"Un hombre sin virtud no puede morar mucho tiempo en
la adversidad, ni tampoco en la felicidad; pero el hombre virtuoso descansa en
la virtud, y el hombre sabio la ambiciona"
Quería tomar esa reflexión para manifestar la importancia
de la virtud en el día a día, frente a las dificultades y en general
situaciones en donde debemos ser personas virtuosas.
La palabra virtud viene de la Lengua Latina “VIRTUS-UTEM”.
que se puede interpretar como la Actividad, la Capacidad o el Poder de todas
las cosas y sus causas, para manifestarse a la vista o para producir
determinados efectos.
“La Virtud” es una disposición permanente a hacer el bien.
Los antiguos distinguían cuatro Virtudes principales, aplicadas a las diversas
facultades del alma: “La Prudencia”, “El Valor”, “La Templanza” y “La
Justicia”. La filosofía clásica ha exaltado esas cuatro Virtudes Cardinales.
Pero no ubicó en un rango especial y ni siquiera recomendó las cualidades de
GENEROSIDAD, COMPASIÓN, SIMPATÍA y PERDÓN. A lo largo de la historia de la
humanidad ha existido este conflicto conceptual, por tanto, mantendré un estado
de atención plena en el estudio de la Virtud para enfrentarnos a una verdad más
clara e intentar no caer en el dualismo.
Podemos visualizar la virtud en tres grandes rasgos, el
intelectual, el moral, y la acción. Para juzgar acertadamente sobre un bien
concreto debe existir un enlace entre estos grandes rasgos actuando entre sí
constantemente en plena armonía. Entiéndase por la dimensión intelectual todo
el conocimiento y preparación que tiene una persona para así ver la verdad
neutral, aun cuando esto no garantiza el buen uso del conocimiento, sin embargo
esta no puede aplicarse a la prudencia que puede considerarse como la virtud
moral por excelencia, se debe tomar en cuenta que el hecho de que el intelecto
no perfeccione moralmente a la persona no significa que carezca de relevancia
para la vida moral. Unas y otras están íntimamente relacionadas.
Una persona que obra de acuerdo con la virtud, lo hace
guiada únicamente por una bondad o por una nobleza, aunque eso no quiere
decir, que deja de cumplir con las responsabilidades contraídas ante la
sociedad; lo que indica también, que esa persona bien puede aplicar su amplio
criterio.
Por lo tanto, es el actuar virtuoso una de las
características que rige al masón, las virtudes hacen que reine entre las
diversas potencias operativas el orden, la unión y la armonía que corresponde a
la naturaleza humana.
Las virtudes masónicas más que su estudio en nuestros
templos y su inmensa importancia para nuestro actuar en el mundo masónico o en
el profano debe ser nuestra brújula interior, no está separada de nosotros, con
esta observamos la acción de la vida desde un ámbito más completo y nos
volvemos más atentos a las leyes naturales del universo.
Es mi palabra
LVMP
Apr.: Mas.:
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