Quiero comenzar con unas
citas que me introducen en el tema.
José Martí : “El ser humano
se educa de la cuna a la tumba”.
Pablo
Freire: “El ser humano es un sujeto educable mientras
vive”.
Uno de los temas de mayor
actualidad por lo que se mueve a su alrededor es precisamente el de la educación,
entendida como el conjunto de disciplinas y ejercicios encaminados a lograr el
desarrollo y perfección, pero también como el derecho inalienable que tiene
todo ciudadano para el perfeccionamiento de sus potencialidades.
Así las cosas, es muy fácil
pensar que no se trata simplemente de garantizar que todos los niños puedan ir
a la escuela a adquirir conocimientos de diferente nivel, sino que el tema
tiene muchas aristas. Que si los docentes, que los estudiantes, que el papel
del estado en la educación, que la calidad de la educación, que lo político, etc.
En primera instancia abordaré
la educación como derecho inalienable, consagrado en la Declaración universal
de los derechos humanos que en su artículo 26 dice:
1. Toda persona tiene
derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo
concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental
será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser
generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en
función de los méritos respectivos.
2. La educación tendrá por objeto el pleno
desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los
derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión,
la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos
o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones
Unidas para el mantenimiento de la paz.
3. Los padres tendrán
derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus
hijos.
La UNESCO y las Naciones
Unidas declaran:
“La educación es un derecho
humano fundamental, esencial para poder ejercitar todos los demás derechos. La
educación promueve la libertad y la autonomía personal y genera importantes
beneficios para el desarrollo. La educación es un instrumento poderoso que
permite a los niños y adultos que se encuentran social y económicamente marginados
salir de la pobreza por su propio esfuerzo y participar plenamente en la vida
de la comunidad.
Igualmente, La Constitución
política de Colombia así lo declara:
Artículo 67. La educación es un
derecho de la persona y un servicio público que tiene una función social; con
ella se busca el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica, y a los
demás bienes y valores de la cultura.
Para llevar las anteriores
declaraciones a la práctica, esas mismas instituciones estipulan las
obligaciones jurídicas internacionales del derecho a la educación y promueven
el derecho de cada persona a disfrutar del acceso a la educación de calidad,
sin discriminación ni exclusión. Corresponde a los gobiernos el cumplimiento de
las obligaciones, tanto de índole jurídica como política, relativas al
suministro de educación de calidad para todos y la aplicación y supervisión más
eficaces de las estrategias educativas.
Leccion de anatomia del Dr. Nicolaes Tulp Rembrandt 1632 Mauristhuis, La Haya |
Desde la premisa de la
educación, quisiera abordar el sistema en que se mueven los estudiantes, su
entorno, su contexto y por supuesto la calidad de la educación de la que son
objeto.
Los estudiantes se
encuentran en su gran mayoría inmersos en las instituciones educativas y allí en un acto de fe, entregan su voluntad y mente para que
sea moldeada, con la convicción de que el producto final
será un egresado lleno de competencias y con capacidad para sobrevivir en el
mundo, en condiciones aceptables, por lo menos.
Pero el entorno y el
contexto en que se mueven, implican además de la información que reciben,
algunos derechos, como el derecho al trato digno, a no ser objeto de castigos o tratamiento
degradantes ni de discriminación por parte de la comunidad académica. Qué diremos
entonces con respecto a las creencias que trae? Indiscutiblemente, debe
respetarse el acervo cultural, religioso y político para que la educación que
se le imparta cumpla con lo que las leyes pregonan. Además y de una manera
específica hago referencia al derecho a recibir educación sexual adecuada para
prevenir los embarazos de adolescentes, los embarazos no deseados y las
infecciones de transmisión sexual.
La calidad educativa como
derecho de los estudiantes hace imperante la necesidad de que los planes de
estudio estén orientados hacia los objetivos y fines de la educación, es decir
hacia el desarrollo social, cultural y económico del país tal como lo expresa
la Ley General de la Educación. Además, el estudiante tiene derecho a que se le
enseñe lo pertinente para satisfacer sus necesidades de conocimientos y prácticas
para su desempeño futuro.
En tercer lugar se
encuentran los docentes
La educación impone hoy un
escenario en el que la labor del docente
es indispensable y determinante. Los maestros son los encargados de acompañar a
los estudiantes en la búsqueda permanente de la verdad.
El profesor colombiano
Alvaro Recio al respecto del papel de docente escribe: “El educador para el
siglo XXI debe ser un pedagogo-investigador con una honda formación humana y
social, de modo que se convierta en agente de cambio de él mismo, de sus
alumnos y de la comunidad circundante.” En la educación considerada así,
el docente debe ser un facilitador, un
motivador y, además, debe trabajar en equipo con sus alumnos para
identificar y seleccionar los problemas, para que no memoricen sino que
aprendan a utilizar todos los medios de información y a cómo acceder a las
bases de datos nacionales e internacionales. Debe además, dominar el campo del
conocimiento específico para ejecutar su profesión como educador y tener
elementos que le permitan profundizarlos, aplicarlos y estar en permanente
actualización.”
