad del hombre y de la mujer, sin distinción alguna, de orden social, étnico, filosófico, religioso.
- El proyecto de establecimiento -a través del método masónico-, de la justicia social, en una humanidad organizada en sociedades libres y fraternales.
- El respeto a los principios de Libertad, Igualdad, Fraternidad y Laicidad.
- El respeto a la Libertad absoluta de conciencia de cada individuo.
Los
objetivos de Le Droit Humain - El Derecho Humano son claros,
ambiciosos, pero resulta evidente que ellos aún están lejos de ser
una realidad terminada.
Desde
el siglo XIX hasta las 2/3 del siglo XX, podíamos tener proyectos
precisos, las posturas eran claras, ya fueran ellas progresistas o
conservadoras, los conocimientos eran más fácilmente abarcables,
porque había menos aspectos y variantes que en la actualidad.
Después
de los finales de los años 1970, la evolución que existía antes se
volvió más visible, pero menos palpable y también menos accesible
para la mayor parte de la población. La globalización es una
realidad que uno debe tomar en cuenta. El ser humano tiene hoy
dificultad para adaptarse a una evolución que no corresponde con la
de su naturaleza.
Además,
los modelos sobre los cuales las sociedades son construidas presentan
debilidades, limitaciones e inhumanidad. Los problemas que creíamos
en proceso de solución reaparecen como virus olvidados que han
mutado, con más vigor y mayor complejidad: desempleo, racismo,
esclavitud, inseguridad. Las tecnologías actuales permiten ciertas
ventajas de rapidez, pero su dispersión y su acceso no es siempre
sencillo y prácticamente resultan imposibles para las poblaciones
pobres, indigentes, todavía en desigualdad.
No
es necesario tener muchos diplomas para darnos cuenta de que el
modelo que funciona en la mayor parte del mundo se ha vuelto
obsoleto, y los auges económicos, financieros, las crisis sucesivas,
lo mismo que los remedios no son más que “paños de agua tibia”
completamente inapropiados, peor aún, destructivos en el corto y
mediano plazo; los sistemas de regulación para esos agentes han
resultado ineficaces.
Arriesguémonos
a una comparación biológica: todos los organismos vivos necesitan
energía para crecer y vivir. Esta energía es suministrada por los
azúcares. Cada azúcar está compuesto de moléculas que se pueden
romper, formando también otros productores de energía. En una
levadura el elemento indispensable es la fermentación, por lo tanto
pasa a la creación de muchos otros organismos vivos; esta producción
dura aproximadamente seis horas y la energía es redistribuida, como
moneda de cambio, que puede ser reinvertida en otros lugares. El
equilibrio respeta el bienestar, cada quien no toma más que la
energía indispensable, el resto es enviado a los otros organismos.
Sin embargo, sólo una bacteria, sólo una célula, podría
desarreglar y romper este conjunto, ya que sólo toma unos pocos
minutos a esta bacteria utilizar y almacenar la energía para sus
propias necesidades, a pesar de que esto último no son necesidades.
El equilibrio estaría roto y la reinversión imposible. La
comparación es tentadora para quienes se encargan de examinar el
sistema económico que rige en el planeta.
En
su época, en los años setentas del siglo pasado, Aleksandr
Solzhenitsyn escribía que los sistemas económicos y las teorías
más generosas estaban pervertidos por el egoísmo y la avaricia.
La
economía no es la única variable; sus causas, lo mismo que sus
consecuencias son inmorales. Esa conducta se desplaza y se instala en
la moral y en las necesidades del momento que se ejecutan sin mirar
atrás.
Es
así como la masonería, especialmente la de Le Droit Humain – El
Derecho Humano tiene un importante rol a jugar:
En
efecto, el ingreso a la masonería exige de cada uno, para poder ser
creíble, una altísima concepción de una moral a la vez personal y
colectiva. Para los profanos, para aquellos que se unan a nosotros,
les puede parecer que una institución que ha nacido hace 120 años
pueda estar completamente obsoleta, sobre todo después de los
progresos de los últimos 50 años.
Nuestros
fundadores eran ciertamente visionarios al final del siglo XIX, al
crear una masonería Mixta e Internacional; pero si nosotros tenemos
el mismo entusiasmo que Ellos, no deberíamos ahora dejarnos
sobrepasar por el tiempo.
Reunieron
y siguen reuniendo en el seno de Le Droit Humain – El Derecho
Humano a personas diferentes para reflexionar y actuar sobre el
desarrollo y el mejoramiento personal y a la vez sobre el progreso
material, moral, intelectual y espiritual de la humanidad. Desde los
comienzos de la Orden, existe un deber por lo humano de tomar parte
en lo universal.
