Como se ha mencionado hoy en
nuestro ritual estamos aquí reunidos esta noche para celebrar el Solsticio de
Invierno.
Nuestros antepasados nos
enseñaron que al final del año, afrontar el invierno requiere del reposo
necesario.
Nos reunimos para recordar
que después del invierno glaciar y de la muerte aparente de la naturaleza, la
vida brotará por todas partes. La naturaleza florecerá de nuevo.
En estos días para el
profano, la naturaleza queda dormida, ella va a descansar de su esfuerzo anual.
Para el Francmasón, por el contrario, la naturaleza retoma en silencio el gran
trabajo del renacimiento. Bajo el inclemente manto del invierno, y debajo de la
tierra congelada, vemos germinar las semillas de las próximas cosechas;
percibimos el fecundo calor de la germinación. La naturaleza se despierta.
El ritual de este solsticio
nos recuerda que en los tiempos más antiguos, los hombres tenían miedo a esta
larga noche; temían que el sol despareciese. Proporcionaban la luz en la
oscuridad de la noche encendiendo el fuego e iluminando los árboles.
Permítanme traducir esta
simbología a los términos de nuestra realidad.
Por una feliz coincidencia,
el pasado 16 de diciembre, mientras Enfance 2/32 realizaba una bella ceremonia
para resaltar el simbolismo de los bastones de la paz, en la Escuela de
Liderazgo para la paz en la Universidad Tecnológica de Pereira, clausurábamos nuestro
primer diplomado con cerca de 100 participantes de 14 municipios de Caldas, Quindío
Risaralda y Valle. Además de estudiantes y docentes, se contó con voceros de las
víctimas, dirigentes sindicales, campesinos, representantes de comunidades étnicas,
comunicadores, empresarios y funcionarios
públicos.
Según lo explica Enfance
2/32 desde el principio de los tiempos, el bastón ha acompañado a la humanidad
en su evolución. Como instrumento de apoyo, compañero en los caminos,
herramienta de los grupos de cazadores recolectores, como símbolos, que
permiten a las personas reconocerse como miembros de una determinada comunidad.
El uso de estos símbolos por parte de los líderes de una comunidad les permite
mostrar la capacidad para dirigir y guiar a los miembros de la mima y la
confianza de estos en sus guías.
La exhibición de “bastones
de la paz” se entendió como una expresión del compromiso, y el llamado de los
niños y las niñas de la Fundación Enfances 2/32 Francia Colombia, en la
construcción de país como un territorio de paz. Durante varios meses los niños,
niñas y jóvenes, diseñaron y elaboraron su ”bastón de la paz”, no sólo como un
acto de creación estética sino, también como un acto de reflexión y compromiso
con esa paz que nunca han conocido y hoy se les presenta como una posibilidad
cercana. Con el poder de la palabra, el pensamiento y la acción han cargado de
símbolos sus trabajos, dando así origen a los bastones de la palabra, del
dialogo, del silencio, la paz, la amistad, el silencio, la persistencia, la
diversidad, el perdón, la esperanza, el respeto, el amor, la reconciliación y la memoria entre otros, los
que consideran, serán las herramientas guía del camino de paz que empezamos a
recorrer los colombianos.
En Colombia nuestra orden,
nuestros talleres tienen responsabilidades éticas y profesionales para ofrecer
múltiples estrategias metodológicas, pedagógicas y culturales para hacerse
parte de los esfuerzos colectivos que conduzcan a la finalización del conflicto
armado entre las FARC, el ELN y el Estado colombiano, y que luego se orienten a
atender las necesidades propias de un postconflicto que será, sin duda, largo y
complejo.
Todos debemos examinar los
contenidos de los tres temas acordados hasta el momento y los puntos que restan
de la agenda (derechos de las víctimas; términos de finalización del conflicto
y el asunto de la implementación, verificación y refrendación).
Pero no se trata solo de un
asunto académico. Esta es una de las tantas tareas sin las cuales el país corre
el riesgo de no conseguir las mayorías políticas y el respaldo ciudadano
indispensable para refrendar en las urnas, llegado el momento, el acuerdo final
de La Habana. Además del adecuado cumplimiento de las responsabilidades académicas
está en juego, en gran medida, el objetivo de afianzar, lenta pero progresivamente,
la paz en la cultura.
Hoy Colombia vive
esperanzada la posibilidad real de dar por terminado el conflicto armado como
resultado de las negociaciones en un proceso orientado a suscribir un Acuerdo
general para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable
y duradera.
Otórguenme licencia para
compartir unas reflexiones generales sobre la coyuntura que vive Colombia
alrededor de las negociaciones de paz.
Manteniendo un razonable
optimismo podría decirse que el sueño de terminar el conflicto armado entre la
guerrilla de las FARC y el Estado ahora cuenta con importantes razones para
esperar que se haga realidad.
