En esta Plan:. No citare autores ni libros, pues
confieso que cuando elegí el tema no imagine que me fuera a apasionar tanto.
Me intereso el tema porque
al desarrollarlo sabía que me estaba aportando como aprendiz masona al
confrontarme conmigo misma y aceptar mi luz y mi oscuridad. El masón ante sí
mismo no es más que un acto de introspección donde evalúa su trasegar por la vida
y la consecuencia de cada acto.
Un masón ante sí mismo debe
ser libre de dogma que le permita comprender el orden absoluto del universo en
el que vive, un masón en introspección evalúa su carácter, sus valores y sus
creencias. Apuesta por los valores expuestos en la logia para que por medio de
sus obras pueda entregar sus dones y talentos para engrandecerlos y ofrecerlos
a la humanidad.
La observación directa de sí
mismo aun en la masonería constituye el mayor reto de cualquier ser humano,
pues descubrirse significa aceptarse tal y cual con defectos y virtudes. Y es
que hay que aprender a conocerse para conocer sus límites y sus pasiones.
Un masón ante sí mismo es
dueño de su destino y capitán de su alma, no necesita que leyes ajenas lo
vigilen o lo reprendan, no tiene problema en seguir sus valores como la ética,
bandera en el accionar de todo masón, acompañado de una coherencia entre su
forma de pensar y actuar. Un auténtico
masón y se sale de todo molde social, no
le interesa encajar con los profanos. Se vigila y monitorea para cuando
necesite estar alerta de no dejar intoxicar su psiquis de información errónea y
manipuladora. Un masón ante sí mismo se quita sus máscaras y es como tiene que
ser, ni más ni menos. Sencillamente lo justo para él y para su comunidad. No
acepta la mediocridad como forma de hacer las cosas, pues pretende entablar en
cada una de sus creaciones todo su esfuerzo por subir sus estándares. Es
consiente que cada día todos los días, está comprometido consigo mismo a
crecer, a evolucionar a pulir su piedra.
El sueño Pablo Picasso Las vegas, colección privada |
La introspección de un masón
debe ser tan profunda que le permita conocer toda su inmensidad y con ella
elevar su potencial humano –divino para desarrollar sus dones y talentos que le
permita despertar su yo interior y dejar su legado en este plano físico.
Un masón en introspección
establece sus límites y controla sus pasiones. Logra vivir en equilibrio sin
dejar de amaestrarse diariamente. De allí la autodisciplina que nace del
descubrimiento personal pues se conocen los limites, pero también se sabe hasta
dónde se puede llegar. Debe ser honesto
consigo mismo para poder ser honesto con los demás, el mayor desafío es
mirarnos a la cara y enfrentar nuestra verdad. Un masón ante sí mismo se enfrenta
y de despoja de todo velo, comienza a ver la vida son filtros, no como quisiera
verla, si no como realmente es.
Un masón ante sí mismo se
acepta, se reta, se exige y no se permite caer en la mediocridad.
Un masón con el velo caído,
es un ser libre; y eso se consigue en su trabajo de introspección.
Libertad!
Es mi palabra.
KG
Apr:. Mas:.
Magnífica plancha H:. Felicidades.
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