A
diferencia de otras obediencias masónicas, la Orden ha elegido
trabajar en la convergencia de los aspectos relativos a la sociedad y
al individuo. El trabajo masónico de Le Droit Humain – El Derecho
Humano está apoyado en una base, en un Rito; los Rituales son los
mismos desde los comienzos de la Orden, y por un método.
Para
los profanos presentes en este lugar, las palabras Rito y Ritual
pueden parecer sospechosas, de difícil comprensión, por lo menos
curiosas. Todos los Francmasones se reúnen en torno a un Ritual, una
manera de preparar el trabajo conjunto, según una costumbre que data
desde los orígenes de la masonería.
Para
hacer una comparación ciertamente un poco simplista: cada noche,
vosotros dormís a los niños o a los bebés, de la misma manera, de
modo que no sean perturbados, para protegerles y hacerles comprender
la necesidad de dormir para prepararse para el día siguiente:
bañarse, cepillarse los dientes, hacer la lectura de un cuento,
expresar dulzura, afecto y el niño pasará la noche sin
preocupación.
Por
otras razones los francmasones han decidido reunirse siempre de la
misma manera en apego a sus tradiciones, comenzando y finalizando los
trabajos de manera inmutable, formando el Ritual. Dentro de este
Ritual utilizan un conjunto de símbolos que representan a la
construcción, como la escuadra, el compás, la plomada, o que
simbolizan al universo como la luna, el sol y las estrellas.
El
Ritual prevé también la participación activa en los trabajos, por
ejemplo en la presentación de un trabajo de reflexión, éste está
sujeto al mejoramiento eventual por parte de los participantes. Uno
no puede hablar de manera descuidada o para interrumpir. Existe un
modo de dirigirse al auditorio, una forma de portarse, pero lo cierto
es que podrá expresarse el tiempo que le sea necesario, sin
interrumpirle la palabra, hasta que haya expuesto completamente su
pensamiento y sin temor alguno de ser juzgado por lo que afirme.
Existen
diferentes ritos, pero todos tienen un punto común: poner a los
miembros de la Logia en confianza; a conectarse a través del Ritual
con todos quienes le han precedido y a todos los que le seguirán en
el porvenir; les permite reflexionar juntos sobre el significado de
los gestos y de los objetos de acuerdo con su percepción.
Nuestro
Rito que se llama R:. E:. A:. A:. es una síntesis de diversas
tradiciones pero ninguna predomina sobre otra: tradiciones de
constructores, tradiciones mediterráneas a saber: hebraica,
egipcias, cristianas, templarias y también hace concesiones y
préstamos de tradiciones más orientales. Pero ninguna es superior a
la otra; ellas deben ser abordadas con un amplio espíritu de
apertura, abriendo de este modo un campo de conocimiento para
completar de manera personal, que conectará a los seres humanos
cuales quiera que sean sus creencias, sus opiniones filosóficas, en
torno a lo que se descubra como valores humanistas universales. Este
rito permite a todos los HH:. y HHa:. trabajar juntos en las Logias,
sean creyentes, ateos o agnósticos.
Nuestro
Método es adogmático: él no impone nada, ni sugiere la
profundización personal de lo que se aborda y permite sobre todo a
cada uno forjar una espiritualidad completamente personal. Su
simbolismo no contiene doctrina ni imposición alguna, no es más que
el soporte para introducir la reflexión que limita de una parte las
pretensiones de la razón que puede ser vista esterilizante y de otra
parte las extrapolaciones invasivas que conducen a deducciones de
toda clase, ellas también estériles para liberar el pensamiento. El
Trabajo llama a la inteligencia, al intelecto, a la intuición, a la
creación, al conjunto de maneras de filosofar. El objetivo no es
formar una élite intelectual, sino más bien permitir que los
hombres y las mujeres que piensan que la humanidad es posible de
perfeccionar se conviertan en actores libres y autónomos en sus
decisiones.
Si
nosotros somos libres debemos darnos los medios de participar, con
otros hombres y mujeres, masones o no, en la evolución de nuestras
sociedades hacia un mayor humanismo y solidaridad. La familia humana
es una, y es necesario abrirle caminos de Libertad, de Igualdad de
Fraternidad. Le Droit Humain – El Derecho Humano promulga y
defiende la libertad absoluta de consciencia; ello es necesario para
reconocer a todos el derecho de salir de sus fatalidades, ya sean
culturales, territoriales, sociales o religiosas.
El
reconocer no es suficiente, los engaños ya no deben estar en las
agendas, porque cada uno sabe que, por ejemplo, el desempleo genera
otros males contra los cuales las lecciones de moral carecen de
utilidad alguna.
Las
sociedades tienen el deber de reflexionar para tratar de detener las
espirales de problemas en las que el estado se declara impotente.