La Comisión Delors de la UNESCO, que preparó
el “Informe sobre la educación para el siglo XXI”, también conocido como “La
Educación encierra un tesoro”, estuvo muy consciente de que llevar a la
realidad esta visión, dependerá
en gran medida del personal docente. “El aporte de maestros y profesores,
afirma el Informe, es esencial para preparar a los jóvenes, no sólo para que aborden
el porvenir con confianza, sino para que ellos mismos lo edifiquen de manera
resuelta.
El desafío del docente es
despertar la curiosidad, desarrollar la autonomía, fomentar el rigor
intelectual y crear las condiciones necesarias para el éxito de la enseñanza
formal y la educación permanente.”
Igualmente,
según las palabras del ex Director General de la UNESCO,
Profesor Federico Mayor, la Universidad tiene que “pasar desde la perspectiva
de la enseñanza a la del aprendizaje; pasar de los estudios unidireccionales a
los multidireccionales o diversificados, haciendo posibles múltiples tránsitos mediante las
adecuadas pasarelas, acreditaciones intermedias, etc; pasar de una formación
temporal a la formación permanente. El docente universitario para el siglo XXI
tiene que estar compenetrado de que la Universidad se encuentra en el centro de
la “sociedad del conocimiento. El docente universitario del siglo XXI tiene que
estar abierto a la comunidad académica mundial e integrarse en las grandes redes
telemáticas e informáticas.
En
cuarto lugar me referiré brevemente al sistema de aseguramiento de la calidad
en la educación tomando como base el programa del Ministerio de educación que
lo define como el conjunto de acciones desarrolladas por los diferentes actores
de la Educación, que buscan promover, gestionar y mejorar permanentemente la
calidad de las instituciones y programas de educación superior y su impacto en
la formación de los estudiantes.
En
el Sistema de Aseguramiento de la Calidad confluyen el Ministerio de Educación
Nacional, el Consejo Nacional de Educación Superior, Cesu, la Comisión Nacional
Intersectorial para el Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior,
Conaces, el Consejo Nacional de Acreditación, CNA, el Instituto Colombiano para
el Fomento de la Educación Superior, Icfes y las Instituciones de Educación.
Las
instituciones de educación superior son evaluadas en dos momentos principales,
uno de carácter obligatorio, el de su creación, y el otro voluntario, con la
acreditación institucional o de alta calidad. Para su creación deben demostrar
el cumplimiento de los requisitos contemplados en el Decreto 1478 de 1994, para
las instituciones privadas, y en la Ley 30 de 1992, artículos 58 a 60, para las
públicas.
En cuanto a los programas
académicos, deben cumplir, desde el momento en que son creados, con las 15
condiciones de calidad que establece el Decreto 1295 de 2010, requisito
indispensable para que se les otorgue el Registro Calificado por un periodo de
siete años, cuya renovación está sujeta a un proceso de verificación y
seguimiento similar.
El educación básica y media
también son objeto de estudio permanente y apuestas hacia el mejoramiento de la
calidad.
Felipe Barrera de Harvard en
un documento elaborado para el DPN en compañía de otros técnicos de la
Universidad del Rosario, expresa: “Colombia
ha tenido avances importantes en cobertura. Sin embargo, las mejoras en términos
de calidad han sido marginales e inequitativas. Las propuestas de política son:
i) fortalecimiento de la evaluación de la calidad de la educación; ii)
fortalecimiento de la capacidad institucional de los colegios públicos; iii)
implementación de la jornada escolar completa; iv) implementación de una política
de docentes que permita atraer mejores profesionales y mejorar los instrumentos
de evaluación de los docentes; v) participación del sector privado en la
provisión de educación
Ahora bien, la importancia
de la educación genera consenso. Desde distintas esferas de la sociedad y desde
distintos enfoques académicos se ha argumentado que aumentar los niveles de
educación y mejorar su calidad es fundamental para el logro de objetivos
diversos. Ejemplo de ello es el papel determinante en la movilidad social. Los
estudios que miden la movilidad social comparan los niveles de educación de los
padres y sus respectivos hijos.
La cantidad de educación,
aunque no es la única variable,
determina no solo las oportunidades laborales del individuo sino también
la ocupación y el nivel de salario que recibe. Recientemente, Estudios
internacionales como Mulligan (1999), Murnane et al. (2001) y Lazear (2003) han
demostrado que en países desarrollados con incrementos en una desviación estándar
de pruebas cognitivas estandarizadas aumentan los ingresos laborales en un 12%
en promedio. Estimaciones recientes han mostrado que la calidad de la educación
es un mejor predictor del crecimiento económico.
