martes, 4 de septiembre de 2018

Un llamado urgente a los trab.·. es hora de actuar


El oficio del Mas.·. puede ser descrito como un viaje hacia el interior, que tiene como principal objetivo el autoconocimiento creador, que implica encontrar y preservar esa luz que brilla en el interior de todos los seres humanos, a fin de expandir su luminosidad y poder; esta búsqueda no se realiza de forma egoísta o con el objetivo único de hallar conocimiento o alcanzar poder, estereotipo que diversas organizaciones religiosas a lo largo de la historia han promovido entre sus adeptos, por el contrario, el trabajo constante sobre nosotros mismos debe ser el impulso que permita llevar luz a la humanidad, esta luz se puede ver representada en actividades de carácter altruista, pero también debe ser una constante en el comportamiento Prof.·. del Mas.·. quien debe ser modelo de comportamiento fraterno, promotor de la libertad de pensamiento y el compartir de ideas que se alejen del oscurantismo, además de incluyente y ejecutor de acciones que contribuyan a la armonía entre los pueblos, trascendiendo las barreras culturales, ideológicas, raciales y de cualquier índole, las cuales pugnan por asentarse con más fuerza en algunas sociedades, generando división y violencia a través de la promoción de ideales fundamentados en el odio y por ende, nocivos para la convivencia.
The ancient of days
William Blake
En concordancia con lo mencionado en la apertura del presente Tr.·.Arq.·. los TTrab.·. presentados por las CCol.·. de la Bell.·. y la Fuer.·. tienen como principal foco el analizar problemáticas actuales, en cuya intervención debemos comprometernos dada nuestra condición de MMas.·., buscando así ser coherentes con nuestra misión. Para desarrollar esta tarea, realizamos un acercamiento a la obra de William Ospina, escritor colombiano que en su libro El taller, el tempo y el hogar, hace un esbozo de algunas realidades que presenta el contexto actual y que tomamos como punto de partida como objeto de análisis, llegando a las siguientes conclusiones.

El planeta ha sido objeto del moldeamiento por parte de la especie humana, inicialmente a partir de un proceso de colonización que tardó milenios, pero que posteriormente se afianzó a través de un fenómeno de encogimiento producto del desarrollo de elementos tecnológicos y la explotación de fuentes energéticas que dieron fluidez a la movilidad y a la comunicación, sustentándose en un modelo de desarrollo globalizador, al que le obsesiona la disponibilidad de bienes y servicios, conjugándose con una desmedida acumulación de capital, situación que ha contribuido a la destrucción irracional de los recursos naturales, con el único fin de garantizar la generación de “riqueza”, sin tener en cuenta el impacto que la depredación excesiva de los recursos hídricos, la explotación irracional de combustibles fósiles y la desaparición acelerada de millones de hectáreas de bosque cada año, puedan tener en las condiciones de vida de la población.

La globalización ha sido el punto de partida para que las problemáticas que anteriormente eran exclusivas de determinados territorios, en la actualidad tengan repercusiones en todo el planeta, hecho que es posible evidenciar a través de los grandes fenómenos migratorios, resultado de los elevados niveles de pobreza y la violencia en los países subdesarrollados, los cuales, se constituyen a su vez en detonante de nuevas formas de exclusión, abuso y explotación de personas, situación que se ve agravada ante la incapacidad de los gobiernos para afrontar el vertiginoso ritmo en que se presenta el cambio en los países receptores, desencadenando problemáticas asociadas a la violencia urbana, la inseguridad y un constante sentimieto de zozobra por parte de nativos y migrantes.
El crecimiento exponencial que ha tenido la producción de bienes y servicios genera depredación de hábitats naturales para otras especies, las cuales en muchos casos están condenadas a sobrevivir exclusivamente en parques zoológicos y centros de conservación, dado que el ser humano se concibe a sí mismo como una especie superior, que transita el planeta, pero cuyo destino se encuentra en otros espacios que son descritos ampliamente por diversas teologías, lo que le ha convertido en el mayor destructor de la naturaleza, llevando incluso a alterar ecosistemas completos como el marítimo, principal cloaca planetaria, en la que se vierten miles toneladas de desperdicios tóxicos y materiales no biodegradables cada año y que junto con la pesca desenfrenada, han disminuido ostensiblemente la población de especies marinas.
Portada revista Nat Geo
 Julio 2018
El panorama es poco alentador en todos los sentidos y lo que más preocupa es que parecemos ignorar las situaciones que se aproximan a gran velocidad. De acuerdo con Friedrich Hölderlin en su poema Patmos “allí donde crece el peligro crece también lo que nos salva”, es probable que la inminencia del caos ambiental y social sea la chispa que nos permita concebir nuevas formas de colaboración y producción ambientalmente sostenible, así como la creación de mecanismos que nos lleven a afrontar las consecuencias del calentamiento global y la debacle producto de nuestro actuar insensato.

Sea pues este el momento para llamar a mis QQ.·.HH.·. a reflexionar sobre nuestro papel en la generación de procesos que nos lleven a la transformación que la sociedad y el planeta requieren, ¿en realidad nuestro actuar hace justicia a las HHer.·.SSim.·. que hemos heredado?, ¿estamos dispuestos a salir de nuestra condición de espectadores para convertirnos en actores fundamentales en esta historia?, el tiempo se agota, ya no disponemos de décadas para intervenir, el momento es ahora, de lo contrario los elementos propios del Rit.·., el aprendizaje del Sign.·.Sim.·. de las HHer.·. y el uso de MMan.·. no será más que una puesta en escena vacía y nuestra Bus.·. un proceso estéril.

Es mi palabra.

CAAH
M.·.M.·.

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