jueves, 14 de junio de 2018

Igualdad Principio Masónico


Que buen tiempo para hablar de igualdad. Y es que voy a aprovechar este tema para ser una observadora de mi entorno y referirme un poco sobre nuestro papel en esta era de desigualdades, injusticias, traiciones y opresión. Los principios de los buenos masones (no olvidemos que vivimos en un mundo de opuestos) son su pilar en su escala de valores. 

Nuestra esencia no tiene nombre, apellido, edad, estrato social, religión ni dogma pendiente o doctrina que perturben la comprensión de la verdad. Recordemos que nuestra esencia es libre por tanto desde ese mismo principio todos somos iguales. Me encantaría citar bibliográficas y escritos de otros autores sobre la igualdad, pero cuando me asignaron el tema me sentí un poco abrumada recordando los casos de xenofobia, racismo y opresión que vivimos a lo largo y ancho de nuestro mundo. Me encantaría decir o contar historias románticas sobre la igualdad y trascribir palabras de otros, pero la realidad me abofetea con este tema todos los días.

¿Qué responsabilidad tenemos todos y cada uno de nosotros como ciudadanos del mundo en respetar las diferencias y la diversidad que como especie humana tenemos?

La muerte de Sócrates
Jacques-Louis David
Museo de arte metropolitano, New York, USA
Me embarga la pregunta, pero no sé hasta donde pueda llegar la respuesta.  
Es nuestra responsabilidad evolucionar como raza humana, pero en eso colectivamente hemos fallado. LOS PUEBLOS TIENEN LOS OPRESORES QUE SE MERECEN. Conozco el principio de la igualdad, pero mi responsabilidad el practicarlo cada día con mis hermanos en cada acto de compasión y en cada dar sin recibir nada a cambio. La igualdad no tiene raza ni color, ni estrato ni religión. No tiene dogma ni doctrina, es simplemente la libertad, el respeto y la compasión de tratar a tu prójimo como te gustaría que te trataran a ti. TODOS SOMOS HIJOS DEL MISMO CREADOR, con el mismo principio y el mismo fin, pero la cuestión no es solo de saberlo, es de conocerlo.

La igualdad es equitativa y predomina el equilibrio sanador en todas las situaciones fundamentales de la vida. La igualdad une, construye y ofrece bienestar colectivo. No solo tenemos la responsabilidad como ciudadanos del mundo, sino también como masones de practicar el principio que nos rige desde nuestra conciencia en espíritu y verdad para ser honorables a nuestras convicciones cumpliendo con el camino del pulimento de nuestra piedra. Esa que se pule con martillo y cincel cada vez que la vida nos da una lección.

Que la igualdad sea el principio que rija la trasformación colectiva de nuestra raza. ¿Cómo es que terminamos pagando por un planeta que nos da todo gratis? Un planeta sin fronteras, sin países divididos, sin gobiernos y en absoluta libertad. La igualdad ni siquiera es solo un principio masónico, es la parte fundamental del sostenimiento de una sociedad equitativa y solidaria. SIN IGUALDAD, HABRÁ SIEMPRE POBREZA.

Mi responsabilidad como aprendiz masona dentro de la práctica de la igualdad es aplicar todos los días de mi rutina con pequeños actos de compasión que favorezcan equitativamente a los demás en todas las situaciones vividas conscientes durante el día. Nunca se llegará a una gran transformación si no se logra primero desde la rutina diaria que establece el cambio en los hábitos. Pequeños cambios logran grandes transformaciones.

Practico conscientemente la igualdad desde mi convicción masónica,

Es mi palabra.
KG
Apr.·.Mas.·.

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