“La vida es un constante proceso, una continua
transformación en el tiempo, un nacer, morir y renacer”
(Hermann Keyserling)
Tome la frese de Hemann para interpretar, ese momento
vivido cuando inicie este hermoso camino, siendo para mí un nuevo nacer como persona
ante la vida profana que seguía, es una transformación de las diferentes
costumbres para así tomar conciencia de mis deberes y la relación constructiva
conmigo y con los demás. El testamento Filosófico es una preparación para la
vida nueva del espíritu a la cual tiene que renacer.
Como primera medida el testamento es un deber que tenemos
que asumir a la hora de nacer, y después, el deber de ser el ejecutor de todas
nuestras intenciones, en un programa de vida que se deberá realizar con una
comprensión más luminosa de las relaciones, con el deber de reconocerse y
establecerse interiormente, y no basado en creencias o prejuicios, indiferentes
si son positivos o negativos. Lo que más me agradó es el simple hecho que en
ningún momento de mi iniciación se me preguntó cuáles eran mis creencias o mis
inclinaciones filosóficas, antes vieron esa piedra bruta que estaba en una
búsqueda constante de transformación; así contribuyendo un poco más a lo que la
sociedad quiere encontrar, pero con un camino que no es fácil de recorrer
identificando el papel que tomé en este mundo.
Ahora bien con las preguntas que se encuentran en el
testamento sobre ¿Cuáles son vuestros deberes hacia Dios? Y ¿Cuáles son
vuestros deberes hacia vosotros mismos? Puede ser contestaba basado en el
Principio Universal de la vida que cada uno tiene, ligado a reconocer su vida
exterior y que se halla íntimamente relacionado con lo que el mismo es
interiormente, y como con la compresión
de esta relación tiene en si el poder de dominarla y dirigirla
constructivamente.
Una expresión del Libro del Aprendiz dice que somos
manifestación concreta de, “lo que el mismo se ha hecho y se hace
constantemente, con sus pensamientos consientes y subconscientes, su manera de
ser y su actividad”. Siendo un deber de cada uno hacerse llegar a ser una
siempre más perfecta expresión del Principio de Vida.
Y en cuanto a los deberes hacia la humanidad, se puede
decir que debe acostumbrarse a ver en todos los seres otras tantas
manifestaciones del mismo Principio Único de Vida, y sabiendo que, él es por
fuera lo que es y se hace por dentro; de ahí se establece cual es la relación con la humanidad, y siendo como
resultado la Fraternidad.
El testamento representa para mí una nueva vida,
formándome cada día en la mejor manera para ejecutarlo, siendo esta la
preparación necesaria para los viajes o etapas sucesivas de progreso que me
esperan.
Es mi palabra.
LVMP
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