Nosotros tenemos la oportunidad, como Le Droit Humain – El Derecho
Humano de ser una Orden Internacional. Dentro de cada uno de los
países, donde nosotros estamos arraigados, de constatar los efectos
de las políticas improvisadas e incoherentes.
El
5 de noviembre pasado (2013), los HH:. y las HHa:. expresaron ante
los presidentes de la Comisión y del Parlamento Europeo las grandes
preocupaciones, pero también han formulado propuestas, tal vez
simbólicas, para que estos organismos, lejanos para los ciudadanos
europeos, sean más visibles y más comprensibles. Nosotros
igualmente hemos señalado la desesperación de nuestros HH:. y HHa:.
que sufren en Grecia, en Portugal, en España, en Francia, y piden
que sean revisadas las políticas de austeridad del gasto. Resulta
lamentable que los lobbies religiosos, más especialmente, y también
los que son financiados por las multinacionales influencien las
instituciones y aíslen a los dirigentes en una forma de autismo de
cara a las realidades.
Deben
nacer otros modelos surgidos de la reflexión de todos; y donde los
valores defendidos por Le Droit Humain – El Derecho Humano pueden
ser el motor para que nuestras sociedades alcancen un mayor
bienestar.
Somos
testigos, actuando en ocasiones, observando en otras, pasivos a
veces, de las evoluciones permanentes de la sociedad, pero todo el
mundo está afectado.
Dos
soluciones se nos presentan: 1) permanecer ignorantes ante los
cambios, refugiarnos en nuestras logias detrás del confort
intelectual y al amparo de nuestro Templo; 2) o tomamos en cuenta y
reflexionamos juntos, con toda la humanidad, en las soluciones a
poner en marcha.
Nuestro
compromiso con los valores humanistas no deben confundirse con un
movimiento político o sindical, porque cada uno de nuestros miembros
en todas las latitudes actúa en la dirección que desea dar a sus
opciones personales. Así, nuestros valores insisten en la defensa
del Bien Común; en el respeto al otro; en la Dignidad del Ser
Humano.
Hemos
visto claramente que actualmente, ninguno de estos valores está
presente. Cuales sean las opciones de cada quien, uno no puede dejar
perdurar la situación de riesgo en la que se encuentra la tierra.
Juntos, masones o no, debemos pensar, procurar los medios, y actuar,
porque, como dice el refrán: “la
felicidad no viene a los que esperan sentados”.
Actuar
para garantizar la subordinación de la economía a valores que no
son del mercado y dejar de convertir el trabajo en mercancía, las
ocupaciones humanas no deben ser una fuente de beneficios. Existen
las soluciones de la economía social, solidaria, pública…
Actuar
para proveer puestos de trabajo, no empleos, que protejan a la
tierra. Actuar para controlar; sin negar, las tecnologías actuales
no para esclavizar sino para ayudar a progresar; Actuar a nivel
asociativo, legislativo para que hombres y mujeres sean
verdaderamente tratados como iguales. Actuar para que el Bien Común
sea respetado; establecer un verdadero servicio público; no un
servicio al público; brindar acceso para todos al agua sin la
privatización, por ejemplo.
Actuar
practicando el respeto del uno hacia el otro, en todas las
dimensiones, para erradicar los sectarismos y los fundamentalismos.
Actuar
para formar ciudadanos abiertos que sean capaces de escuchar al otro;
de expresar las opiniones sin violencia, de participar en los
debates, de practicar la responsabilidad ya sea ella individual o
colectiva.
En
el método masónico de Le Droit Humain - El Derecho Humano
aprendemos a realizar el trabajo para el progreso, sin que se nos
imponga influencias ocultas, porque, al abrigo de nuestras logias
podemos todos abordar sin presiones, sin amonestación, sabiendo
entender la diferencia con el otro que nos confronta para encontrar
verdaderas soluciones humanistas a los agudos problemas a los cuales
cada uno de nosotros se enfrenta. No somos ni contemplativos, ni
sumisos, ni pasivos.
Esta
es una utopía mayor a la que la sociedad está enfrentada; es la
responsabilidad de los francmasones de Le Droit Humain - El Derecho
Humano, porque ellos han prometido respetar los principios de la
Orden, participar en esta asamblea de reflexión y pensamiento. No
debemos estar solos en esta cantera planetaria.
Al
intentar lo imposible podemos lograr el máximo posible, ha dicho
Strindberg. A eso es a lo que estamos invitados.
1
Conferencia de la M:. P:. S:.
G:. C:. Gran Maestre de la Orden Masónica Mixta Internacional Le
Droit Humain – El Derecho Humano, el domingo 16 de marzo, en el
hotel Royal Park de Bogotá, a las 19:00, ante un auditorio de
profanos y de MM:. de diferentes obediencias.
¡Qué orgullo se siente de hacer parte de esta orden tan bien representada!
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