Edipo y antígona Charles Jalabert |
¿Alguna vez nos hemos
preguntado por qué nuestros fundadores adoptaron la denominación de LE DROIT
HUMAIN- EL DERECHO HUMANO para la Orden Masónica que decidieron fundar en 1903?
Sabemos que un legado
de la Revolución Francesa -1789- fue la DECLARACIÓN DEL HOMBRE Y DEL CIUDADANO;
con ésta declaración y los hechos que la motivaron cambió para siempre el
destino de la sociedad Francesa y el del mundo occidental; inspiró a nuestros próceres como a Antonio Nariño, para luchar por la
independencia a riesgo de sufrir años de prisión por atreverse a
difundirlos; sin embargo, tanto en
Europa como en América, la esclavitud siguió teniendo plena vigencia, y la
subvaloración de la mujer era evidente
tanto en la vida real como en las leyes al considerarla un ser incapaz al nivel
de los locos los niños y los esclavos.
La Lucha de María
Deraismes y de tantas mujeres a finales del siglo IX por conseguir para la
mujer plenos derechos civiles y políticos y de reclamar la protección para la
niñez, fue más allá. al exigir el reconocimiento pleno, el respeto a sus derechos, a la vida y a la
DIGNIDAD que les otorgaba su condición de seres humanos.
La palabra DIGNIDAD se deriva de la raíz
“Dignus, Dignitas” que significa “posición de prestigio y decoro que se merece
y que corresponde” valioso, apreciado, merecedor; es ser tratado como lo que se
es”.
La DIGNIDAD HUMANA es
esa cualidad inalienable, connatural, no negociable que tiene todo ser humano
por el solo hecho de existir, que conlleva una serie de exigencias y derechos
que los Estados se comprometen a defender y a garantizar; en primer lugar el
Derecho a la vida, a su integridad física, síquica y mental, con capacidad para
satisfacer esas necesidades.
Fue hasta mediados del
siglo XX , después de dos cruentas guerras que las naciones agobiadas por la
violencia, la intolerancia y el odio, acuerdan acoger y comprometerse con unos
principios básicos de convivencia plasmados en LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS
DERECHOS HUMANOS en 1948, la más
significativa conquista de la humanidad, que en su artículo 1° declara : “Todos
los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y dotados como
están de razón y conciencia deben comportarse fraternalmente los unos con los
otros”.
A lo largo de la
historia éste concepto ha evolucionado, se ha enriquecido, desde los remotos
tiempos en que la dignidad estaba dada por el origen, la filiación, la posición
social, hasta los filósofos modernos como Kant que pone el acento en la
capacidad del ser humano para discernir sobre sus actos con autonomía o la
afirmación de las distintas religiones “No hay nada en la creación más
importante que el hombre, que todo hombre , que cualquier hombre”
En la antigüedad
griega, Sófocles pone en boca de una mujer, ANTÍGONA, éste tema de la DIGNIDAD
HUMANA, como UN DERECHO; Con la fuerza y la belleza de los clásicos Griegos,
Antígona defiende la vida y los valores humanos universales por encima de las
leyes de los hombres y las tradiciones de la guerra; “ Las leyes de los hombres
deben tener un respaldo moral” es el principal argumento ante la cruel decisión
del rey Creonte de no permitir el entierro del cadáver de su hermano para que
fuera “pasto de las fieras y de las aves de rapiña”; Antígona invoca la
compasión, el respeto a las más antiguas tradiciones de dar honrosa sepultura a
los muertos como último acto de respeto a su dignidad como seres humanos.
Antígona es el primer
alegato en la literatura clásica en favor de la mujer; destaca el valor y la
firmeza con que exige un acto de respeto y compasión hacia su hermano muerto,
desafiando la autoridad real, y asumiendo con entereza y valor la despiadada sentencia
para ser enterrada viva.
Esta obra trágica es
considerada en el mundo jurídico como uno de los textos precursores en defensa
de la DIGNIDAD HUMANA aún después de la muerte, y uno de los primeros
referentes para la corriente Jurídica del Derecho Natural.
Desde la ética, el más
importante tema de reflexión es la defensa de LA DIGNIDAD HUMANA, aún después
de la muerte. Esa voz que desde la
antigüedad habla por boca de Antígona sobre
el DERECHO HUMANO y que María Deraismes destacó en todos sus escritos y
conferencias, merece un sitial de honor en nuestros Templos y ritos porque nos lleva reflexionar
sobre los grandes conflictos humanos, las obligaciones morales, la piedad
familiar, la separación entre las leyes humanas y las de la divinidad
cualquiera que sea, la violencia contra las mujeres, la discriminación y en
fin, todos aquellos temas que atañen al SER HUMANO.
Construir un Ritual o
asignar un espacio en los Rituales (tan excesivamente masculinos) a evocar
estos y otros muchos símbolos femeninos que exaltan la dignidad humana, la
defensa de los Derechos humanos y el reconocimiento al papel de la mujer en el
desarrollo y el progreso de la humanidad, es una urgencia imperativa para que
la Masonería mixta responda a los grandes problemas que la humanidad se plantea
en el siglo XXI así como lo hizo con los
que eran preocupación en los siglos XIX y XX.
La igualdad en Dignidad
y derechos a que alude el primer artículo de la declaración universal de los
Derechos Humanos reclama también un DEBER SER, es decir un comportamiento
acorde con su naturaleza de seres humanos dotados de conciencia y de razón y es
en ésta tarea que la Masonería Mixta puede poner su método Ritual y simbólico a
permitir interrogarnos sobre nuestra condición humana, nuestros instintos,
nuestras emociones para moldearlos de tal manera que sean impulsores del
progreso humano basado en la convivencia en la tolerancia y en la fraternidad.
Es mi palabra
E:.I:.V:. de C:.