Me
encontraba con mis Hnas:. María y Mónica en uno de esos almuerzos que
reivindican la amistad, que están a la orden de las sonrisas, las palabras
impensadas, los recuerdos de pequeñas historias que hacen que el pasado haya
sido un juego de cómplices, un alivio para el presente tan pasado por la
velocidad de los hechos y de las diversas
situaciones que atañen a la vida diaria.
En
el lugar, bajo una ventisca casi helada, en un comienzo de tarde laboral, unos
cuantos platos de arroz en la mesa y varias bebidas, también se encontraba el
caballero de hablar recio y de pensamiento académico. De pronto la conversación
se tornó un poco más seria, dio un giro sicodélico hacia la filosofía de
Plantón, el nacimiento del ser humano en el mundo y la epistemología de la
razón. ¡Nada que hacer!, aquellos recuerdos del pasado leve se quedaban en las
cucharadas frías del almuerzo, las sonrisas cómplices se cambiaban por
argumentos de otros tiempos.
De
pronto… ¡suas!... yo no tengo consciencia salta la tímida risa de quien no
quiere a esa hora involucrarse en las profundidades del más allá y del más acá,
solo perderse en risas y palabras altisonantes, en un pentagrama hecho de la
más infantil e inocente curiosidad…
-
¿No tienes consciencia? Increpó la voz del caballero recio, y ¿qué es para ti
la consciencia? ¿Para qué sirve?...
¡Hora
de buscar evasivas! Una risa más… una respuesta insulsa: ya la he perdido, a
veces la pierdo… risas en la mesa y la gran tarea: el ensayo ante el cual debo
responder a los interrogantes del hombre serio.
-
Claro que sí. Tendrás tu ensayo en el escritorio, a primera hora, respondí
aferrándome al deseo de seguir el juego de la hora de descanso.
Pero
aquí me encuentro… dispuesta a responder pasado el tiempo de la inconsciencia a
la respuesta de mi naciente amigo. Las chicas se fueron, las charlas leves
quedaron en una promesa de noche de viernes al calor de un buen café y unos
cuantos cigarros.
Yo
frente al ordenador, pensando en la Consciencia,
y aquí voy…
¿Me
conozco a mí misma?, no sé, durante
algún tiempo he intentado como una aprendiza buscar respuestas a quién soy,
pero cuando creo estar cerca, algo cambia que me sorprendo y me desconozco; he
intentado reconocerme a mí misma desde mi actuar, desde mis valores, los que he
aprendido y adquirido en el trascurso de mi existencia y que han estado
seriamente influidos por las personas que me han rodeado, mis padres, mi
maravillosa y siempre admirada hermana, los maestros, y un sin número de
personas, cosas y situaciones que me han impulsado a asumir una posición vital
en el trascurso de mis experiencias.
¿Podría
yo decir que tengo consciencia?, he intentado buscar el bien como fin último
del conocimiento adquirido, he utilizado la belleza y la fuerza para adquirir
sabiduría, busco entre el pasado, entre mi pasado y el de mis ancestros una
figura particular que me vincule con este espacio y este tiempo, que me lleve a
la comprensión de mi misma, he buscado pasar de la Perpendicular al Nivel tratando de razonar rigurosamente para tener
el hilo a plomo, penetré en el cuarto de reflexiones y caminé hacia la cámara
del medio; pero no puedo decir siempre que tengo consciencia; la mente humana
no vibra solo en el plano de la razón, los sentidos y su capacidad de abstraer
de ellos lo real y puro requieren de enormes virtudes y sacrificios, de
quitarse las máscaras y de retar al inconsciente a través de la confrontación y
la pregunta.
¿Tengo
consciencia? A veces, cuando mi espíritu se da cuenta de mis actos y me
reconviene amorosamente; algunas veces, cuando actúo sin los impulsos de mi
apasionamiento, en algunos momentos cuando me libero de los paradigmas y veo a
las personas en sus reales dimensiones, no como yo las he idealizado, sino como
son, seres de carne y hueso. En algunas ocasiones, cuando logro dejar de
elaborar juicios a partir de los estereotipos y miro sin juzgar, con prudencia
y respeto del otro. Cuando entiendo la dualidad y puedo vivir con ella, cuando
me doy cuenta que la soledad y el silencio no son mis enemigos sino los
consejeros más profundos de mi mente.
Excelente plancha..muy buen estilo y un gran aporte a nuestra propuesta.
ResponderEliminarUna pluma exquisita !!!