En la mesa de negociación en
La Habana ya se cerraron acuerdos sobre tres temas: tierras y desarrollo rural
integral; participación política, y narcotráfico y cultivos de uso ilícito.
Los acuerdos previos sobre
la cuestión agraria son un avance considerable y puede afirmarse que coinciden
con las demandas históricas de los campesinos.
Lo firmado sobre
participación y reforma política, por su parte, posee gran valor dado el estratégico
papel que en la superación del conflicto tienen los mecanismos para luchar contra
la exclusión y la violencia contra las fuerzas de oposición. Este conflicto difícilmente
culminará mientras no se adopten medidas que hagan viable el tránsito de las
FARC a una fuerza política legal con efectivas garantías.
El arreglo conseguido sobre
los cultivos de uso ilícito abre promisorias perspectivas para una solución que
satisfaga los intereses nacionales e internacionales al respecto, sobre todo
ahora cuando voces autorizadas reconocen que la guerra contra las drogas ha fracasado
y abogan por soluciones no muy distantes a las acordadas en La Habana.
Pero existen elementos
nuevos que sustentan los pronósticos favorables a una finalización exitosa de
la mesa de negociación. En efecto, en estos últimos meses se han producido
progresos de particular relevancia.
En un hecho sin antecedentes
en negociaciones de conflictos armados internos, representantes de las víctimas
realizaron cinco encuentros con los insurgentes y con el Gobierno, lo cual
supone la apertura de escenarios de reconciliación y del fomento de una nueva
cultura de la convivencia. Ofreciendo su testimonio ante la mesa de
negociaciones han estado familiares o víctimas de extorsión, secuestro y
desaparición; de asesinatos, masacres y ejecuciones extrajudiciales; de
violencia sexual, torturas o desplazamiento forzado. En uno o en varios de
estos delitos incurrieron los agentes del Estado o los guerrilleros o los paramilitares.
Como dice León Valencia, “la guerra ha quedado al desnudo. Y la discusión de la
reglamentación del marco jurídico tendrá que girar alrededor de esta realidad
dolorosa”.
Se trata, ni más ni menos,
de garantizar los derechos de verdad, justicia, reparación y garantías de no
repetición, ante la violación de Derechos Humanos, crímenes de guerra y de lesa
humanidad.
El hecho de que se hayan
realizado estos encuentros, señala la madurez y solidez del proceso. Además,
que la iniciativa haya venido de la Mesa de La Habana demuestra que las partes
han llegado a un punto en el que están dispuestas a enfrentar, cara a cara,
algunos de los temas más sensibles y difíciles: justicia, verdad y garantías de
no repetición.
Así mismo, cabe destacar los
logros que precedieron e hicieron posibles las visitas. La declaración conjunta
Gobierno Nacional-FARC-EP de los 10 principios para la discusión del punto 5 de
la Agenda, hizo historia, al incorporar el reconocimiento de las víctimas y la
responsabilidad de las partes.
No debe olvidarse que las
partes aseguraron que no habrá un “intercambio de impunidades” y enfatizaron la
importancia de entender a las víctimas como ciudadanos con derechos.
El Secretario de la Comisión
de Reconciliación Nacional, ha explicado: “por difícil que sea, por grandes que
sean los obstáculos, será posible llegar a un acuerdo y será posible la
reconciliación. Por todo esto, por sus palabras y sus silencios, creo que las víctimas
que han ido a La Habana han sido grandes. Son los personajes del 2014 y de los
años que vienen en paz”.
Tiene razón el coordinador
del Sistema de Naciones Unidas en Colombia. Para él “las víctimas, con su
coraje y resiliencia, son quienes abrirán el camino hacia la paz y la reconciliación.
Son ellas los verdaderos agentes de cambio”.
También es relevante la creación
(a petición de las FARC) de una comisión de expertos académicos que deben
entregar la próxima semana un análisis de las causas históricas del conflicto
armado. Esta comisión seguramente contribuirá a dar importantes pasos hacia el
esclarecimiento de la verdad.
Es igualmente motivo de
positiva esperanza la conformación de una subcomisión, que también ya inició
actividades, con la presencia de una delegación de las Fuerzas Armadas de alto
nivel y voceros del Secretariado de las FARC, que ha empezado a tratar los
aspectos relativos a la dejación de las armas y a los mecanismos de seguridad que
el Estrado ofrecerá a quienes abandonen la lucha armada y se conviertan en movimiento
político legal. Este es, sin duda, un síntoma alentador de hasta dónde se ha avanzado
ya en el proceso de la negociación.
Otro elemento que
caracteriza a las conversaciones de paz es la falta de un cese al fuego
bilateral, completo o parcial, mientras estas se realizan, algo poco común en
la experiencia internacional. En este sentido, siempre serán bienvenidas las
iniciativas dirigidas al desescalamiento del conflicto que es precisamente el
tema específico del cual se ha ocupado la mesa de La Habana en el ciclo de esta
semana.