Así, tanto la cantidad como la calidad de la educación se
convierten en herramientas de política que pueden reducir los niveles de
pobreza de un país y aumentar la movilidad social de sus individuos.
Por último me referiré a la
educación y su relación con la masonería.
En el Taller Masónico se enseñan métodos. Los Maestros más
versados enseñan la llave para entrar en ese mundo simbólico que contiene todos
los significados. El Masón debe aprender a pensar, más que a repetir; a crear más que a copiar; y a decir la verdad
sin temor a los resultados.
El drama litúrgico que se da
en las tenidas es una estrategia pedagógica. Las Tenidas Ordinarias son
sociodramas representativos de la actividad laboral. Es el arte como estrategia
pedagógica, y como forma de entendernos entre nosotros mismos, manteniendo el
orden, la tolerancia y el respeto en las discusiones.
La verdadera intención del drama es la reflexión, en aras del desarrollo intelectual y de la moralización. El drama masónico no trata de ser un espectáculo como el teatro romano; por el contrario, es para transformar. Para perfeccionar. Para educar.
La educación profana enseña a aislar los objetos de su contexto, a separar las disciplinas. El Taller Masónico en cambio es multidisciplinario. Allí dialogan los distintos saberes, a través de las distintas profesiones. La Escuela Masónica tiene todas las bases para llevarnos al pensamiento complejo, que es el gran desafío de la educación contemporánea.
La verdadera intención del drama es la reflexión, en aras del desarrollo intelectual y de la moralización. El drama masónico no trata de ser un espectáculo como el teatro romano; por el contrario, es para transformar. Para perfeccionar. Para educar.
La educación profana enseña a aislar los objetos de su contexto, a separar las disciplinas. El Taller Masónico en cambio es multidisciplinario. Allí dialogan los distintos saberes, a través de las distintas profesiones. La Escuela Masónica tiene todas las bases para llevarnos al pensamiento complejo, que es el gran desafío de la educación contemporánea.
Así pues, la Masonería no
solo es un sistema de moral revestido de símbolos. Es una escuela completa, en
la que se han formado hombres y mujeres, cuya incidencia en la vida social es
evidente.
Pero no solo en las tenidas
se viven los principios masónicos. La educación ha sido permeada por la masonería
y ejemplos de ello, están a la mano. La U nacional en su infraestructura, tiene
simbolismos masónicos en su color, sus vías, algún auditorio, etc. La U
Externado de Colombia tiene origen masónico y por supuesto la U Libre se
constituyó sobre los principios masónicos que su fundador Benjamin Herrera le
imprimió desde 1923.
Es
indudable que los principios masónicos se materializan en la Universidad Libre
ya que desde su mismo nombre hace gala de ese maravilloso fundamento. De hecho,
dentro de los principios que la
rigen, están consignados los masónicos. Esa es una
forma superior de impactar positivamente en el mundo.
Sin
saberlo, en un porcentaje que desconozco, las directivas y docentes impulsan la
adopción de estos principios. Se convierten en voceros al mundo profano de los
principios de la masonería. Aquí se ve el influjo de esos principios en la
vida. Hablan de humanismo, de las aulas abiertas a todos, del pluralismo, de la
tolerancia, del laicismo, de la equidad. Creo que en este devenir de los hechos
en la universidad se plasma el ideal masónico expresado por sus ideólogos y que
dice:
“La
Universidad Libre, no debe ser un foco de sectarismo, ni una fuente
perturbadora de la conciencia individual; ese moderno establecimiento debe ser
una Escuela Universal, sin restricciones ni imposiciones; ese hogar espiritual
deber ser amplísimo templo abierto a todas las orientaciones del magisterio
civilizador, y a todas las sanas ideas en materia de educación; nada que ate la
conciencia a los prejuicios y a las preocupaciones; pero nada tampoco que
atente contra la libertad ni la conciencia del individuo. No vamos a fundar una
Cátedra Liberal, sino una amplísima
aula en que se agiten y se muevan, con noble libertad, los temas científicos y
los principios filosóficos aceptados por la moderna civilización.”
La
Universidad con orgullo lo reconoce como tal y existe un grupo muy interesante
de masones, principalmente de logias masculinas. También con el advenimiento de
la masonería mixta, algunas mujeres de la universidad estamos incursionando en
los misterios de la francmasonería.
Finalmente,traigo
a colación las palabras del rector nacional. Todo egresado de la universidad
debe conocer y poder mantener una conversación acerca del arte, la biología. la
arquitectura, etc. Un buen unilibrista debe ser humanista, honesto, tolerante,
justo, discreto, solidario, creativo, lider, critico y ético.
Es
mi palabra V.M.
MTRL
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