La evolución social de la cual somos actores y
espectadores, parte y arte, víctimas y verdugos era ya un proceso humano que
estaba mostrando su matizado perfil y su camaleónico comportamiento hace más de
un siglo y que, aunque los esbozos de su impacto eran solo figuras de humo que
se elevaban difusas entre los análisis de una sociología incipiente, su
carácter y su acelerada influencia, era un proceso irrefrenable como muchos de
los que caracterizan a la especie humana. La modernidad y sus riesgos adquiridos
e inherentes, determinan los nuevos patrones de comportamiento económico,
social y demográfico, causando una redistribución de las oportunidades
individuales y colectivas, apuntando a una moderada, pero efectiva
diferenciación de poderes. La contaminación urbana y medioambiental, los
efectos de la telefonía celular o del tabaquismo pasivo son algunas
manifestaciones recientes de una problemática central para comprender la
dinámica social contemporánea. Es otra forma de mirar al mundo actual
profundamente transformado por el conocimiento científico y la innovación
tecnológica: es la mirada a las amenazas generadas por esa transformación y
puestas de manifiesto por ese conocimiento. Es el lado oscuro de la sociedad
del conocimiento.
Los parámetros de comportamiento social se han
adaptado, desde lo simple y nuclear, como la familia o las comunidades humanas
limitadas por idiomas, creencias, rituales y símbolos, hacia un sentir
colectivo general, global, desnaturalizado y socialmente difícil de predecir y
manejar. Ulrich Beck acuño su idea como la sociedad del riesgo definiéndola
como "Una fase de desarrollo de la sociedad moderna donde los riesgos
sociales, políticos, económicos e industriales tienden cada vez más a escapar a
las instituciones de control y protección de la sociedad industrial". Los
individuos de una sociedad en proceso de globalización son parte de un sistema
que busca homogeneizar el producto y hacerlo maleable. No obstante los riesgos
de una política de apertura a la oportunidad implica el nacimiento y desarrollo
de iniciativas de cambio que se gestan en el seno de las tertulias y que se
hacen generales en menos de lo que esperarían los sistemas de control. Es así
como los seres humanos han visto el auge de movimientos sociales, de grandes
convocatorias ciudadanas y de movilizaciones inimaginables a principios del
siglo XX. La toma de decisiones populares así como la participación de las
mujeres en el marco de una democracia excluyente y patriarcal, impulsaron una
nueva era en la historia del breve paso de los hombres por un planeta que creen
propio y al cual explotan y delimitan, como si no fuéramos todos parte de un
sola maquinaria grupal y cambiante, fluctuante en su forma, pero estática en su
esencia humana.
La nave de los locos El bosco Museo de Louvre, Paris |
La sociedad contemporánea es una mezcla de
ideas y de raciocinios académicos fundamentados en el método del ensayo y el
error, donde las variables que influyen sobre los objetivos deben ser
aplicables de la manera más general y
objetiva posible, buscando la homogenización de los conceptos y la optimización
de unas estrategias que logren el más
acertado impacto sobre la problemática planteada. Es en este proceso en el cual
la medicina busca un camino para dejar las improntas de su quehacer diario, y
que las generaciones futuras reconozcan los nutridos aportes de una ciencia que
se confunde fácilmente con el arte y el sentimiento. La identificación de
factores medioambientales, genéticos o
laborales que impactan en el estado de salud general e individual, conducen a
la elaboración de planes de salubridad pública, que terminan aplicándose a
comunidades específicas y a la intervención eficaz del proceso salud –
enfermedad, desde lo simple a lo complejo y desde lo básico hasta lo
especializado.
Es fundamental el rol que cumple el médico como
actor y agente de cambio directo sobre el bienestar de su comunidad, el impacto
se puede determinar visualizándolo cómo una estadística o una variable cuantificable: la mortalidad y sus
causas o la posibilidad de sobrevivir a determinada patología de alto costo.
Pero es en el campo de la prevención de la enfermedad y la promoción de la
salud donde se consigue, de manera ética y responsable, el verdadero objetivo
de nuestra profesión. Es este el
escenario histórico y social donde la ciencia y la tecnología ganan cada
día mas terreno al proceso de deterioro físico, mental, cognitivo y de calidad
de vida de los seres humanos, y en el cual la labor de detección de los
factores que influyen de forma directa o indirecta sobre los estados mórbidos,
juega un papel preponderante y definitivo con respecto al resultado a mediano y largo plazo.
Este modelo social que se expone a los riesgos
de su propia osadía y que apuesta a la oportunidad económica sin tener, al
menos, una vaga idea en cuanto a la prevención de los estragos de su
desmesurado crecimiento, debe percatarse de que su “evolución natural”, perdió
el carisma que esas dos palabras le imprimen a un proceso de cambio que ya no
tiene rumbo fijo desde el punto de vista humano y filosófico. Las evidencias
son claras: El desastres medioambiental global, la perdida progresiva de las
reservas de bosques, el riesgo radioactivo , el
desplome de la economía y las pandemias de las ultimas décadas son
muestras palpables del resultado de apostarle sin temor a una sociedad
construida en el interés económico y que no tiene en cuenta las
individualidades, las costumbres, las tradiciones y los afectos que dan cuenta
de nuestra condición humana. Una humanidad que es el origen primigenio de las
intimas relaciones que se dan entre seres humanos diferentes y diversos,
comprometidos con una causa común, en un marco social difícil y cambiante
sometido a los riesgos inherentes de su variabilidad. Su labor tiende a lo
social y tiene su núcleo en lo personal e individual, tratando cuerpo y alma
como un conjunto inseparable de esencias y de manifestaciones, la medicina es
su método, pero es el compromiso por los demás y la construcción de una
sociedad mas justa es su objetivo final.
Es mi palabra
GGC
MM:.