Al
recibir mi primera asignación por parte de la Ha.·. Seg.·. Vig.·. en la cual se me solicitó una Traz.·.Arq.·. sobre el número tres, en mi cabeza se
aglutinaron un sinfín de pensamientos e inquietudes respecto al abordaje que
éste iba a tomar; tratándose de un número, en un principio no pensé que hubiera
mucho que decir al respecto, sin embargo al pasar algunos días y tras haber
hecho un poco de aduana al tema, lo
primero que viene a mi mente es el Rit.·.Inic.·., y al mismo tiempo es
inevitable hacer algunas comparaciones entre el ingreso a la Mas.·. el cual se
compone de tres VV.·., en los que se bebe de tres CC.·., y la historia bíblica
de quien la tradición cristiana llama mesías, tres veces tentado durante su
exilio y sometido a tres viajes (pasión, muerte y resurrección). De igual forma
al citar esta frase incluida en el credo católico “…Al tercer día
resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha
del padre…”, es posible equiparar cada día con los grados de la Mas.·. (Ap.·., Com.·., M.·.), los cuales cumplen un fin similar, al pasar de
la muerte (oscuridad) a la vida (conocimiento de la luz), ciclo perfecto en el
que es posible reconstruir nuestro templo interior; en concordancia con otro
elemento que llama profundamente la atención como es la relación que existe
entre la edad de cristo al momento de su muerte y resurrección, con el mayor
Gr.·. de nuestra Or.·. “33”, elemento que nos permite deducir que se
podría tratar de un G.·.M.·.Mas.·..
A
los Tres años de edad iniciamos nuestro Trab.·.
los Ap.·. Mas.·., esta frase la escuché por primera vez del
H.·.Pr.·.Vig.·., cuando fue interpelado por la V.·.M.·. al inicio de nuestra
Ten.·. anterior, que al mismo tiempo fue el primer espacio de congregación con
mis QQ.·. HH.·., en el que el Sil.·. del
Apr.·. me dio la lucidez para comenzar a
apreciar la belleza y el misticismo de nuestro Rit.·., mientras mi asignación
temporal de funciones como Guar.·.Tem.·. me aportó una visión panorámica de la
escena.
Antes que nada, debo confesar que
nunca me he caracterizado por ceremonioso o protocolario, sin embargo mi actual
condición en la Res.·. Log.·. incluye formación en cuanto a los signos y
acciones que componen nuestro Rit.·.; llamándome poderosamente la atención el
hecho de que sea precisamente el número tres una constante en nuestra
tradición, realidad que se hace evidente en el número de LLuc.·. May.·. y
Men.·. que iluminan nuestro Tem.·., el
número de CCol.·. representativas de
virtudes como la S.·.F.·.B.·., así como el número de pasos que como Ap.·.Mas.·.
debo dar al dirigirme hacia estas CCol.·., de igual manera son tres toques los
que indican la llegada de un Q.·.H.·. a las puertas de nuestro Temp.·. o la
solicitud de las PPal.·.por parte de un Ap.·. hacia su H.·. Mas.·..
Seguramente estoy
pasando por alto algunos elementos del Rit.·.
en los que se aprecia este número, y esto obedece a la ignorancia propia de los
neófitos, pero considero que los citados, son suficientes para contextualizar
la importancia del
número 3, que al mismo tiempo es un elemento fundamental de diversas culturas,
como la egipcia en la que tres grandes pirámides milenarias presiden la
necrópolis de Guiza, ícono que representa el legado histórico de una cultura
cuyas trinidades fueron Isis, Osiris y Horus; similar al arte Griego con tres
capiteles Dórico, Jónico y Corintio y una serie de divinidades trinas, que al
igual que muchas otras culturas en las que los dioses adquieren esta condición,
hasta llegar al Cristianismo, en el que la deidad también asume estas
características (Padre, Hijo y Espíritu Santo) tres personalidades de un solo
dios, que se constituye en la piedra angular de una civilización, siguiendo el
principio “En to Pan -“Uno el Todo”. Todo es Uno en su Realidad, en su Esencia
y Sustancia íntima y fundamental; todo viene de la Unidad; todo está contenido
y sustentado por la Unidad; todo se conserva, vive, es y existe en la Unidad;
todo se disuelve y desaparece en la Unidad”[1]. Cabe resaltar que para
Pitágoras el 3 también se constituye en piedra angular de su teorema, lo propio
sucede en nuestra Ord.·., en la que el número 3 se convierte
en la fuente inspiradora para el aprendizaje de los PPrin.·. MMas.·..
La gran obra del G.·. A.·. D.·. U.·.
es otro gran ejemplo de triadas que representan el perfecto orden y la armonía,
entre estas es posible destacar en primer lugar que en el ámbito filosófico, el
universo se compone de azufre, sal y mercurio, nuestro mundo se forma a partir
de la coexistencia armónica del cielo, el mar y la tierra; así mismo la riqueza
cromática parte de la combinación de la triada formada por los colores cian,
magenta y amarillo; por su parte el ser humano es en sí un producto de la
triada espíritu, alma y cuerpo.
Decían
los Romanos que “Tres hacen un colegio”, este planteamiento que es aplicado en
la Mas.·. como base fundamental, sobre la que se sustenta una
Log.·. bajo la premisa de “Tres MMaes.·. forman una Log.·.”, la cual se ha
aplicado desde antaño y ha permitido cimentar una sociedad que ha afrontado con
estoicismo los embates de movimientos religiosos, políticos y sociales que han
pugnado por reducirla a cenizas, hallando en este punto otra relación con
el cristianismo, cuando al sumar los
dígitos que componen el número de apóstoles obtenemos otro 3, lo que podría
llevarnos a inferir que se trataba de una Log.·., que a su vez debió afrontar
persecuciones que la llevaron a ocultarse y actuar con discreción para
garantizar su supervivencia al igual que nuestra Ord.·..
Siendo el tres un número que enmarca
la filosofía Mas.·. representada en el
Trian.·., la cual orienta nuestros actos hacia el equilibrio y la unidad, es
menester moral de los HH.·. Mas.·. ser agentes multiplicadores de los tres
principios que tienen como objetivo conducirnos hacia oriente y revelarnos la
luz (L.·., I .·. y F.·. ), a fin de construir un mundo pluralista y equitativo.
Seguramente mi calidad de Ap.·.
Mas.·. y la escasa luz que hasta ahora poseo, limitan un entendimiento más
profundo de la simbología contenida en este místico número, es por eso que por
ahora mi deber se enfoca en continuar una exploración juiciosa, que lleve mis
Trab.·. iniciados al Med.·. D.·. hacia
una comprensión plena que despierte mis sentidos y los prepare para la
verdadera luz, por ahora regresaré al Sil.·. que mis obligaciones
voluntariamente aceptadas me imponen, esperando que al llegar a la Med.·. N.·.
mis Trab.·. hayan contribuido a realizar
una adecuada siembra.
Es
mi palabra,
CAA
A:.M:.
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