Y los temas a tratar no son
simples: allí seguramente se discutirá sobre las minas antipersonas; sobre la
participación de menores de edad en las filas guerrilleras, sobre ataques a la
infraestructura o sobre el cese bilateral al fuego en zonas específicas del país.
Tampoco puede dejar de
valorarse positivamente el rápido y eficaz tratamiento político de alto nivel
que se dio al reciente caso del exgeneral Rubén Darío Alzate y sus acompañantes.
Todo indica que a partir del desenlace de este episodio la mesa de negociaciones
resultará fortalecida.
Los argumentos expresados
sugieren que entre las partes ya se dispone de la confianza recíproca necesaria
para dar continuidad, hasta terminar, a la agenda de negociación prevista desde
hace un par de años en Oslo, Noruega.
Quedan naturalmente
complejos temas por definir en los que será necesaria una gran dosis de
inteligencia colectiva para que las partes encuentren las soluciones
apropiadas.
Me refiero a la manera como
en este proceso operará la justicia transicional; a la forma como se delimitará
el sensible tema de los delitos conexos y la consecuente redefinición del
delito político tal y como hoy se encuentra en nuestro ordenamiento jurídico.
En buen momento el Presidente Santos ha pedido ampliar el delito político y los
delitos conexos.
Otras propuestas permiten
dimensionar la profundidad del debate que se avecina: concentrar a los
combatientes luego de la firma de los acuerdos; consultar a las minorías étnicas
sobre su disposición a recibir desmovilizados; acordar mecanismos de desarme e
invitar a una comisión internacional de civiles para que acompañe la
implementación de los acuerdos.
Adicionalmente, en este
positivo panorama debe notarse que falta instalar y acoplar la mesa con el ELN,
tarea en la cual esperamos se esté avanzando discreta, pero satisfactoriamente.
Nadie comprendería que esta organización quedara por fuera de las negociaciones
y persistiera en un accionar armado sin argumentos, ni respaldo político.
Pero debemos recordar que el
proceso de la refrendación popular de los acuerdos será, sin duda, el mayor
reto político que tendrá la sociedad colombiana una vez la mesa de negociación
en La Habana concluya su misión habiendo acordado la agenda completa.
Nunca en la historia
política el país se ha enfrentado un reto político similar y del respaldo ciudadano
dependerá, sin duda, la legitimidad y fortaleza de lo acordado. Por lo pronto, es
imprescindible echar a andar, a lo largo y ancho del territorio, una poderosa
estrategia de pedagogía y de cultura por la paz que informe y sensibilice a los
ciudadanos sobre el alcance y la importancia de los acuerdos; una estrategia
que fortalezca la capacidad argumentativa y las convicciones políticas de la
ciudadanía en favor de la convivencia pacífica, la inclusión y la democracia.
Es imprescindible derrotar el escepticismo que aún tiene un considerable grupo
de colombianos.
La dura oposición de los
sectores guerreristas anuncia que el proceso de refrendación de los acuerdos,
será un verdadero pulso nacional en torno al tema de la paz que no podemos
perder. Las marchas que pudimos ver la semana pasada son sólo el preludio de lo
que el país enfrentará en 2015.
Reconozco que esta
negociación de paz –entendida como un proceso de diálogo entre las partes puede
durar unos años, pero la construcción de paz es una tarea que puede tomar
décadas y que requiere los esfuerzos de todos. Es importante que en la sociedad
se construya y profundice una gran capacidad para tramitar, para gestionar y
para aceptar los resultados de acuerdos sofisticados y complejos, como los que
han ido emergiendo en La Habana.
Quienes pertenecemos al
derecho humano estamos en la obligación de aportar para que un nuevo sol
ilumine largos días en el país.
Estoy seguro que con la
contribución de todos ustedes, nuestros talleres aportarán su propia cuota de
responsabilidad académica, cultural y política para que la paz en Colombia sea
estable y duradera.
Atrás debe quedar la larga y
oscura noche de la guerra entre los colombianos.
Carguemos siempre los
frutos, la madera, el pino, la llama, el vino, el agua y las cenizas heredadas
de esta memorable ceremonia.
Hagamos votos por la Paz del
mundo.
No olvidemos que la Paz no
puede ser realizada si cada uno de nosotros no la instaura en sí mismo.
Prometamos amar a nuestros
Hermanos y a nuestras Hermanas y trabajar por el Bien de la Francmasonería
Universal.
Que la vida brote por todas
partes
Que la naturaleza florezca
de nuevo.
¡Qué la Paz reine sobre la
Tierra!
¡Que la paz reine sobre Colombia!
OAG
M:.M:.
Resp Log Estrella del Sur Pereira
Ceremonia solsticio de Invierno 2014, pereira.
OAG
M:.M:.
Resp Log Estrella del Sur Pereira
Ceremonia solsticio de Invierno 2014, pereira.
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