miércoles, 11 de abril de 2018

Experiencia como aprendiz Masón


Me es grato hablar de las experiencias relacionadas con mi iniciación, en principio trataré en una forma sencilla, de expresar mi búsqueda de saber el principio de mis orígenes ¿De dónde vengo?, ¿Quién soy? ¿Y hacia dónde voy?, ¿Cómo espero llegar allí?.
Para iniciar el camino de la masonería, recorro un camino al cuarto de reflexiones para tomar el examen de si misma, lo que me permitió penetrar en mi mundo interior y revisar a solas lo que soy y lo que espero ser. Para comprender inteligente y conscientemente el camino de la búsqueda.
Campesinos
Alipio Jaramillo Giraldo
Museo Banco de la República, Bogotá
Todo el que ha reflexionado suficientemente en este cuarto oscuro y ve pasar su vida en ese momento, debe tomar la ceremonia de iniciación con la misma madurez y la necesaria comprensión para poder participar efectivamente y no formalmente.
Mi experiencia en el proceso de iniciación, fue como si se detuviera el tiempo, me encontré sola, y pude analizar todo el entorno desde otro punto diferente, no podía reconocer donde estaba, pero sabía que estaba rodeado por muchas personas, sin embargo estaba sola, en esta primera parte me permitió recordar que aunque estemos llenos de personas hay momentos en la vida que necesitamos de la soledad para descubrirnos nosotros mismos.
Este proceso me permitió reconocer que debo trabajar en mi propia personalidad hasta llegar a través del trabajo, acompañada por mis HH:. Y acogida por este taller, a lograr la intensidad de la luz de la verdad masónica, a la talla perfecta de una piedra ahora basta y bruta, a la búsqueda de la verdad.

En el silencio la escuadra y el compás hicieron que en mis pensamientos encontrara mi templo interior, allí existe la amplitud de mis sueños medidos en grados y en la longitud mi razón, comprendo que mis pensamientos deberán lindar donde empiezan mis sueños y termina la Razón. Deseo decir que mis enseñanzas en el grado han sembrado dudas en el corazón, pero ello ha ejercitado mi talento, mi entendimiento y de cierta manera desarrollado inteligencia reconociendo que aunque existiere la fragilidad propia del carácter mío como mujer, la templanza debe sobreponerse porque la fortaleza es la característica que dará firmeza a mi templo interior, mediante pulir la piedra bruta que constituye el inicio a la inmensidad del espíritu.

Debido a que somos reproducciones del universo, que somos partes inseparables del mismo y que este se halla dentro de nosotros cada paso que realizamos en nuestro camino evolutivo constituye una iniciación universal, pues todo el universo participa en ella.
Como aprendiz para el proceso evolutivo de mi ser, se me han entregado tres herramientas que son: La regla de 24” que me permite medir los avances alcanzados en la obra Masónica; el Cincel de la inteligencia y la fuerza de voluntad que simboliza el Mazo, me permiten pulir las aristas de mi mal carácter, mis errores y defectos extraídos de mi vida profana.

Para llegar a ser masónicamente una persona con inteligencia esclarecida, sentimientos ennoblecidos y voluntades intrépidas el taller abre las puertas a personas libres y de buenas costumbres para la búsqueda de su perfección espiritual.

Debo resaltar, que a partir de mi iniciación asumí la elevada y noble posición de ser Masón, y desde ese gran momento sentí que tenía que empezar un nuevo camino de grandes dificultades para lograr grandes conquistas. Las que se harán realidad a través del esfuerzo y la voluntad que le ponga, al amparo del apoyo fundamental que me sepan brindar los Respetables y Queridos hermanos, bajo los pilares de la Libertad, Igualdad y Fraternidad. 

Es por esto que el universo me brinda un regalo y una oportunidad de hacer parte de esta prestigiosa Logia.

Es mi palabra,
LVMP

Apr:.Mas:.

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