"Psique reanimada por el beso del amor" Antonio Canova |
Al
realizar un análisis de la palabra LEALTAD, se vienen a mi mente,
grandes virtudes que adornan su valor; el compromiso, el respeto, la
fuerza y la voluntad, las cuales serán necesarias redescubrir para
poder llegar al verdadero significado de la palabra LEALTAD y cual es
el llamado al que estamos avocados.
La
palabra compromiso deriva
del término latino compromissum
y se utiliza para describir una obligación
que se ha contraído
o a una palabra ya dada.
Se refiere a contraer una obligación y tener el empeño y el tesón
para cumplirla.
El respeto es reconocerse,
apreciarse y valorarse a si mismo y a los demás. El reconocimiento
de la diferencia, de las diferentes dignidades y darle el
reconocimiento que se merece, facilitando así la convivencia.
La Voluntad es la facultad
de
decidir y ordenar la propia conducta. Pero de nada sirve la voluntad,
si no está acompañada de la fuerza; la cual consiste en tener un
carácter recio que nos permite trazar las lineas de vida, y labrar
esa piedra bruta interior, para lograr construir algún día un gran
templo. Nada depende del azar, todo es el fruto de lo que cultivamos,
es el pago de nuestros grandes esfuerzos, por ello es indispensable
tener una voluntad fuerte.
En
la antigüedad los grandes caballeros templarios, podían ser
torturados, despojados de sus riquezas, atacados por sus enemigos en
lo más profundo de su ser, pero jamás expusieron su orden y sus
lideres, fueron leales a sus principios y nunca desfalleceros,
incluso al ser arrebatadas sus vidas decidieron ser leales a su
orden. ¿Qué se requiere para ello? ¿Acaso fueron santos?, que
grado de conciencia tenían para llegar a conservar sus principios y
lealtad, la cual nunca les fue arrebatada y hoy después de largos
siglos retumba su arrecia voluntad, en las historias que leemos que
llegan a parecer fantasiosas, míticas, y a mí juicio los consagran
al grado de inmortales.
La
LEALTAD es un gran valor y una gran virtud, digna de grandes seres,
capaces de superar los obstáculos que se presentan día a día, con
su cabeza en alto, hombres únicos, que se conocen a si mismos,
conscientes del compromiso que tiene con la humanidad.
Nuestra
sociedad actual nos ínsita a cambiar por unas cuantas monedas,
nuestros principios, existe un enemigo a la sombra llamado
corrupción; esté nos tienta de todas las formas posibles, nos
invita a vendernos, a corrompernos. Cuantas veces vemos personas que
no son leales con su trabajo, con su familia, incluso hasta consigo
mismos.
Que
fácil es hablar y alardear de lo que somos, de lo buenos y fraternos
que somos, pero cuan difícil es ser leales con nosotros mismos,
encontrarnos y no traicionar nuestros principios, no dejarnos llevar
de los impulsos y el mundo material; Ser fuertes y leales a nuestro
pregón de vida.
Nuestro
llamado está en ser hombres y mujeres convencidos de nuestros
principios, los cuales bordamos en nuestros corazones y no permitimos
que nada nos corrompa, debemos ser leales a nuestra orden, a ese
juramento iniciático que realizamos delante de nuestros otros
hermanos, ese es el gran llamado al que estamos convocados.
Es
mi Palabra
DLGM
C:.M:.
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